Nacer en el momento equivocado

La trama se sitúa en la Segunda República y la Guerra Civil, en Lugo y Asturias, pero también con escenarios episódicos en Salamanca y México.

Comenzará con la aparición de la aurora boreal en un cielo que parece arder como si de luminarias se tratase. Lejos de ser esto un simple fenómeno, se transformará en un mal augurio reflejo de lo que, de forma soterrada, se gesta hace tiempo en las entrañas de una tierra también en llamas y que Rodil nos irá desvelando a lo largo de la novela desde la visión de Andrés, su protagonista. Un chico aplicado, de origen humilde, que encontrará en su maestro y mentor empuje para cursar estudios superiores lo que cambiará el rumbo de su vida. A partir de ahí, entablará relación con otros personajes, que influirán en su trayectoria y le guiarán tanto en su formación, como en su desarrollo emocional y espiritual. Conocerá así el poder que aporta la cultura, al tiempo que crecerá descubriendo la intensidad del primer amor y la herida que genera la pérdida. Pero un día, su tranquilo discurrir se desmoronará, viéndose envuelto en unos sucesos fortuitos consecuencia de su lealtad y de su incomprensión para medir la magnitud de lo que sucede, y que le acabarán conduciendo a la trasera de un furgón camino de un destino fatídico, mientras las luminarias vuelven a desgarrar la noche.

El encargado de desvelarnos su historia es Claudio, personaje crucial que custodia sus memorias, a raíz de un encuentro en Castropol, cuarenta años después, con la hija de este. Recreará esa época convulsa y sus secuelas, analizando un proceso de transición que no abordó, ni promovió el diálogo entre el pasado y el presente.

Todo el texto está impregnado de una lograda verosimilitud, fruto del cuidadoso proceso de documentación e investigación realizado por el autor, al que se une su conocimiento del terreno y la magistral interpolación de sucesos históricos. En este sentido, cabe destacar la relevancia de Rafael de Vega Barrera, médico nacido en Zazuar (Burgos) en 1889, considerado uno de los pioneros de la sanidad pública española. Ineludible es recalcar además la honestidad del escritor al ceñirse al contexto, mostrando con claridad las distintas vertientes ideológicas de ese tiempo. Mientras que por un lado florece el ansia de cambio, con la esperanza de potenciar saber y educación, evocando para ello el recuerdo de las Misiones Pedagógicas y su altruista afán de popularizar el derecho al conocimiento, por otro lo hace el fanatismo, la incultura y la intolerancia, componentes básicos del totalitarismo y la represión. Así mismo, nos hará revivir junto a Andrés sus temores y la necesidad de huir de un país que no se atiene a razones y que persigue implacable a los que se muestran críticos.

Es indiscutible que Rodil se adueña en estas luminarias del tiempo y el espacio, así como de las palabras y evocaciones con destreza y, sobre todo, respeto, ya que, si bien es una ficción, no deja de transitar entreverada a una realidad sensible.

Sin duda, una lectura recomendable, impecablemente editada por Velasco Ediciones, que nos lleva a plantearnos la necesidad de desandar el camino como ineludible tributo a los que hubieron de sufrir el ayer, y sobre todo a aquellos que, al igual que Andrés, nacieron en el momento menos oportuno en una España equivocada.

Puedes comprar el libro en: