¿Por qué María Blanchard? En cierta ocasión leí que algunos de sus cuadros, de la etapa cubista, se los habían atribuido a Juan Gris porque tenía más cotización en el mercado. Me pareció un despropósito y una desvergüenza. Si alguien tiene obras de esa época de otros artistas debería peritarlos. Me interesó su historia y comencé a mirar algo de ella y, para mi sorpresa, cuando comentaba a alguna persona su nombre las respuestas me asombraron y eran idénticas. Casi nadie sabía quién era María Blanchard. No lo dudé y me puse a elaborar mi novela para intentar sacar de la sombra a esta gran artista. Mujer de gran talento atormentada por un físico deforme. ¿Cuándo viste que ahí había una historia, que Blanchard tenía madera de protagonista? Ramón Gómez de la Serna la presentó en su día con pocas palabras: “la más grande y enigmática pintora de España”. Aceptar ese análisis es un potente reclamo para interesarse por María Blanchard. Puedo añadir que, después de ocuparme durante un tiempo en estudiarla, se trata de la artista más importante que ha tenido este país, pero sigue siendo un enigma que intento despejar, al menos en parte, con la novela Como una sombra. Te centras en sus últimos días, ¿por qué elegiste ese periodo de tiempo? Abordar su vida completa me resultaba muy de manual y de una complejidad insuperable por las lagunas existentes sobre ella. Consideré que la última etapa tenía la intensidad suficiente para explorar su personalidad. Es un tiempo en el que ella evoca los momentos más interesantes de su vida, y está acompañada por la amiga de siempre, la pintura rusa Angelina Beloff, conocida como Quiela. Se conocieron cuando María llegó a París veinte años antes. Juntas desvelan lo que han sido sus experiencias personales y artísticas. Son meses que, por lo que va sucediendo en ellos, contemplamos a la María Blanchard más real. ¿Qué has descubierto escribiéndola que no supieras viendo sus obras o leyendo sobre ella? Muchas cosas por suerte. Pero quizás fueran desconocidas para mí, y no tanto para los especialistas. He descubierto lo importante que fue en la renovación del arte, hasta dónde alcanzó su relación con tres importantes amigos: Diego Rivera, Juan Gris y Quiela, su sufrimiento y generosidad, su inteligencia, bondad y sentido del humor; sus dificultades para poder vivir como los demás, etc. Muchas cosas, insisto, que me han servido para recuperar y componer su figura en mi relato. Blanchard es un personaje en un paisaje lleno de figuras geniales. ¿Cómo encaja en ese espacio artístico e histórico tan abigarrado? Tiene mérito haberlo logrado con la misoginia que existía en ese ambiente. Las mujeres eran modelos o amantes, nada más. Lo logró por sus cualidades artísticas, su valía como pintora, y pienso que además por su inteligencia. ¿A qué atribuyes el olvido en el que ha caído? Encontrar una única respuesta no es posible. Son diversos elementos los que han construido el menosprecio hacia ella. ¿Sexismo en la historia del Arte? ¿Visión interesada o cicatera de su numerosa producción? ¿Envidias? ¿Intereses mercantiles? Y debe haber más que no caben en este espacio. Como último elemento incluiría el poco aprecia que se hace en España a sus genios nacionales. Es difícil explicar que se tardara aquí 60 años en dedicarle una exposición monográfica o que el Reina Sofía lo hiciera 95 años después de la exitosa muestra que le dedicaron en París. Artísticamente, ¿es tan grande como decía Gómez de la Serna? Lo es. No solamente lo dijo Gómez de la Serna. Lo decían sus compañeros del movimiento cubista: Picasso, Gris, Lhôte… Y también cuando mostró obras de otras tendencias, hay recordar el impacto que tuvo en Paris la exposición monográfica que se celebró en 1919 y la exhibición de su pintura La Comulgante. ¿Cuál fue su relación con Diego Rivera? Una historia de gran amistad personal, colaboración artística y confidencialidad entre ellos a todos los niveles que perduró durante más de catorce años, tiempo en el que compartieron casa y estudio en Madrid y París. “La Frida Kahlo española”, la llamó alguien. ¿Tiene sentido hacerlo? Sí, en cierta medida. Por sus padecimientos físicos, por su relación con Rivera y por su dedicación artística, aunque María es una pintora mucho más completa y vanguardista que Frida. La española ha carecido del merchandising de la Kahlo. ¿Qué parte del desconocimiento en el que cayó a su muerte tiene que ver con su propio carácter? En mi opinión, ninguna. Ese carácter hizo que en vida fuera aceptada y querida por mucha gente, y reconocida por la crítica como una gran artista. Pienso que debe ser complicado lucir al lado de personajes tan exuberantes como Picasso o el citado Rivera… Ella destacó y mucho junto a ellos. ¿En algún momento te planteaste escribir una biografía al uso, o un ensayo, y no una novela? ¿Es la ficción una herramienta más poderosa para dar a conocer a personajes como este? Me dedico a hacer novelas. Creo que la ficción, bien documentada, puede estimular la curiosidad a más gente y ayudar a sacar de la sombra a María Blanchard. En estos tiempos en los que se trabaja en la recuperación de figuras femeninas olvidadas, maltratadas por la academia y la historia, ¿qué hay que hacer con la vida y la obra de María Blanchard? Estaría bien que en los colegios e institutos le dedicaran un tiempo cuando se estudia historia del Arte, eso sería un avance. Puedes comprar el libro en:
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