El director de la obra "Paloma Negra" Alberto Conejero nació en Jaén en 1078, es dramaturgo, director teatral y poeta, además de traductor y adaptador de textos clásicos. Entre sus obras más destacadas, Húngaros, por el que recibió el Premio Nacional de Teatro Universitario 2000; Cliff, Premio LAM-SGAE 200), Ushuaia, por el que obtuvo el Premio Ricardo López Aranda 2013; La piedra oscura, galardonado con el Premio Max 2016 a la Mejor creación original; Todas las noches de un día, Premio Asociación de Autores de Teatro 2016, Los días de la nieve, Premio Lorca al Mejor Autor 2018; La geometría del trigo, Premio Nacional de Literatura Dramática 2019.
Los Teatros del Canal acogen el estreno absoluto de
Paloma negra (Tragicomedia del desierto), la tercera pieza como director de escena de Alberto Conejero y la segunda con su compañía Teatro del Acantilado. Así, de vuelta de girar con éxito con
La geometría del trigo, quien fue Premio Nacional de Literatura Dramática 2019 subirá a la
Sala Verde del Canal, entre el 2 y el 21 de febrero, una tragicomedia musical que, si bien toma su título de una ranchera, tiene en su corazón
La Gaviota de Chejov.
¿Por qué recuperar el drama de los exiliados en México?
Aunque sus vidas estuvieron atravesadas por la experiencia del exilio, también son un ejemplo de resilencia, de adaptación y de dignidad. En esta obra además miramos también a la segunda generación: aquellos que llegaron a México siendo niños e incluso ya nacieron allí. En cualquier caso, el pasado nos sigue sucediendo y es importante comprender cómo.
¿Cómo ha sido el proceso de documentación?
Si bien llevaba años leyendo las literaturas de nuestros exiliados -Max Aub, María Zambrano, Concha Méndez, Luis Cernuda, etc.- tuve la fortuna de contar con una beca BBVA Leonardo a la Creación que me permitió viajar a México. Allí estuve trabajando en la biblioteca del Ateneo Español en México, visité el desierto y tuve encuentros fundamentales. De todos modos, yo no debo la fidelidad al documento que tiene el historiador ni he pretendido un acercamiento historicista. No se trata tanto del exilio en su dimensión documental sino poética.
¿En qué se diferencia escribir teatro de escribir otros géneros, como la novela y la poesía?
La escritura para el teatro es una escritura que nace anhelante de materia, de cuerpo y reclama un lugar en el que desplegarse. El teatro toma su nombre del espacio físico en el que sucede y no de otro aspecto forma. Y ésa es su molécula esencial.
¿Y escribir teatro y dirigirlo?
Siento que una tarea desafía y hace crecer a la otra, que el ejercicio de la dirección me está permitiendo llegar a nuevos lugares en la escritura y que ser dramaturgo me permite encontrar mecánicas y soluciones para la escena.
¿Qué puntos de conexión y diferencias tiene este trabajo con La geometría del trigo?
El elenco es prácticamente el mismo. Llevamos ya más de tres años trabajando juntos, haciéndonos compañía (en todos los sentidos) y de algún modo eso se nota en la escena. Apostamos de nuevo por un lenguaje que escapa del realismo. Y, sin embargo, siento que todo lo demás es nuevo para nosotros. Hemos pasado de los campos de olivos de Jaén al desierto de México.
Paloma negra se inspira en La Gaviota de Chejov. ¿Fue este autor lo mejor que le ha pasado al teatro?
Es uno de esos autores amados por la profesión, que supo como pocos llegar al tuétano de nuestra luz y de nuestra sombra; no ha dejado de representarse en todo el mundo y así seguirá siendo. Ésta es la segunda vez que me acerco a La gaviota -la primera fue en Cliff- y seguramente en el futuro vuelva a necesitarlo.
En España, ¿preferimos leer teatro o verlo?
Son pasiones hermanas. Algunas veces compramos el libro porque nos ha encantado la obra o vamos al teatro porque nos ha incitado el libro. Ojalá la literatura dramática tuviera más presencia en los suplementos culturales...