La derrota final esperada y necesaria del Tercer Reich conllevó la desaparición de aquel régimen criminal y genocida, de la misma calaña que el régimen genocida comunista de José Stalin. Pero esta derrota de los alemanes motivó que se dejara en el olvido muchos de los astutos y valerosos comportamientos de aquellos soldados, que defendían, motu proprio, al concepto que ellos tenían de su sagrada patria alemana. Destacaremos capítulos eximios dedicados a las tropas alemanas en la base de Narvik, cuando se encontraban rodeadas o ahogadas por las tropas de los aliados. Asimismo en el pavoroso asedio de Cholm, nos emociona comprobar cómo los soldados alemanes soportaron los continuos y furibundos asaltos de las tropas del ejército-rojo, cuando los soldados soviéticos estaban rindiendo a los germanos por hambre y frío. El Africa Korps demostrará su valentía, de forma total y absolutamente obstinada, al defender la posición tunecina de Cactus Farm, luchando como gato panza arriba frente a los ataques de los tanques aliados, apoyados por los pertinentes aviones.
El volumen presenta testimonios personales inéditos, como por ejemplo el de un oficial del ejército de tierra-Heer germano, el cual después de que padece la terrible amputación de una pierna en el llamado frente oriental, va a encabezar una inesperada misión de exploración militar al sur del Sáhara, enfrentándose valerosamente a las tropas de las Fuerzas Francesas Libres; en este caso será la familia, sensu stricto, la que proporciona al autor toda la pertinente documentación sobre la vida, la actuación y el fenotipo del militar. Está claro que la propaganda nacionalsocialista y su cínico gobierno, recompensó a estos de sus soldados con ascensos y condecoraciones, para de esta forma ser considerados, por el pueblo alemán del momento histórico que narra la obra, como los auténticos héroes de Adolf Hitler. A continuación me entra la duda de cómo debemos considerarlos, sobre todo por formar parte de la defensa de un régimen auténticamente criminal, si ¿héroes o villanos? Ese maniqueísmo es claramente inmoral, ya que estimo, modestamente, que el líder genocida soviético era de la misma catadura amoral que el cabo-bohemio alemán, y sus militares eran condecorados.
El autor, Jesús Hernández, es una referencia en la literatura bélica de la Segunda Guerra Mundial, además al ser licenciado en Historia Contemporánea se ha introducido, con toda preparación y conocimiento, en esos terribles años 1939 a 1945, que ensangrentaron las tierras de Europa. “No hay duda de que escribir un libro sobre héroes de guerra alemanes de la Segunda Guerra Mundial resulta un tanto problemático y entraña algún que otro riesgo. A nadie se le escapa que explicar heroicidades de personas que pusieron su astucia, su inteligencia y, sobre todo, su valor, al servicio de la Alemania de Hitler puede dar lugar a conclusiones equivocadas. Quizás por ese motivo, los personajes históricos aquí retratados han sido, en su mayor parte, olvidados o al menos dejados de lado por los historiadores. En cierto modo, ellos fueron también víctimas de la guerra en la que combatieron de forma tan destacada, pagando con el ostracismo su compromiso con la causa del Tercer Reich”. En este estupendo volumen se citan nombres propios, notorios en esa conflagración bélica, tales como: Hans-Ulrich Rudel; Kurt Knispel; Otto Carius; Michael Wittman; Erich Hartmann; Hans-Joachim Marseille; Adolf Galland; Günther Prien y Otto Kretschmer, entre otros de mayor o menor enjundia.
Así como existieron oficiales heroicos, sobre todo entre los norteamericanos, de igual manera lo hicieron los oficiales de la Wehrmacht, por ejemplo citaré al tanquista-panzer Otto Carius: “La política no jugaba ningún papel para aquellos de nosotros que estábamos en el frente. Me habría parecido estúpido decir ‘Heil Hitler’ a mis hombres durante la formación matinal. Después de todo, se arrojó a gente de todo tipo a la misma lucha y todos ellos estaban sujetos a las mismas leyes estrictas. Había nazis y opositores al régimen, así como opiniones complementarias desinteresadas. Les unía la camaradería. No era para nada importante si uno hacía su trabajo por el Führer o por su país, o por el sentido del deber. Las opiniones políticas o apolíticas no le interesaban a nadie. Lo principal era que fuese un buen camarada y que estuviese como mínimo a medio camino de ser un soldado decente”. Sea como sea, este comportamiento de pleno compañerismo entre soldados y oficiales alemanes, sobre todo entre los componentes de las waffen-SS, conllevó comportamientos admirables, pero en ocasiones también execrables. Esto es todo, sobre un libro extraordinario, que merece lo mejor de lo mejor, en su devenir vivencial, y sobre todo la absoluta recomendación. ¡Sobresaliente! “Reformare homines per sacra, non sacra per homines”.
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