“Hemos escrito un par de artículos originales para el libro “Historia de España. Sin mitos ni tópicos”, los demás los hemos seleccionado de los que teníamos publicados, eso sí, les hemos adaptado al formato libro y hemos quitado mucha paja”, dicen al alimón los dos periodistas en un bar cercano a la redacción madrileña del ABC. Ambos son conscientes de esa labor que han hecho de actualización. “Yo suelo escribir párrafos muy largos y he tenido que reducirlos”, reconoce César Cervera y “yo me extiendo muchísimo en los artículos y los suelo hacer larguísimos, he tenido que recortarlos para el libro”, apunta un sonriente Manuel P. Villatoro. La editorial ha querido presentar el libro como una obra hecha por jóvenes periodistas, pero que a su vez son grandes divulgadores históricos a los que otras publicaciones diarias han seguido por el camino que ellos iniciaron hace una década en el periódico. “Algunos de nuestros artículos han tenido muchísimas visitas. Alguno ha llegado al medio millón de páginas vistas. Sorprendió bastante a los responsables del periódico que no se esperaban tanto”, apunta al unísono. Artículos como “¿Por qué se dejo de usar la cruz de Borgoña como bandera de España?", de Cervera o “El Pernales: así acabó la Guardia Civil con el criminal que atemorizó a España”, de Villatoro han arrasado en las redes sociales y han tenido cifras astronómicas de visitas. Ambos reconocen que se comprometen bastante con lo que escriben y, por ello, dicen que “solemos hacer una labor de documentación muy profunda”. Los dos jóvenes periodistas tienen cada uno sus preferencias a la hora de escribir sus artículos. A César Cervera le encanta escribir sobre temas relacionados con la monarquía hispánica, como demuestran sus dos libros publicados sobre los Austrias y los Borbones. Manuel P. Villatoro se decanta por la historia militar, sobre todo con la que tiene que ver con la Segunda Guerra Mundial, como también demuestra en su libro junto a Pere Cardona sobre el desembarco de Normandía. Son tantos los años trabajando juntos que se conocen perfectamente. “Nunca nos hemos puesto en común para escribir sobre un tema y nunca hemos coincidido o pisado”, confiesan ambos autores. Por eso, el libro ha sido fácil de componer. También señalan que “nunca nos han puesto pegas en el periódico. No hay ninguna línea general que seguir. Hemos tenido libertad total, eso sí, hace unos años nos pidieron prudencia sobre el tema de la Guerra Civil, pero en estos diez años ha cambiado mucho la divulgación histórica y ahora es un tema que interesa mucho y hay bastante competencia. Creemos que esa parte de la historia está muy ideologizada y cuando la tratamos procuramos que la ideología quede a un lado”, exponen. Los periódicos que han marcado el camino en este tipo de artículos de divulgación han sido el ABC y La Vanguardia. “Jugamos con ventaja porque en ambos periódicos hay una hemeroteca fantástica”, sostienen. “El crear un mito tiene muchas ventajas”Han seleccionado sus mejores artículos en el periódico para volver a publicarlos en el libro. “Representan lo que más les han gustado a nuestros lectores… y los más trabajados”, señalan. Han querido romper con su selección ese mito de que la historia es aburrida. “Nuestra historia se escribió en el siglo XIX. Entonces se crearon muchos mitos que no eran tales. Crear un mito tiene muchas ventajas, ahí está el caso de Ulises, pero muchas veces no se ajusta a la verdad”, reflexionan ambos divulgadores. Un caso palmario es el de Blas de Lezo, al que se ha encumbrado de manera desorbitada. “Lezo era una marino, la defensa de Cartagena de Indias se llevó a cabo gracias al virrey Sebastián de Eslava. Lezo hundió su propia flota para impedir el desembarco británico, pero no lo hizo en el lugar adecuado. Según muchos testimonios Blas de Lezo era un tocapelotas, al borde de la insurrección hacia su jefe. Hay muchas voces de la época en su contra. Pero la creación de un mito simplifica los hechos históricos y se pierden muchos actores secundarios que fueron fundamentales”, cuentan ambos con pasión.
Ambos afirman que “no nos casamos con nadie”. Y así lo demuestran en el libro que han pretendido hacerlo lo más objetivo posible. “Después de la Transición, se pierde el relato histórico del pasado reciente con ánimo de mirar al futuro. Se dejó, de cierta forma, al lado la historia, entre otras cosas porque las gentes de izquierdas y de derechas no se ponían de acuerdo en ese relato. Hay mucho hooligan de la historia”, sentencian. Y lo dicen por experiencia propia porque han tenido problemas tanto con la derecha como con la izquierda política. “La mayor amenaza nos ocurrió por un tema sobre la Inquisición”, señalan. También son conscientes de que con los nuevos descubrimientos históricos, “algunos de nuestros artículos pueden quedarse obsoletos. Hemos intentado evolucionar al mismo ritmo que los nuevos hallazgos históricos, de ahí que hayamos corregido algunos artículos para estar al día”, apuntan. Siempre desde un punto de vista periodístico, pero también histórico. Para terminar, reconocen que también han tenido algún que otro fracaso. Manu Villatoro reconoce que “no he conseguido que calen mis artículos sobre la Mafia” y a César le ha ocurrido lo mismo con sus artículo del Far West americano. Si tuvieran que decir los temas que más interesan son: “todo lo referente a Roma, a los Tercios españoles y, por supuesto, al Cid. Todo lo que suene muy familiar”, concluyen estos simpares divulgadores históricos. Al fin y al cabo, somos romanos como lo demuestran el éxito de las novelas históricas sobre Roma. Puedes comprar el libro en:
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