Jardines secretos, fachadas desconchadas, iglesias abandonadas y grandes mansiones que han visto tiempos mejores; jóvenes entusiastas con más ilusión que talento que llegan a las grandes metrópolis dispuestas a hacer lo que sea para formar parte del sueño que persiguen desde la infancia; voces que susurran al atardecer en una galería cubierta por una enredadera; extraños personajes apenas entrevistos en una ventana o en el umbral de una puerta sobre el cual se anuncian filtros de amor y lecturas de futuro.
De la mano de Truman Capote viajamos a Nueva Orleans, Hollywood, Nueva York y Brooklyn, las ciudades de su paisaje estadounidense. En otra parte, un cuarteto de músicos
vestidos de negro tocan después de la lluvia en el jardín de un castillo; bajo las aguas cristalinas de una cala escondida al pie de un acantilado descubrimos un campo de flores marinas mecidas por la corriente como si las moviera una música; llega el otoño, en el aire flota el olor a humo y los rebaños de ovejas bajan de los pastos con el despuntar de las primeras estrellas. En la vieja Europa todo brilla con una poesía nueva, y aún faltarán los oscuros rituales haitianos, el Ramadán desenfrenado de Tánger y un viaje insólito en tren por las llanuras ásperas y secas de España, suspendida entre dos continentes.
Truman Capote (Nueva Orleans, 1924 – Los Ángeles, 1984) fue novelista, guionista y autor de múltiples relatos, obras de teatro y retratos de ciudades, personas y lugares. Pasó su infancia en el sur de los Estados Unidos, entre Nueva Orleans, Luisiana, y Monroeville, Alabama. En 1932 se trasladó a Nueva York con su madre y el segundo marido de ésta y poco después de terminar sus estudios, en 1942, empezó a trabajar para The New Yorker. Ése fue su primer y último trabajo fijo.
Abandonó la ciudad para vivir dos años en una granja en Luisiana y posteriormente pasó temporadas en Grecia, Italia, el norte de África, las Antillas, Rusia y Oriente. Sus primeras obras se asocian con el gótico sureño, pero se fue decantando por un estilo más periodístico e irónico, especialmente en su «novela de no ficción» A sangre fría (1965), la más célebre. Entre algunas de sus obras más conocidas están Otras voces, otros ámbitos (1948), Desayuno con diamantes (1958) y Plegarias atendidas (publicada póstumamente en 1986).
Considerado un estilista de primer orden por sus contemporáneos, en retrospectiva es posiblemente el cronista estadounidense más observador y elegante de su tiempo.
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