Periodista cultural de larga trayectoria, sus artículos y entrevistas han aparecido en cabeceras como ‘Interviú’, ‘Rolling Stone’ y ‘El Mundo’. Ahora acaba de publicar ‘Todos nosotros’ (Planeta), su tercera novela negra y la más trepidante y ambiciosa. ¿Cómo definiría su último trabajo literario? "Todos nosotros" es un thriller duro, sin concesiones, aunque el amor y la esperanza están también presentes y ejercen de contrapeso. Y es al mismo tiempo un viaje a través del tiempo en el que un inspector de policía con una fuerte vocación y una gran integridad trata de esclarecer una serie de asesinatos y desapariciones de chicas con un denominador común: todas ellas fueron vistas por última vez en locales de copas. Su novela empieza en los primeros 80 y continúa y finaliza en el 2002. ¿Le ha costado encontrar documentación sobre esas épocas? La documentación, colosal, ha sido una parte muy importante del trabajo de esta novela. Pues si bien la historia que narro es pura ficción, los escenarios en los que transcurre son reales y la acción sitúa en todo momento al lector en un contexto histórico, social, político y cultural concreto. Me serví para ello de diarios de la época, libros y documentales. Tenía muy claro que quería escribir una narración criminal de corte clásico, por ese motivo arranca en un año en el que no había teléfonos móviles, pruebas de ADN ni cámaras de seguridad, y en el que los policías tenían que investigar los crímenes valiéndose de su capacidad deductiva y de su perspicacia. Aquel era un trabajo casi artesanal; debían ser muy analíticos y patear mucho las calles libreta en mano. Hoy día la mayoría de los crímenes se resuelven en los laboratorios de la policía científica, véase la serie CSI, o gracias a una cámara de seguridad, pero en aquel entonces los medios técnicos y científicos eran muy limitados. Y me parece que ese modo de trabajar, mucho más limitado pero más romántico, podía ser más atractivo para el lector. Y yo me incluyo entre esos lectores, ya que soy un gran consumidor de ese género literario. Todos nosotros contiene escenas violentas. Pretendía crear ese efectismo, aunque no es en absoluto una novela ‘gore’. Reconozco que hay violencia psicológica, pero es más lo que insinúa que lo que muestra. En un thriller tiene que haber oscuridad y luz, y en este esos dos polos están perfectamente definidos. De hecho, ‘Todos nosotros’ es una novela de contrarios en muchos aspectos. En la primera parte muestro a un país que empezaba a salir de las tinieblas y a abrirse a la modernidad, y en la segunda parte el lector se encuentra con una España integrada en Europa y plenamente moderna. Hay contrarios también en el seno policial de la primera parte, 1981, en donde convivían los inspectores provenientes del franquismo con los formados en democracia, y entre ellos surgían fricciones por los distintos modos de entender la vida en general y su profesión en particular. En cambio, en la segunda parte de la novela todos los policías son demócratas practicantes. Y hay contrarios en la banda sonora de la novela: por un lado, en la primera parte están los grupos emergentes de la Movida, como Radio Futura, Nacha Pop y Mecano, y los cantantes melódicos de entonces, como José Luis Perales, Julio Iglesias, etcétera, y en la segunda parte domina la música electrónica que sonaba en ciertas discotecas. Para escribir este libro ¿ha hablado con policías de esa época? Naturalmente que sí. Algunos inspectores de policía que vivieron aquellos años, y que han preferido mantener el anonimato, me han iluminado el camino y me han resuelto muchas dudas. Nada más empezar, en el prologo, ya hay un muerto y un herido. Esto ya indica de qué va la novela. ¿Todo lo que escribe en la novela es real o nace en su cabeza? Me propuse atrapar al lector desde la primera a la última página. Me ha pasado a veces estar leyendo una novela negra y en la página 150 aún no había ocurrido nada, y creo que eso es algo que un autor de thrillers no se puede permitir. En ‘Todos nosotros’ hay un misterio que aparece en la primera página, recorre la novela y llega hasta el final. Y respecto a si es real o no, la parte criminal de la novela, como digo, es pura ficción; los asesinatos y secuestros han salido de mi imaginación. Pero me he servido de la realidad para obtener las noticias políticas, culturales y hasta deportivas que van salpicando toda la narración. "Todos los novelistas vierten en aquello que escriben cosas de sí mismos"¿Ahora que ya está a la venta le quitaría o le añadiría algo? No. Es una novela muy meditada, muy trabajada, y cuando le he puesto el punto final ha sido con la certeza de que tenía que ser así. Esta es la historia que yo me propuse contar. No hay nada que me parezca que tenga que ser modificado. Suscribo todo lo que he escrito. ¿Hay algo de usted a lo largo de su libro? Borges dijo que todo escritor que escribe más de cien páginas está hablando por fuerza de sí mismo, aunque esté escribiendo una biografía. Creo que, aun de forma inconsciente, los novelistas vierten en aquello que escriben cosas de sí mismos, de sus experiencias. No obstante, en esta novela he tratado de esconderme lo más posible. Describe en su novela rincones de Madrid al dedillo. Se ve que es una ciudad que conoce bien… Soy madrileño de pura cepa, mis padres y mis abuelos eran madrileños. Aun así, he vuelto a visitar todos los escenarios que aparecen en la novela, y que ya conocía bien, para darles la mayor verosimilitud posible. "Todo nosotros". ¿Cómo se le ocurrió el título? Habrás visto que en la novela hay varios momentos en los que esa frase aparece. Y en el epílogo hay una reflexión que hace un personaje y que explica perfectamente el porqué del título. Pero no quiero destripar nada del argumento.
Ha escrito varias biografías y esta es una novela negra. ¿Cambia la forma de escribir un género u otro? Cuando escribes ficción, una novela, eres mucho más libre. Como es lógico, la escritura de una biografía o un ensayo te constriñe inevitablemente, porque te debes a unos hechos concretos y porque el material que manejas (una persona que vive) es mucho más sensible. Pero la escritura de biografías me ha proporcionado método, que es algo indispensable para armar una novela como la que he escrito. Es una obra a la que no le falta una potente banda sonora. Así es. La música ayuda también a situar al lector en un momento determinado. Es un ingrediente muy valioso en ese sentido. Y en este caso, al transcurrir la historia a lo largo de más de dos décadas, es muy ecléctica y variada, como ya he señalado. En su libro se recorre el Madrid de los años 80, 90 y el 2000 junto a una pareja de inspectores que nos lleva a las discotecas más emblemáticas de la capital. Madrid y su vida nocturna tienen una gran importancia en la novela. Se podría decir que Madrid, con sus múltiples caras, con sus grandes contrastes, es un personaje más. Y como es en locales de copas donde se pierde el rastro de una serie de jóvenes, en las páginas de ‘Todos nosotros’ están retratados bares y discotecas muy populares, como La Vía Láctea, El Penta, Pachá y Joy Eslava, y las ya desaparecidas discotecas Cerebro y Space. ¿Cómo está en estos momentos la novela negra en nuestro país? Creo que goza de una excelente salud y que es un género consolidado. Hay escritores españoles que están elevando la novela negra al nivel de la novela literaria, y las editoriales, tanto los grandes grupos como los pequeños sellos, hace ya tiempo que apuestan por ella. Puedes comprar el libro en:
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