El autor y guionista siempre encuentra un inicio sorprendente para sus novelas, si la anterior se le ocurrió en Atapuerca, en esta ocasión la chispa de su nueva novela surgió en Ávila, un día que fue a dar una conferencia y visitó la catedral gótica de la ciudad, primera de España de dicho estilo, que tiene la particularidad de que su ábside está incrustado en uno de los cubos de la muralla. Una vez documentado sobre lo que quería contar, se puso a escribir la novela y “me salió de una manera totalmente improvisada. Mandé las primeras cuarenta páginas a la editorial y les gusto el tono de la misma”, señala. Ese tono es un poco gamberro y su protagonista principal no es el típico y archiconocido inspector de policía, dicho inspector tiene unas grandes dosis de humor y una fina ironía que le dan un toque canalla. Además, su compañera, la inspectora Pieldelobo, le da un contrapunto muy actual con su moderno feminismo. “Al primero que convenció el personaje es a mí. Convive muy bien ese tono que tiene irónico con los momentos de tensión de la novela”, afirma rotundo el escritor de "Donde haya tinieblas". Para Manuel Ríos San Martín “el crimen cada vez es más caro. Hoy en día es muy difícil matar y que no te pillen por la alta seguridad que hay y los numerosos elementos tecnológicos que tenemos, e incluimos las redes sociales en ellos”. Por eso, cuando aparece el primer asesinado lo hace en un lugar apartado donde no hay tantos avances de vigilancia. “La sociedad se ha radicalizado en exceso después de la pandemia”El escritor cree que estamos demasiado saturados con tanta pandemia, de ahí que busque escenarios más naturales para su obra. Además, ha buscado deliberadamente la contraposición entre los protagonistas, los inspectores Martínez y Pieldelobo, que son él uno una completa contraposición de la otra y que se pasan media novela discutiendo ente ellos. “La sociedad se ha radicalizado en exceso después de la pandemia y, en parte, por culpa de las redes sociales. Hemos visto cómo los políticos no son capaces de colaborar entre ellos, por eso he creado dos personajes que, aunque son radicalmente diferentes, son capaces de cooperar aunque piensen distinto”, analiza. ¡Algo que deberían copiar nuestros políticos! “Él está educado a la antigua usanza, es un poco machista y paternalista, pro intenta estar al día. Conoce los temas audiovisuales y tecnológicos por la influencia de sus hijos y hace esfuerzos por entenderlos. Reflexiona sobre su comportamiento y procura ponerse en la piel tanto de sus hijos como de sus compañeros de trabajo, casi todos bastante más jóvenes”, elucubra Manuel Ríos.
Para el autor madrileño, “todos los personajes de mi obra tienen cosas buenas y otras malas. Pueden ser unos auténticos hijos de puta, pero también les ves sufrir por sus seres queridos”. En clara alusión a la madre de la modelo rusa que desaparece y a la que incitó a la prostitución de lujo, quizá para salir de la mala situación económica y social en la que vivían en Rusia. Casi todos sus personajes se mueven en esos tonos de grises que son tanto de la vida cotidiana. También opina que en la actualidad se dan demasiadas pistas en las redes sociales. “Todo el mundo sabía lo que iba a hacer la modelo Karolina y sus gustos. Por lo que el crimen debía de estar planificado con antelación”. Pero no quiere dar muchas pistas sobre ello. Dentro de la gravedad de los acontecimientos, el autor de “La huella del mal” mantiene un tono humorístico en el desarrollo de la novela. Utiliza motes muy curiosos para todos sus protagonistas y eso tiene una curiosa explicación: “me cuesta acordarme de los nombres por eso les pongo motes graciosos que me hacen acordarme mejor de ellos”. Otra de la característica de la novela es la voz narradora. Escrita en primera persona y apunta que le salió muy fácil. “En mi día a día no suelo ser tan gracioso”, reconoce con una sonrisa en los labios. “Cuando tenemos éxito con una obra, solemos repetir la fórmula, si no es en la trama es en los personajes. Yo, como no soy un gran lector de novela negra, me gusta ir variando la fórmula, pero siempre moviéndome en el campo del thriller”, apostilla. Manuel Ríos San Martín es autor de guiones de varias series de éxito de la televisión y además ha dirigido un largometraje. Toda esa experiencia se le nota en los diálogos de su novela que son muy impactantes y también en la planificación de su obra. “Siempre me planteo una fecha de inicio y otra de finalización. En esta ocasión, comienza en enero de 2020 y finaliza al mes siguiente. De ahí que no haya referencia a la pandemia aunque la haya escrito durante ese periodo, pero la tenía estructurada y documentada de antes”, explica con soltura. Otro gran acierto de la novela son las ubicaciones, que no desvelaremos para mantener el halo mágico de la novela, pero que puedo asegurar que son asombrosas y que merecen una visita. “Para describirlas, he utilizado un punto de vista peculiar. He descrito las iglesias con palabras bastante mundanas. Aunque describa lugares mágicos o esotéricos le doy un toque más cercano y realista”, concluye el escritor al que le sugiero que su protagonista Martínez se merecería una saga o, al menos, una trilogía. “Para publicar una serie, las editoriales te exigen vender mucho”, reconoce. Entonces, le digo que eso está hecho. Va a estar en las listas de superventas desde ya. Puedes comprar el libro en:
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