En el mostrador donde tradicionalmente se servía carne ahora se sirven libros de segunda mano, los libros se pesan y su precio lo marcan sus gramos. Cada 100 gramos, un euro. Aunque el máximo son 800 gramos, es decir, nunca se paga más de 8 euros por un libro aunque tenga más peso. La filosofía de ésta peculiar librería de segunda mano es que no se paga por el contenido, se paga por el material. Queremos que los libros, que son cultura, circulen, nos dice Luis, dependiente de la Casquería.
“Nos gusta darles una oportunidad de reutilización a todos los libros pero atendemos otras formas de reutilizarlos cuando ya no son leídos”, comenta Luis.
Además de la venta también ofrecen sus fondos literarios para que sirvan de atrezzo y decoración para obras de teatro o de ópera a los decoradores profesionales.
La Casquería es un proyecto colectivo que pone en valor el reciclaje y la recirculación de la cultura y el libro. Lo que no interesa a un lector le puede encajar a otro. En la Casquería es el cliente el que debe evaluar el contenido. Luis, cree que “la persona que se acerca al local no tiene una idea preconcebida de lo que viene a buscar, se toma su tiempo en mirar y si ve algo que le gusta lo compra”.
Históricamente se han vendido libros al peso cuando ya no eran interesantes, como folletines o novelas de vaqueros.
Se nutren de donaciones, de los libros qué la gente no quiere, o que por falta de espacio ya no puede acumular. Reciben aportaciones de asociaciones, colectivos, bibliotecas y sobre todo particulares que se ponen en contacto con ellos para que se pasen a recoger bibliotecas enteras. A lo largo del puesto se encuentran novelas de viajes, filosofía, novela negra, manuales de idiomas o biografías.
El negocio ocupa una antigua casquería y una antigua pollería unidas, donde es posible encontrar literatura a un precio asequible y buscar entre los títulos más dispares.
La idea de montar este negocio surgió hace nueve años entre unos amigos y vecinos de Lavapiés que se conocieron a través de un asociación de vecinos. Buscaron locales por el barrio pero los alquileres eran muy caros, hasta que un día encontraron que algunos comerciantes alquilaban sus puestos ante la escasez de clientes y la falta de ayudas para mantenerlos.
El colectivo la Casquería Libros está formada por diez personas que toman todas las decisiones relativas al funcionamiento de la librería y solo cuatro trabajan en el establecimiento. Funcionan con un modelo mixto de trabajo y colaboración para que sea sostenible el proyecto. Los perfiles que componen la plantilla son muy variados pero todos ligados a la vida del barrio. La librería está inmersa en la red de Mercado Social de Madrid y comparte los principios de la economía social y solidaria.
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