Estamos de enhorabuena, además, porque con este cuento se inaugura una nueva colección, la colección infantil Iglú, dentro de la editorial Olélibros, que dirige Toni Alcolea, lo que sin duda es una grata noticia.
Supongo que estarás muy contenta porque tu cuento inaugura una nueva colección, la colección infantil Iglú, dentro del sello Olélibros.
Claro, para un escritor o escritora significa mucho, y más con una editorial como Olélibros que se ha convertido en poco tiempo en una editorial de referencia a nivel nacional. Para mí es un orgullo que mi libro sea el primer número del sello infantil Iglú. Olélibros siempre ha cuidado de forma exquisita la edición de sus libros, pero con este ha ido más allá, ha hecho un libro de lujo por todo, por el papel, por el tamaño, es un libro muy manejable, muy atractivo, y perdurable en el tiempo, una auténtica joya.
Cómo se te ocurrió la idea de escribir este cuento. Qué te empujó a hacerlo.
Durante más de treinta años he trabajado en el Palacio de Justicia. Todos los años veía la misma escena en vísperas del 9 de Octubre. Un día lúdico para los niños que iban con sus colegios de excursión al Parterre a dibujar la estatua del Rey Jaime I que hay allí. Todo organizado, con las sillas colocadas, la música saliendo de los altavoces y los niños contentos con sus gorras y sus libretas dispuestos a dibujar lo que sus profesores les habían dicho: Y todos los años pensaba lo mismo: Y luego…, ¿qué? ¿Alguien les habrá explicado qué son Els Furs o el Tribunal de las Aguas o la Generalitat Valenciana o el Estatuto de Autonomía…? Y un buen día me puse a trabajar. Era complicado, pero se podía hacer. Tenía que unir una Ley, el Estatuto de Autonomía, con la historia de Valencia. Y escribirlo de forma sencilla para que lo entendieran, solo eso… Pero lo conseguí. Este libro es pionero en el tema, no hay otro, es importantísimo. Decía en la presentación del libro que hice en el Ateneo de Valencia junto a dos importantes juristas valencianos, Don Fernando de Rosa y Don Ricardo Peralta, que me conformaría con que cada colegio tuviera tan solo un ejemplar en su biblioteca para que sobre todo en los días previos al Día de la Comunitat los profesores tuvieran un instrumento de trabajo para explicarles a sus alumnos todo lo que te decía antes y que, además, lo tuvieran también como libro de préstamo para quien quisiera leerlo.
A qué franjas de edad va sobre todo dirigido el libro.
En realidad, este libro, aunque está pensado para niños de ocho a once o doce años, va dirigido a todos, incluidos los mayores, de hecho, muchos ya lo han leído y disfrutado con él. Porque este libro va más allá. Es un paseo por la Valencia antigua y moderna. Con recuerdos de la infancia que de repente salen de un establecimiento que había en la calle Bolsería, por ejemplo. Y por la Valencia del Rey Jaume I, por la morería, por la judería, por la Valencia de la Ciudad de las Ciencias. Y es derecho antiguo y moderno. Es un cóctel intelectual pero escrito de una forma sencilla para que se entienda por todos, incluso por niños más pequeños de esa edad que quizá no comprendan lo referente al Estatuto, pero que se quedarán con lo bonito de las aventuras de sus protagonistas.
A qué materias escolares crees que puede venir bien incluir esta historia entre sus lecturas.
En concreto a ninguna y, en general, a todas las asignaturas de letras porque es historia, normas de convivencia, una ley, es un libro base que deberían leer todos los niños valencianos, solo conociendo nuestra historia se puede valorar nuestro presente e intentar mejorar el futuro.
De qué nos daremos en seguida cuenta y qué conceptos tendremos sin duda más claros tras leer EL MUNDO MÁGICO DEL ESTATUTO DE AUTONOMÍA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA.
Sin duda alguna la convivencia pacífica de todos y de todas. La ausencia de prejuicios, la armonía, la amistad, la compasión, el cariño, son todo sentimientos nobles que se dan entre esos niños de diferentes culturas. Y la forma que se tratan entre ellos con tanto respeto, cómo se explican unos a otros la ausencia de libertad de antes y la que hay ahora, y el trato igualitario de todos y de todas del presente. Todo eso quedará en ellos sin darse cuenta.
Me parece que no es tu primera obra infantil. Qué otros títulos has publicado.
Hace unos años se me ocurrió escribir derecho constitucional para los niños porque ellos serán los que dentro de unos años gobernarán este país. Un niño ha de aprender, desde pequeño, valores fundamentales que serán los que guiarán sus vidas cuando sean adultos. Y los transmitirán. Si le quitamos lo complicado que puede ser una ley como la Constitución o el Estatuto vemos que lo que hay detrás son simplemente valores. Yo siempre escribo lo mismo: igualdad, respeto y libertad. Esas tres palabras lo resumen todo.
Escribí El Mundo Mágico de la Constitución Española, El Mundo Mágico de la Constitución Europea y pensé que era preciso escribir El Mundo Mágico del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, como escritora valenciana y para mis niños valencianos (valencianos, alicantinos y castellonenses), parece que el término valenciano solo incluya a los de Valencia, es un término unívoco que puede inducir a la confusión.
Háblanos un poco de las ilustraciones.
La Ilustradora es Yudi Vargas, una gran profesional que captó enseguida lo que quería, se metió de lleno en la historia y sobre unos patrones que le di fue haciendo unas láminas preciosas que son algo más que simples dibujos. Es una gran artista y lo ha demostrado, le estoy sumamente agradecida. Quizá mi preferida sea la de la puerta de los Apóstoles de la catedral de Valencia donde se reúne el Tribunal de las Aguas, es una maravilla.
Qué es lo que a menudo te dicen los lectores tras haber leído tu obra.
Sorpresa, incredulidad, entusiasmo. Eso es lo que genera en quien lo ha leído. Tengo un amigo que compró cinco ejemplares, uno para cada uno de sus nietos y otro que se quedó él; varios amigos y amigas que han comprado los suyos y dos o tres para regalar a sus hijos y a sus nietos. Otros que han comprado para ellos y para sus padres porque según me dijo uno de ellos “a mi padre le irá bien recordar cosas de Valencia, le está empezando a fallar la memoria, además de médico era un gran lector”. Y algunos profesores para sus colegios; me contaba uno de ellos que no tienen material para tratar el tema, que en su colegio lo hacen con unas fotocopias de una especie de cómic que en realidad ni lo es porque son dibujos sueltos que alguien hizo hace diez años, pero que como no tenían otra cosa era lo que utilizaban, estaba entusiasmado con el libro.
¿Habrá en el futuro más libros infantiles de Magda Villarroya?
Pues, no lo sé, yo estoy muy a gusto en mi estudio escribiendo y me ha costado mucho salir de él, hacía bastantes años que no publicaba. Lo hice hace un año por la publicación de un libro de poemas, Las Siete de la Tarde, porque era para mi madre, como ya es muy mayor y siempre tuvo ilusión de ver publicados mis poemas los saqué a la luz un poco forzada por esa circunstancia, la de su edad, motu proprio no lo hubiera hecho y me hubiera quedado donde estaba. Pero, sí, tengo uno escrito que es una delicia, también sobre constitucionalismo infantil, muy importante para el constitucionalismo histórico español y también tengo bailando una idea en la cabeza sobre la que estoy empezando a trabajar, también sobre el Estatuto de Autonomía, pero de otra Comunidad. El otro día oí en una película que trataba sobre un escritor decir que un escritor no escribe para publicar, sino porque siente necesidad de escribir. Es lo que me ha pasado siempre, de hecho, esta publicación surgió sin saber ni cómo ni por qué y ahí está. Ya veremos, el tiempo lo dirá.
Termina esta entrevista resumiendo un poco todo lo que podremos encontrar si nos acercamos a las páginas de este ameno cuento infantil.
Es una historia preciosa, muy entretenida, las aventuras de cinco niños increíbles que se hacen amigos pese a sus diferencias culturales, unas diferencias que ellos no ven como está sucediendo en la actualidad donde cada vez son más frecuentes los casos de bullying. Es la amistad en su estado más puro, es diversión, es armonía, es multiculturalismo, es magia porque gracias a ella los niños se trasladan en el tiempo de una época a otra y entre ellos se explican lo que había antes y lo que hay ahora, cómo era todo antes y cómo es ahora con el consiguiente asombro de todos ellos, por ejemplo, las sensaciones de los niños de la otra época al ver los coches y las de los niños del presente al ver las carretas circulando por las calles de una Valencia desconocida de casas de una planta o dos... Es historia. Y es derecho. Es un libro muy bonito con el que se aprende mucho.
Mira, Isabel, ya que me das esta oportunidad quiero aprovecharla para pedir a los poderes públicos valencianos que, si puede ser, se impliquen un poquito más con los escritores y las escritoras y con la cultura en general. Por ejemplo, un libro como este lleva muchas horas de estudio, de documentación, es un libro escrito con rigurosidad y sería muy conveniente que de alguna manera iniciativas así se promocionaran desde la Generalitat Valenciana. Los niños necesitan ser educados en valores y eso no está en los libros de texto. Los escritores y las escritoras escribimos algo más que ficción, siempre pensamos más allá, en algo que pueda mejorar la sociedad y los niños a veces son los grandes olvidados por los políticos que a veces solo piensan en sus intereses electorales. Ojalá esto cambie alguna vez.
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