Miguel Ángel Martínez-González es el hermano mayor de esta familia de médicos. Actualmente es catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra, la única que mantuvo las clases presenciales en nuestro país sin ningún contagio, y catedrático visitante de la Universidad de Harvard. Este epidemiólogo de fama internacional es especialista en Medicina Preventiva y lleva publicados dos libros en la Editorial Planeta. De ahí que le hayan puesto en primer lugar en los créditos del libro. Julio Martínez-González es médico internista en el Hospital Regional Universitario de Málaga (Carlos de Haya). Es el cuarto de esta familia numerosa de doctores. Durante la pandemia se implicó intensamente al frente de las Urgencias de dicho hospital. Además es representante sindical de uno de los dos sindicatos mayoritarios de la Medicina. Su experiencia al tratar con los enfermos es fundamental para explicar en el libro lo que realmente sucedió. En opinión de ambos, “el libro La sanidad en llamas es un homenaje a los médicos y al personal sanitario que han estado desprotegidos durante la pandemia de la Covid-19”. No sólo han estado desprotegidos sino que los políticos no les han hecho el caso que se merecían. De ahí que quieran rendir este homenaje por todos los padecimientos sufridos por lo sanitarios que han estado en primera línea. Si al comienzo de la pandemia, ésta afectó más a las personas mayores, ahora, señala Julio que “cada vez vemos más gente joven en las urgencias”. Hay ciertas enfermedades que quienes las padecen tienen más posibilidades de contraer el virus, como “el sobrepeso, la hipertensión o la leucemia que suelen favorecer el contagio a las personas que los padecen", apuntan los hermanos al alimón. Miguel Ángel es también especialista en nutrición de ahí que recalque las consecuencias patógenas que tiene el sobrepeso en esta enfermedad. Ellos también le dan mucha importancia a la hipertensión y aunque han discutido sobre la forma de cómo escribir el libro, han llegado a un consenso.. familiar. “La idea partió de Miguel Ángel, que para eso es el mayor. La verdad es que teníamos ideas distintas. Ha sido un toma y daca constante, pero hemos sabido llegar a ciertos acuerdos. Sobre todo discutíamos por lo que creíamos más importante”, reconoce Julio y su hermano apunta: “toda la información que hemos manejado en el libro está rigurosamente documentada. En las partes noveladas, hemos cambiado los nombres de los personajes, pero los hechos ocurrieron fehacientemente. Los autores del libro han empleado un lenguaje sencillo para atraer a su lectura. “No queríamos ni irnos a la novelas ni abusar de la gente. Hemos preferido llenar el libro de anécdotas, algunas de ellas no exentas de humor. A los lectores les gusta mucho leer anécdotas, éstas hacen más atractiva la lectura. No hemos querido divertir sino hacer reflexionar a los lectores para que cada uno saque sus propias conclusiones”, explican los doctores. “Al comienzo de la pandemia se perdió un mes que fue decisivo”A los hermanos Martínez-González se les nota una conexión en sus respuestas. Y la visión que tienen, uno como internista y otro como epidemiólogo, se complementan para evaluar la crisis vivida el año pasado. “Se perdió un mes decisivo. Los datos de Italia, que está aquí al lado, tendrían que haber valido para reaccionar a tiempo. No eran rumores, eran informes muy serios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y no se les hizo caso. A finales de enero ya se había declarado una emergencia sanitaria mundial y aquí se permitieron manifestaciones y aglomeraciones de gente en eventos deportivos. Un grandísimo error”, evalúan los doctores al unísono.
Los doctores no se andan con paños calientes cuando califican que “hubo una muy mala gestión del gobierno. Se falló en muchas cosas a la vez. Como hemos señalado se permitieron aglomeraciones de personas sin hacer pruebas de PCR a los asistentes. Yo me callé entonces porque creía que no eran el momento de decirlo, en ese momento lo que había que hacer era trabajar, pero como no tengo pelos en la lengua lo digo ahora”, señala Miguel Ángel. Ambos coinciden en que las farmacéuticas tienen demasiado poder y en que el personal sanitario español es de primera. “Hay cosas positivas en cada persona. En España tenemos una escala excelente que es el MIR. La medicina preventiva y la salud pública son muy buenas, tenemos grandes gestores y especialistas. Lo que no se puede hacer es poner como portavoz es a un publicista sin prestigio alguno y más cuando tenemos a especialistas en el campo de la virología de gran prestigio. Personas como los doctores Matesanz, Fuster, etc. Si hubiesen puesto a una persona de ese calibre otro gallo nos hubiera cantado”, reflexionan los doctores. “Cuando ocurrió la crisis del Évola se puso a un comité de expertos. En esta ocasión se dijo que se había creado un comité y luego resulto ser falso. Cada día ocurría un cambio, una nueva directiva; se decían cosas diferentes que terminaron desconcertando al público. Eso creó mucho desconfianza”, apuntan con rotundidad. Para ambos hermanos y autores, el peor error ha sido dar prioridad a los principios políticos antes que a los sanitarios. “Se permitió la manifestación del 8M y el 14 se anunció el estado de alarma para el día 16. Eso no puede ser. Además, se cerraron todas las universidades. Decenas de miles de universitarios de Madrid, y que no son de Madrid, se quedaron colgados en una ciudad lejos de sus familias, lo mismo ocurrió en muchas otras. Ese fue un error terrible ya de partida. Del 5 al 20 la epidemia se disparó y no se tuvieron apenas controles de viajeros en los aeropuertos o en las estaciones de trenes”, cuenta con cierta indignación. “El ébola es de izquierdas y el coronavirus de derechas”Antes de que se tomasen medidas, en España ya teníamos el ejemplo de lo que había ocurrido en Italia. “Vinieron muchos estudiantes de Erasmus del norte de la península Itálica y pudieron entrar en nuestro país sin ningún tipo de control. Las medidas no se tomaron hasta hace pocos meses. Para muchos el pasaporte de la Covid es una cosa fascista. Dicen que el ébola es de izquierdas y el coronavirus es de derechas. Falta prevención de riesgos laborales y coherencia en los políticos. Si los británicos gestionaron muy mal la llamada gripe española, los europeos no han sabido gestionar la del coronavirus y eso que tenemos muchos más medios que después de la Primera Guerra Mundial”, cuentan. También creen que con anterioridad algunas gripes pandémicas se exageraron en demasía. Se hizo para concienciar a todo el mundo y poder vender más fármacos por parte de las industrias del ramo. Sigue habiendo muchos intereses empresariales. Algunas farmacéuticas lo exageraron en exceso. Ambos doctores creen que las nuevas hipótesis que han surgido deben de ser exploradas hasta el fondo. “Tanto la posible creación del virus en un laboratorio como el descuido en que se pudiese escapar han de ser investigados. El Mers sí surgió de los animales, pero en la Covid-19 no se ha encontrado un huésped animal. De momento, todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario, pero han desaparecido personas en China y eso es muy extraño. El primer caso lo comunicaron el 8 de diciembre, pero ya el 12 de septiembre se retiraron pruebas de posibles casos. Todo es muy extraño”, analizan con precisión y manejando mucha información. “Ahora, muchos científicos han cambiado de bando. Falta transparencia en el gobierno de China y la OMS se ha dejado manipular. No hay ni historias clínicas ni pruebas analíticas. Todo esto es muy raro. Para saber lo que desconocemos se debe hacer una secuenciación muy detallada, pero no se está haciendo con rigurosidad”, opinan los doctores Martínez-González. Julio cuenta que pidió en su hospital la secuenciación de una paciente posible contagiada de la cepa brasileña y en un mes todavía no le ha llegado nada. Las cifras de los fallecidos dependen de lo atinado o no que sean las estadísticas. “Hay que tener en cuenta que en la mortalidad es donde más se ha mentido. Creemos que ha habido más de 124.000 muertes en poco más de un año. La Asociación Nacional de Servicio Funerarios es la que tiene los datos más fiables, no la que ha hecho publico el gobierno de la nación”, sostienen ambos. Para terminar nos hacen un vaticinio de hasta cuando vamos a vivir esta situación. “Si la vacunación va a buen ritmo, no conseguiremos la normalidad hasta la primavera de 2022”, concluyen. Puedes comprar el libro en:
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