La frase que da título al libro es muy repetida por los padres a los hijos ¿cómo se le ocurrió ponerla como título de su libro?
El título del libro estaba destinado a estimular la curiosidad de los padres sobre lo que le puede estar ocurriendo a su hijo/a adolescente y su deseo de poder entenderle mejor. La mayoría de los títulos de libros que hace referencia a la adolescencia son bastante negativos y yo buscaba alejarme de los estereotipos que invariablemente conllevan ideas de rebeldía y conflicto.
¿Cómo nace la idea del libro?
La idea nació a raíz de las conversaciones con mi amiga y agente Silvia Bastos. Durante nuestras charlas sobre mi modo de trabajar con adolescentes y sus familias, surgió la noción de que un libro de enfoque psicoanalítico podría hacer una aportación valiosa a la manera de entender a los adolescentes y ver qué esta en juego durante este periodo del desarrollo, algo que puede ser útil tanto para padres como para educadores.
El libro es una visión positiva del desarrollo de nuestros hijos ¿hay una visión negativa?
Sí, desgraciadamente, creo que la visión general sobre esta etapa del desarrollo suele ser bastante negativa aunque, en realidad, la adolescencia es como el abrirse de una flor, el joven se muestra al mundo en todo su esplendor y durante esta etapa se empieza a vislumbrar el adulto que va a ser. Están llenos de ímpetu y de vida y, a pesar de los tropiezos, hay que seguir apoyándoles en esta fase de su trayectoria. Creo que la razón por la que tiene mala fama está relacionada con el ímpetu que les caracteriza, pero la realidad es que muchos de los conflictos se pueden gestionar de una forma constructiva cuando los padres aprenden a comunicarse con sus hijos y a entender qué puede estar ocurriendo con ellos. Detrás de una conducta adolescente problemática casi siempre hay una inseguridad, un conflicto o una ansiedad para la que pueden necesitar ayuda.
Cita en el libro que los adolescentes y en general los niños nos son copias de sus padres, pero ¿los hijos no recogen lo que ven en casa?
Los hijos son personas en sí mismas, nacen con unas características y un temperamento concreto a partir del cual aprenderán poco a poco a relacionarse con el mundo que les rodea, lo que incluye naturalmente a sus padres, de los cuales aprenderán muchísimas cosas. Pero eso no quiere decir que sean de barro y que los padres los pueden modelar a su gusto.
Lo que ocurre en la adolescencia y el motivo por el cual suele verse como problemática es que conlleva un cambio físico muy repentino, por un lado externo y visible en su aspecto físico pero también interno, a nivel hormonal y cerebral. Ello hace que ni siquiera el adolescente este muy en control de su propio cuerpo ni entienda del todo lo que le está ocurriendo.
Los padres, por su parte, están siguiendo su propio proceso, han perdido a su hijito dócil y en su lugar hay un individuo con el que les cuesta comunicarse. Esta situación crea sorpresa y ansiedad por ambas partes y entonces es muy fácil que se produzca un desencuentro, o tal vez un conflicto.
Los hijos aprenden lo que viven pero en este período también están en un proceso de exploración continua y de consolidación de su propia identidad. Hay que darles espacio para que experimenten, aceptando que a veces harán cosas bastante inesperadas y que deberán alejarse temporalmente de sus padres (al menos en apariencia) para luego volver a ellos.
En su opinión ¿es posible modificar la conducta de los hijos?
La conducta de los hijos es el producto de muchas corrientes simultáneas y no todas ellas son problemáticas. Cuando surge algún conflicto es importante abordarlo con serenidad y con un deseo genuino de entender lo que ha ocurrido, intentando dejar de lado el enojo que puede haber causado.
Con respecto a situaciones conflictivas entre padres e hijos me gusta usar la metáfora de una pared de frontón. Los padres deben ser como esa pared inamovible, que es una estructura firme que está allí para recibir todo lo que le echen, miles de pelotazos, alterándose lo menos posible. Hay que elegir las batallas con cuidado, muchos de los enfados y las broncas entre padres e hijos son por nimiedades o diferencias de opinión sin mayor importancia, con frecuencia debido a que el adolescente quiere manifestar su punto de vista con vehemencia y ello puede crearle un desacuerdo con sus padres. Si toma decisiones preocupantes de mayor envergadura, es posible que los padres quieran intentar disuadirlo, pero por cosas como su corte de pelo o su atuendo no vale la pena tener un enfrentamiento.
En el mercado hay mucha literatura sobre el comportamiento de los hijos ¿qué diferencia este libro de otro ya publicados?
El propósito de este libro es ayudar a padres y educadores a comprender cuál es la experiencia del adolescente durante esta etapa de su vida, como viven las cosas, y cuales pueden ser sus preocupaciones. De ese modo, espero que los adultos puedan afrontar cualquier situación que se les presente con un adolescente y que lo hagan sin miedo, con curiosidad por entenderle y con honestidad.
El libro es el producto de muchos años de experiencia trabajando con adolescentes y sus familias. Tiene una abundancia de casos prácticos que tienen un fin didáctico y sirven para ilustrar situaciones muy diversas en las que la familia ha acudido a un profesional buscando ayuda. Aunque el libro explora a fondo la mentalidad adolescente, también hace hincapié en cuáles son las experiencias de los padres en esa familia, y cómo todo ello puede estar influyendo en la dinámica familiar. De ahí se van identificando las posibles causas del cuadro clínico que se presente y muestra cuál puede ser el camino a seguir.
El libro busca transmitir un mensaje esperanzador ya que el vínculo entre padres e hijos es muy fuerte y no hay que desanimarse si hay conflictos, porque a lo largo del tiempo siempre podrán crearse otras oportunidades para enderezar las cosas. En resumen, frente a este tipo de problemas ¡nunca hay que rendirse!
¿Hay una receta mágica para tratar a los hijos?
Hay algo muy fundamental en la educación de los hijos de todas las edades, y es la comunicación. Para los padres, cuanto más se conoce al hijo, menos sorpresas habrá y para los hijos, tener padres accesibles y dispuestos a escucharles es la mayor ayuda que pueden tener, por lo que es esencial crear un hábito de buena comunicación desde la infancia. Acostumbrarse a hablar mientras se conduce, hablar en la mesa, hablar mientras miran una película juntos. Hablando de lo cotidiano se van conociendo sus actitudes, sus puntos de vista, lo que le gusta y lo que no, sus planes de futuro, sus preocupaciones y todo ello facilitará la labor de los padres. De ese modo podrán ayudar a sus hijos a encontrar su camino en la vida y a descubrir quiénes son.
¿Los comportamientos de nuestros hijos han variado a lo largo de tiempo?
Es evidente que conflictos intergeneracionales ha habido siempre, pero lo cierto es que la actividad en redes sí ha agudizado muchos de los problemas a los que se enfrentan hoy en día los adolescentes y no sólo en su modo de relacionarse. Aspectos como la auto estima; vemos que el culto a la imagen está causando estragos entre los jóvenes, sobre todo entre las chicas. Otro problema es el acceso a contenido virtual poco recomendable como la pornografía, la práctica de perversiones de todo tipo, la radicalización política y muchas otras cosas. Si no comparten estas “aficiones” con nadie de su entorno real y se relacionan con esos mundos en la soledad de su habitación sin tener con quien contrastar esa visión, las consecuencias para su desarrollo pueden ser muy nocivas.
Es posible que eso sea lo que, hoy en día, hace que el salto generacional sea mucho mayor que antes. Es cierto que muchos padres también utilizan las redes, pero no han crecido con ellas tal y como ocurre ahora con sus hijos, que suelen no ir a ningún sitio sin su teléfono móvil, que es una fuente de información y de comunicación con otras personas que no descansa.
¿A quién va dirigido este libro?
A padres, a educadores y a cualquier persona que tenga, o vaya a tener, contacto con adolescentes.
Lola ¿cuál será su próximo libro?
Tengo varias ideas que vienen y van y que están esperando el momento para cristalizar, aun es pronto pero, habrá más…
Puedes comprar el libro en: