Dice un famoso coach de esos que te cobran un pastizal por soltar obviedades y paridas, que digerir el éxito es más difícil que gestionar el fracaso. Mira, colega, dos cositas te voy a decir, la primera, que coach tenías que ser. Y la segunda, que el acervo popular lo ha sentenciado mejor que tú: “Dios da pañuelo a quien no tiene mocos”.
En este caso, los mocos y el éxito vienen a ser lo mismo. Dejemos a Dios en paz que bastante curro tiene. Gestionar el éxito o el fracaso no tiene que ver con la sensiblería emocional, sino con la parte racional de la inteligencia. Si eres un ceporro lo vas a gestionar mal todo: el éxito, el fracaso, tus relaciones de pareja, la cesta de la compra, tu fondo de armario ¿seguimos o es suficiente?.
Como todo en la vida, depende del individuo. Por cierto, me pregunto cómo gestionará Pablo Iglesias el éxito o el fracaso del 4M. Para esto el acervo popular no tiene respuestas. Es verdad que tampoco el populacho es el oráculo de Delfos, pero reconoce que el “dime con quién andas y te diré quién eres” es un axioma insuperable. No sufras por Iglesias siempre le quedarán sus amigos venezolanos y la puerta giratoria de un plató de televisión de su mecenas, el plutócrata de La Sexta, Jaume Roures. Venga, Pablo, tío, tanta paz lleves como descanso dejas. Y cierre al salir, señoría.
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