Escrito con un estilo ágil y directo, Pasiones Carnales, publicado por Espasa Calpe, es el apasionante relato de lo que no está en los libros de Historia, de esa trastienda que no nos cuentan pero que a la postre ha resultado determinante, porque, parafraseando a Óscar Wilde Todo en la vida trata sobre el sexo, excepto el sexo, que trata del poder, o, como decimos en mi pueblo, tiran más dos tetas que dos carretas.
Con asombro y más de una sonrisa voy pasando las páginas de este ensayo alucinante y me entero de que buena culpa de la invasión musulmana la tuvo el irrefrenable furor sexual del rey Rodrigo; que en España hubo una reina mora, si bien, y como no podía ser de otra manera, la obligaron a convertirse al catolicismo y cambiaron su nombre por el de Isabel para poder entronizarla; de dónde viene la frase ni quito ni pongo Rey pero ayudo a mi Señor; qué hacer cuando un rey era impotente, la Corona necesitaba un heredero y no existía la fecundación in vitro; el papel de Isabel La Católica como precoz precursora del feminismo; el gusto por la pornografía de Alfonso XIII o que en su última confesión María Luisa de Parma reconociera que ninguno de sus hijos era de su padre oficial. A veces siento que estoy leyendo ciencia ficción, pero no: así fueron los hechos, aunque así no nos los hayan contado.
Si eres un apasionado de la Historia y de los enredos románticos ésta es, sin duda, una lectura que no te puedes perder, la diversión está asegurada.
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