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Se recupera la novela "Nueve meses con los rojos en Madrid", de Ana María de Foronda

miércoles 16 de diciembre de 2020, 16:00h
Desde una perspectiva sesgada por sus afinidades ideológicas, Ana María de Foronda ofrece en "Nueve meses con los rojos en Madrid" un relato estremecedor sobre sus vivencias personales en el Madrid republicano. Las persecuciones, el miedo y un dolor muy profundo dibujan un escenario atroz.
Nueve meses con los rojos en Madrid
Nueve meses con los rojos en Madrid

"Nueves meses con los rojos en Madrid" es uno de los relatos más destacados de la propaganda sublevada en torno a un tópico muy común entre las filas rebeldes: el que narra el tiempo transcurrido en la capital bajo control republicano y conforma a partir de ese eje una epopeya de martirio y resistencia.

La obra, narrada en primera persona, teje una autobiografía ficcional en la que se alternan las voces de la propia autora, madre de una niña de unos pocos meses, y su marido, médico falangista detenido tras el alzamiento, lo que permite a Ana María de Foronda describir, con grandes dosis de truculencia y realismo, el Madrid de los albores de la guerra que es característico del imaginario nacional, donde abundan las detenciones ilegales, las checas y crueldades sin fin.

«Apoyados en los muros, sentados, tirados, boca abajo, cara al cielo, encogidos o rígidos, muchos sin cabezas, ni brazos. ¿Cuántos cadáveres había allí? ¿Mil? ¿Dos mil? Despacito, con cuidado, con los ojos muy abiertos para encontrar... lo voy buscando... Algunos tienen el rostro cubierto con las manos... y yo se las separo... Muevo cuerpos fríos, toco manos heladas... Desnudos, sin ropas, sin zapatos. ¿Cuántos cadáveres habrá? [...] Son tantos los muertos que me rodean, que siento estar también yo muerta, destrozada... y con mi hija... ¡Pero hay que buscar! Tengo que cerciorarme de que él no está...».

Ana María de Foronda. Hija de la notable escritora y activista Mercedes Pinto y del catedrático Juan Francisco de Foronda y Cubillas, Ana María de Foronda (1910-1990) no heredó el ambiente progresista en el que se educó en su infancia y primera juventud, y a partir de su regreso en 1934 a España desde Cuba abanderó con tenacidad la causa nacional, tanto en el plano personal –en el que llevó una vida modélica según los estándares más tradicionales– como en el literario. En este último su actividad fue incansable, y además de proseguir con su carrera literaria, se dedicó con gran intensidad a la traducción e incluso llegó a fundar su propia editorial.

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