La protagonista de la novela es Victoria Velarde, una joven recién llegada a Madrid desde la cosmopolita Viena. “Venía de un ambiente muy refinado y cultural donde la ópera o las exposiciones artísticas llenaban el mundo cultural”, describe la escritora María Montesinos. Y llegaba a un Madrid, mucho más provinciano que la capital austriaca, pero que “tenía mucha más vivacidad en sus calles y en las relaciones entre sus gentes”. En ese escenario es donde se desarrolla su novela en la que describe a la perfección ese mundo lleno de cafés con tertulias literarias y de las redacciones de los periódicos decimonónicos. Cuando escribió “Un destino propio” tuvo que documentarse sobre ese periodo histórico y tenía tanta información que supo que tenía que seguir escribiendo sobre el siglo XIX y las mujeres de la época. “En realidad, la sociedad de la época era bastante machista y las mujeres sufrían el desprecio y la discriminación por parte de los hombres. Se decía que la mujer no tenía tanta capacidad intelectual como los hombres. Que no razonaba. Que su mundo era el de los sentimientos. Eran el ángel del hogar -como se solía decir- y nada más”, expone la autora madrileña. “El ámbito público estaba controlado por los hombres y el privado por las mujeres”, apunta razonadamente y añade “si a algunas mujeres se las veía en el ámbito público se las llamaba mujeres públicas y se las criticaba mucho. Pero hubo muchas mujeres que sobresalieron en esos ambientes tales como Emilia Pardo Bazán, Concepción Jiménez, Carolina Coronado, Concepción Arenal, Rosario de Acuña y muchas más”. María Montesinos señala que “había muchas mujeres que escribían novelas o en periódicos, pero que no firmaban con sus nombres sino con seudónimo. Mujeres como Concepción Arenal estaban a la altura de escritores como Clarín o Galdós, y su vocación literaria ha pasado totalmente desapercibida. Hay que rescatar del olvido a esas mujeres de la época que no todas eran sumisas”. Las mujeres que protagonizan la novela están basadas en esos personajes históricos. “Tiene un poso de realidad y me he inspirado en esas excepcionales mujeres para crear a mis protagonistas”, señala María Montesinos. Ya en esos años, las mujeres crearon redes que se apoyaban entre ellas y que luchaban contra el menosprecio de los hombres. “Concepción Arenal tenía una visión muy social y solidaria de lo que era la población más vulnerable. Luchó en contra de la esclavitud y de las condiciones de los presos. Reclamó con mucha fuerza esas mejoras y lo hizo desde sus libros y desde una revista que escribía ella sola”, analiza la autora. Dio muchas conferencias sobre estos temas y no hay que olvidar que fue la primera mujer que se coló en la Universidad Central de Madrid, aunque fue descubierta muy pronto, y estudió y se licenció como abogada. La primera mujer española en conseguirlo. “Victoria y Diego me han permitido reflejar los dos puntos de vista más importantes de la sociedad madrileña de la época”María Montesinos reconoce que “cuando me pongo a escribir planifico poco. Voy escribiendo lo que me va saliendo, como ya tenía mucha información sobre ese periodo, el proceso de creación fue fácil, pero tuve que investigar más sobre esas mujeres periodistas. Algo que está muy bien estudiado en el mundo universitario”. Las protagonistas Victoria y su tía Clotilde son los personajes centrales de la novela. “Clotilde es una mujer que ayuda a Victoria a introducirse en los círculos literarios de la época. Al ser viuda se podía mover sin dar cuentas a nadie. Gozaba de una cierta libertad que las mujeres solteras o casadas no tenían”, explica la escritora.
Pero no sólo se mueve Victoria por los ambientes de la alta sociedad, cuando conoce a Diego éste le abre su visión a otro mundo, el de los impresores y periodistas modestos. “Así conoce los movimientos obreros y las reformas que querían implantar”, comenta. Esos impresores fueron los que fundaron el PSOE y que la autora describe de forma fidedigna, así como la deserción de los periodistas de “El Imparcial” que se fueron del periódico todos menos dos para fundar “El liberal”. “Esos periódicos fueron los primeros que se empezaron a enfocar más en los problemas de la gente de la calle que en los propiamente políticos”, expone María. “Diego es el contrapunto de Victoria. Dos personajes diferentes que al principio se contraponen, pero que al final se complementan. Victoria se centraría más en los ambientes elitistas de la época y Diego mira más hacia el Madrid más popular. Así me han permitido reflejar los dos puntos de vista más importantes de la sociedad madrileña de esos tiempos y cubrir un espectro social mucho más amplio”, reflexiona la autora de "Una pasión escrita". En opinión de María Montesinos, “La primera novela de la trilogía es una novela más romántica que Una pasión escrita, ésta está más imbricada y entrelazada con lo que quería contar”. En aquellos tiempos, el índice de analfabetismo rondaba el 80 %. Había una élite muy preparada, pero las clases populares eran muy incultas, por falta de medios, menos el sector de los tipógrafos. “Se sentían la aristocracia de los obreros y tenía una conciencia muy especial debido a su trabajo”, menciona. “Los periodistas somos muy curiosos. Uno de nuestros rasgos principales es distinguir lo que se tiene que contar y que interese al lector. A mí me gusta buscar, encontrar y seleccionar esos hechos y, por supuesto, narrarlos”, concreta. Pero lo que más le gusta es leer. “Me encanta leer. La lectura me ha acompañado toda la vida, por eso me hice periodista y luego escritora”, concluye María Montesinos. Puedes comprar el libro en:
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