Para el franquismo, la República era la enemiga del patrimonio cultural y de la religión, estaba controlada por los "rojos" y en su territorio dominaba la barbarie, el caos, la iconoclasia y el robo de los bienes patrimoniales. Sin embargo, esta acusación, que mantendría con insistencia machacona durante toda su existencia, escondió durante décadas la labor de salvaguarda republicana de las obras de arte y su destino en la inmediata posguerra.
Arturo Colorado (reconocido experto en el estudio del devenir del patrimonio durante la guerra y la posguerra en España y director de varios congresos internacionales sobre el tema, el último celebrado en el Museo del Prado en 2019) se ha preguntado desde hace años cuál había sido el destino durante el primer franquismo de las miles de obras salvadas, almacenadas o evacuadas por la República durante la guerra. Tras la concesión de dos proyectos de I+D dedicados a este ámbito y después de cinco años de investigación, vierte aquí los sorprendentes resultados encontrados.
El ensayo se inicia con el estudio de las políticas republicana y franquista sobre el patrimonio artístico durante la guerra para centrarse después en el destino que los responsables franquistas dieron a estas obras en la inmediata posguerra. El núcleo esencial del libro analiza la gestión franquista de aproximadamente 17.000 obras almacenadas por la República, que fueron devueltas en muchos casos a sus propietarios, aunque una gran cantidad fueron desviadas hacia otros destinatarios que, sin embargo, reconocían en muchos casos como suyas. Hay un capítulo dedicado especialmente al destino que el franquismo deparó a las obras procedentes de las colecciones de los exiliados y republicanos, que fueron confiscadas y diseminadas.
Así es como se llega a un recuento final de las piezas investigadas, de las que las entregadas en depósito por el franquismo alcanzan la cifra de 8.710, del total de las 17.000 obras tratadas, quedando repartidas de esta forma: las obras entregadas en depósito a museos constituyeron el montante más numeroso, alcanzando la cifra de 3.761 piezas y 35 el número de museos beneficiados. El resto fueron repartidas en Organismos oficiales (2.330) –como ministerios, ayuntamientos, ejército, etc.–, Iglesia (2.040) y particulares (579).
En definitiva, esta obra presenta una investigación inédita: el estudio de las entregas en depósito de miles de piezas a museos, organismos, Iglesia y particulares. Junto con los dos volúmenes precedentes Éxodo y exilio del arte y Arte, revancha y propaganda, publicados en esta misma editorial, Arturo Colorado cierra una trilogía que estudia desde una doble perspectiva, internacional y doméstica, la política del patrimonio español durante la Guerra Civil por parte de la República, desde la evacuación y salvaguarda del arte español, hasta la gestión del franquismo del patrimonio durante la inmediata posguerra.
En última instancia, se puede considerar que las entregas de las obras de arte por parte del franquismo fueron el botín de guerra del que se adueñó tras su victoria. En muchos sentidos, este expolio franquista tiene paralelismos indudables con el realizado por los nazis en los mismos años. Es el arte como botín de guerra.
Arturo Colorado Castellary, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, autor a su vez de Éxodo y exilio del arte. La odisea del Museo del Prado durante la Guerra Civil y de Arte, revancha y propaganda. La instrumentalización franquista del patrimonio durante la Segunda Guerra Mundial, también publicados en Ediciones Cátedra, investiga en este libro temas apenas tratados, basándose en fuentes directas obtenidas en numerosos archivos, tanto españoles como extranjeros.
Con este libro cierra una trilogía fundamental de este autor para el estudio del devenir del patrimonio artístico español durante la guerra y la posguerra españolas.
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