Desde hace tiempo la narrativa de Fernando de Villena explora en la síntesis entre los mitos sentimentales y la realidad vivencial: “La vida sin mitos –dirá- carece de sentido”. Es un proceso estético que permite su actualización personal pero, sobre todo, una actualización social y comunitaria. En su imaginario vital existen una serie de ideas fundamentales cuya narrativa le ha servido como cauce estético para proyectarlas en forma de historias hábilmente trenzadas que conducen a su modernidad. Es verdad que son mitos intemporales que pueden rastrearse en la historia y en determinadas épocas refulgen con poder omnímodo. Pero también es cierto que a veces quedan cubiertas por una tupida pátina que impide su visualización. Este es el caso de su penúltima novela, Ubi Sol Occidit, publicada por Ediciones Carena en 2019, (la última, Las siete edades, acaba de publicarse en estos días). Ubi Sol Occidit aborda el mito y la historia del Santo Grial y sus leyendas en torno a los mitos artúricos. Esta copa que Jesús usó en su última cena ha sido motivo de una amplia y rica literatura que conoce muy bien Fernando de Villena por los estudios realizados en torno a ella (en las primeras páginas lo explicita el autor), pero sobre todo por el encuentro sentimental con ella. Encuentros en la infancia-adolescencia que se proyectan ya durante toda la vida. La novela aunque tiene una introducción y una conclusión con cuatro partes, en realidad la sintetizaríamos en dos partes fundamentales: el Santo Grial y su trayectoria histórica en torno a los mitos artúricos (a la que dedicaría la primera parte) y la actualidad vivencial y personal de la misma en torno a la historia del recorrido del protagonista desde el año 1960 y más tarde su encuentro con el Camino de Santiago como elemento simbólico por antonomasia que va cerrando el sentido de la obra en su segunda parte. La primera parte transcurre de modo raudo por los acontecimientos del año 18 d. C. con José de Arimatea, Caifás, Nicodemo, María de Magdala…, son secuencias breves que permiten, como sucede siempre en su narrativa, una lectura ágil en la que los elementos de tipo histórico están entreverados de diálogos que ofrecen un reconocimiento inmediato de circunstancias y situaciones que nos adentran en la historia de Jesús, su resurrección, la época de Vespasiano… En ese recorrido llegará a Britania, el rey Pelles, la hechicera Morgana, el rey Arturo, Eliane de Covernic, Lanzarote, Perceval, Galaar, la espada Excálibur… Pequeñas síntesis históricas que a las generaciones actuales les servirán de acicate para su lectura, pero sobre las que al final del capítulo dice el narrador: “Acaso quien lea estas páginas considere que cuanto yo relato es otra de tantas fabulaciones de malos malísimos y héroes que salen victoriosos de las más inverosímiles peripecias. Pero nada más contrario a mi propósito. Cuanto diré a continuación no es otra cosa que el testimonio de lo por mí vivido y a quienes les puedan servir mis palabras” (p. 68). En este testimonio se observa la raíz didáctica de su narrativa pero también ese recurso a la “verdad” y a la utilidad del hecho literario, que va innato en la esencia de docente de Fernando de Villena. A partir de aquí se iniciará una segunda parte que nos conducirá por una verdadera síntesis sentimental, de vivencias personales, recuerdos de infancia y adolescencia que proyecta en la obra con el emblema final del recorrido por el camino de Santiago desde Roncesvalles en busca de ese Santo Grial. Surge entonces Almuñécar, los trece años, la adolescencia, el amor, los cines de verano, el ajedrez, la casa del francés, Marruecos, el anticuario Ignacio Martín Villena (con los mismos apellidos del autor)… pero siempre son vivencias personales con recursos a la verdad y la ficción que van hiladas con el hilo conductor del Santo Grial que hace de mágico hilo para coser los sentimientos. Esa historia sentimental a la que aludíamos al principio. Es entonces cuando surge la raíz del título y la búsqueda del Santo Grial en un lugar de España donde muere el sol. El viaje con Rafael a través de ese Camino de Santiago adquiere una relevancia extraordinaria pero también en determinados momentos su andamiado diálogo le va a permitir excursos sobre la política actual y el concepto de ser español: “En esta España de hoy las gentes han llegado a creerse la leyenda negra. Pocos son los que se muestran orgullosos de su condición de españoles y a los que se atreven a manifestarse en este sentido se los califica inmediatamente de fascistas” (p. 129). Y se finaliza este excurso de varias páginas con un canto a la lectura: “El gran problema es que hoy se lee muy poco, se desconoce mucho y se gallea demasiado” (p. 131). También hay comentarios en torno a los judíos, el feminismo, la censura de las ideas, la Iglesia, el FMI… Y, cómo no, es motivo de crítica el ámbito literario. Dirá: “Hay mucho engaño en las letras contemporáneas, pero también muchas obras valiosas que permanecen casi ocultas por haberse publicado en editoriales modestas”. En ese recorrido por el Camino de Santiago con Rafael siempre habrá esos momentos para hablar de la situación actual de España desde un punto de vista muy crítico… En muchos casos confesiones de un pequeño filósofo que nos ha recordado mucho a Azorín y esa visión de España noventayochista que está presente en la obra de un modo casi intertextual y secundario porque finalmente lo que busca es ese encuentro con el Santo Grial y su trascendencia histórico-sentimental. En definitiva, una novela donde se aúna la visión de un ser humano, sus creencias, su realidad personal tomando como esencia para ese camino personal uno de los grandes mitos de la humanidad, el Santo Grial, una especie de camino de encuentro y de nueva espiritualidad. Puedes comprar el libro en:
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