En entrevista exclusiva con Todo Literatura habla de la prisa del mundo actual, de la importancia que tiene la creación y de la negación que hacen los políticos del arte como expresión vital para humanizar la sociedad. Montse Ordoñez es enfática al afirmar que el individuo “sin arte se muere”. ¿Por qué Siempre es de noche en Pyongyang? El título de este libro, obedece al estudio de una obsesión, al fenómeno de una sinrazón hecha metáfora. La represión, miedo, libertad de pensamiento, hambre, entre otras atrocidades varias, son el suelo de estados represivos. En ese estudio, establezco el paralelismo de lo que puede llegar a sentir un ser humano bajo esas circunstancias y llego a la conclusión de que, en alguna ocasión, los que nunca hemos vivido bajo un cielo tan hostil, podemos llegar a experimentar unas sensaciones similares. En este libro, trabajo aspectos en los que la primera persona sufre o se desangra por miedo, impotencia, desidia, apatía y hambre. Eso sí, también hay un resquicio para que a través de una grieta tenga cabida el amor y cierta esperanza. De cierta manera, en algún momento de nuestra vida, psicológicamente hemos vivido en un Pyongyang imaginario, con la crudeza y el dolor que eso representa. ¿Los 61 poemas del libro están todos ellos vinculados? Los poemas que se incluyen en este libro no hablan de Pyongyang, trata de ser la voz de una mujer que vive en ese Pyongyang imaginario y plasma en los márgenes, a través de sus murmullos el sufrimiento y el peso de su vida. En su segundo libro de poemas, ¿qué salto ha dado? Soy mujer de adentros, donde lo mínimo es horizonte. Partiendo de esta premisa, este segundo libro me ha permitido subir un peldaño poético hurgando en ese adentro al que me refería al inicio. La voz poética se eleva y se hace más diáfana, más sutil. Como dice, Miguel Veyrat en el posfacio, estoy en el limes del bosque, donde el amor comienza a cubrirlo todo. ¿De qué otras artes se alimenta su poesía? La fotografía, la plasticidad de la danza y la música, son para mi decir poético imprescindibles. La imagen me lleva a detenerme en la palabra, en los hilos que emergen de lo que observo, impregno las retinas y comienza un proceso interno que me lleva a tomar anotaciones o palabras que luego formaran parte de alguno de mis trabajos. Respecto a la música y concretamente con este libro he sido muy obsesiva porque solo era capaz de trabajar en el escuchando un disco de música experimental dedicado a Egon Schiele, los procesos creativos son muy curiosos y servirían para realizar varios volúmenes de ensayos. Se dice mucho que ahora se lee más poesía; sin embargo, también pareciera que el mundo se torna más duro. ¿La poesía se ha convertido, ahora más que nunca, en una tabla de salvación? Vivimos en la temible era de la prisa, las sociedades viven bajo el influjo del cansancio y el aburrimiento. Este último, viene dado producto del desequilibrio que genera el propio cansancio. Ya no hay tiempo para dedicarse a uno mismo, para leer, para pasear, para detenerse a observar lo sencillo. La capacidad de escoger y pensar ha quedado soterrada por otro tipo de intereses. La poesía que se lee en la actualidad no es la misma que se leía hace treinta, veinte o diez años. Existen nuevos formatos donde emergen pinceladas poéticas que se convierten en faro para una sociedad desencantada. Creo que en la actualidad no se lee poesía, se leen apuntes o pinceladas de ella. Un simple verso cautiva y disfraza una emoción. También existe el fenómeno de los poetas jóvenes que han crecido a través de las redes sociales y que han creado un género que ha cautivado a la masa social más joven. A ellos se les ha de agradecer que estos nuevos lectores muestren interés por otras voces poéticas anteriores. Ahora la poesía está menos dormida. Usted también es gestora cultural, ¿por qué el arte debería ser entendido como una prioridad por los políticos? Sin el arte, el ser humano deja de serlo, es así de simple. Uno necesita estímulos emocionales y estos vienen dados por todas las disciplinas artísticas. Sin arte, se muere. Por esa sencilla razón creo que los políticos se empeñan en expulsar al ser humano de la sociedad a la que pertenece y cada vez su empeño mata de manera metafórica la esencia de muchas personas. El arte hace caminar el pensamiento, lo alimenta, lo expande y eso es nocivo siempre para cualquier sistema político, incluso el más liberal. De ahí viene que ningún político quiera dar un paso al frente, un golpe en la mesa o un simple escarnio. Ojalá y algún día puedan darse cuenta de que la cultura nos sana y que, con ella en todo su esplendor, podríamos conseguir una sociedad más inclusiva, justa, equilibrada y sana. ¿Podría decir que alguna poesía ha cambiado su visión del mundo en algún momento de su vida? Más que alguna poesía podría decir que varios poetas han cambiado mi forma de mirar y sentir la vida, esto es mucho más honesto y abarcador. Maria Zambrano y Thomas Bernhard han sido influencias capitales que me han ayudado en momentos puntuales de mi vida a aprender, a crecer, a salvarme. Puedes comprar el poemario en:
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