El escritor criado en Fuenlabrada es uno de los pocos autores españoles que cultiva el género de terror. Primero fue “Los huéspedes”, con la que consiguió ser finalista del Premio Drakul de Novela, de una pequeña editorial, pero muy interesante, de Fuenlabrada. Cuando publicó su primer libro tuve la ocasión de entrevistarle para un periódico del sur de Madrid. Siempre me extrañó que un novelista de su clase no siguiese publicando regularmente. Ahora “Bajo el barro” ha puesto las cosas en su sitio. Su nueva novela de terror es una historia de un barrio lumpen de Madrid, la colonia Monte Laurel, escenario inventado que podría estar localizado por los carabancheles o Aluche. Barrios donde todo puede ser posible. “No he querido escribir el relato sobre un barrio específico porque no quería estigmatizarlo, pero sí he utilizado lugares que conocía personalmente”, declara y añade “quería reflejar la vida de un barrio cualquiera con problemas de violencia, drogas, etc. Y luego introducir esos elementos sobrenaturales”. En su opinión, “el género de terror es muy difícil. Hay pocos autores que lo abordan con éxito. En España, hasta Stephen King vende menos de lo que creemos. En Estados Unidos es otra cosa”. Además, son las películas y series las que se estáqn llevando el gato al agua en este género. “Yo tengo una teoría sobre el cine de terror y es que la literatura de terror es mucho más exigente que el cine, de ahí que sea más difícil triunfar”, afirma con convicción. “Bajo el barro” tenía prevista su salida en el mes de junio, por culpa de la pandemia se ha tenido que retrasar hasta este otoño, además la novela, en su manuscrito original tenía cerca de 800 páginas, lo que para un autor casi desconocido era difícil su colocación en el mercado. “Tuvimos que hacer un gran trabajo de edición. Me sorprendió que trabajasen tan bien en Planeta. Se hizo un gran trabajo de depuración del texto y quedó en 600 páginas, después se decidió que saliese el libro en edición de bolsillo. Decidimos ponérselo fácil al lector”, razona Rubén Sánchez Trigos durante nuestra conversación. “La literatura no está sólo para contar historias”Rubén Sánchez Trigo cree que “la literatura no está sólo para contar historias, también está para bajar al barro y profundizar en los personajes y en sus dramas personales. El cine, por el contrario, sí”. Haciendo un bonito juego de palabras con el título de su novela. En su novela, procura mantener el espíritu de barraca de feria en el que muchos nos criamos. “En todas las ferias había un pasaje del terror, antes lo llamaban el tren de la bruja. Ese espíritu era el que quería para mi novela”, señala Rubén. Pero esa visión era demasiado estereotipada, de ahí que buscase una complejidad mayor en su novela e incluya pasajes de violencia en los institutos, el bullying que sufren muchos de los alumnos. Sus protagonistas son chavales que han sufrido los abusos más vejatorios que nos podamos imaginar y que el autor ha visto durante su vida de estudiante en los institutos donde ha estudiado o ha investigado por Internet para recapitular las muchas atrocidades que se suelen cometer. “El bullying es la norma, el día a día. Aún así no he pretendido denunciar nada, aunque creo que las redes sociales, actualmente, son más violentas que los institutos”, indica. “La literatura de terror tiene mala prensa en nuestro país. La crítica suele obviarla, no ocurre lo mismo con el cine. La diferencia entre el cine y la literatura es que en los libros el lector puede completar las imágenes a su antojo, y aunque utilice los mismos recursos, la forma de implementarlos es distinta”, elucubra el escritor y profesor de universidad, que en la actualidad está preparando su tesis doctoral sobre "El zombie en el cine español de los años 70". “Bajo el barro” tiene un componente sobrenatural muy marcado. “Los fantasmas, tanto reales como los fantásticos emanan de la psique de los personajes. Disfruto mucho cuando escribo esas escenas sobrenaturales. Para mí es una suerte de catarsis”, explica el autor. Suele alternar esas escenas de miedos reales, tales como una violación o un incendio, con otras más inexplicables. “Creo que así se impacta más al lector, al confrontar esas dos formas de horror o terror”, puntualiza.
Para el autor, "el barro es una metáfora, es lo primigenio, que nos induce a pensar cuáles son las fuentes de nuestros miedos". “Creo que esas fuentes son innatas en todos nosotros. No es una cuestión generacional, casi todos los miedos son comunes a la raza humana. El miedo más poderoso es el pánico a la oscuridad. Lo contiene todo”, sentencia Sánchez Trigos. Pero, además, de ese barro que nos dice de dónde venimos, utiliza todo tipo de recursos tecnológicos modernos en su libro y, por supuesto, todo tipo de redes sociales. “Quería que el lector se conectará con los tiempos que nos ha tocado vivir, los de la sobre información. Estos tiempos de información son muy poliédricos”, sostiene. De ahí que utilice blogs, whatsapp y otros medios de información inmediata en su narración. “He procurado dar una pátina de verosimilitud al relato, por ello enfrentó lo fantástico con la realidad, hago que tengan un diálogo”, desarrolla. En el texto utiliza capítulos, que van alternando con la narración principal, en los que salen diversos medios de comunicación, muchos tienen que ver con su actual editorial. “Ha sido todo fortuito y no me han pedido que cambie nada”, apunta el escritor. Una vez publicada su nueva novela, Rubén Sánchez Trigos tiene ya varios proyectos preparados. “Tengo lista una novela corta y estoy escribiendo otra novela larga que espero pueda publicar próximamente. Espero que Bajo el barro me sirva de lanzadera para nuevos proyectos”, concluye el escritor madrileño. Nosotros esperamos que esos proyectos se vean coronados por el éxito en ese mundo tan difícil de la literatura de terror. Puedes comprar el libro en:
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