La historia de España entre 1923 y 1936 es la de una transición fallida a la democracia. Ni los monárquicos reformistas ni los republicanos fueron capaces de consolidar un régimen parlamentario y democrático inclusivo, que garantizara, en paz y estabilidad, las libertades y los derechos de los españoles.
Es esta la historia de una pasión política y de un triunfador, la de Álvaro Figueroa y Torres, conde de Romanones (1863-1950), que consiguió lo que se propuso: destacar, llegar a lo más alto en su carrera y ejercer el poder en España. Sin embargo, desde el punto de vista de sus objetivos políticos, es la historia de un fracaso: asistió en 1923 a la disolución del régimen constitucional de 1876, posteriormente, en 1931, fue el testigo principal de la caída de Alfonso XIII y, en agosto de 1936, estuvo a punto de ser fusilado.
La biografía y larga experiencia política del conde de Romanones es un buen exponente de los intentos de democratización del régimen liberal de la Restauración (1876-1923) y de la siguiente generación de políticos durante la Segunda República.
Por tanto, la Guerra Civil de 1936 no es el eje de la crisis política del siglo XX, sino la consecuencia de aquellos trece años mal dirigidos y administrados, lo que constituye una tesis más comprensiva, analítica y, sobre todo, menos cainita que la llamada «memoria histórica».
Guillermo Gortázar es historiador y abogado. Ha sido diputado en las Cortes, Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil y patrono-fundador y presidente de la Fundación Hispano-Cubana. Es autor de varias obras de historia y ha publicado numerosos artículos y colaboraciones en libros colectivos, en prensa diaria y en revistas especializadas de historia y política. Es columnista en El Español.
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