¿Por qué no puede faltar la poesía en la vida de Ricardo?
––Porque es imposible. Recuerda que la poesía es algo absolutamente imprescindible, aunque no sabemos para qué. Lo que me resulta evidente es que la vida sin poesía sería algo insoportable, algo invivible, no se puede concebir un mundo predominado por lo desagradable.
Defiendes en poesía la sencillez y la emoción como la que podemos encontrar por ejemplo en… completa, por favor, la frase.
––La poesía de la sencillez no sé exactamente qué pueda ser. Yo creo en la poesía como un acto de belleza, un acto de emoción, pero sobre todo como un acto de inteligencia, Un libro de poemas es algo muy parecido a un jardín. Los setos, los paseos, las rosaledas, las alamedas son el resultado del trabajo de los jardineros que impiden el caos y diseñan formas bellas. Cada palabra sería una simiente.
Qué lecturas poéticas recomendarías este verano.
––Sobre todo el regreso a los clásicos, a todos los clásicos, propios o de otros países, y en cuantas lenguas seamos capaces de hacer lecturas comprensivas satisfactorias. El regreso a los clásicos es la vuelta a la verdad, y además son insondables, inagotables, nunca los leemos dos veces igual. Clásicos de nuestro siglo de oro, los clásicos griegos o latinos, los clásicos contemporáneos. Invito a recuperar la lectura de los clásicos como placer máximo. Yo vivo atrapado en ello.
Cuál crees que debería ser el mejor premio para un poeta.
––Tener lectores. No hay otro. Saber que alguien puede compartir nuestras ideas, nuestras emociones, nuestra forma de ver la vida.
Qué otras cosas te apasionan, aparte de la poesía.
––Vivir. Lo dice Miguel Hernández con enorme claridad: “me queda la vida”. A cada uno nos queda un tramo diferente, pero nada es tan apasionante como vivir.
¿Por qué crees que eres una persona tan abierta y social? ¿Qué es lo que le hace a Ricardo ser como es?
––Soy como soy porque soy quien soy. Gracias por considerarme en tu pregunta una persona abierta, porque sí pretendo serlo, sin artificios. Creo que le debo a mis contemporáneos, a mis amigos, a quienes me rodean, mi amistad.
¿Cómo te gusta que sea la gente? ¿Qué es lo que más te agrada de tus amigos?
––Lo que más me gusta de mis amigos son las cualidades de mis amigos. Intento huir de las personas tóxicas que sólo encuentran defectos en la vida, y que son profesionales de la persecución de los defectos de los demás. Yo tengo muchos amigos, todos ellos generosos, inteligentes en sus medidas y necesidades, Le pido a mis amigos que perdonen mis defectos, que son muchos.
Para qué tipo de cosas sueles aprovechar el verano.
––Te contestaré con un tópico: para leer más. Pero además en este año 2020, me ha sido muy favorable el confinamiento, que me ha regalado mucho tiempo libre, muchos momentos para leer, para escribir, para acabar proyectos. Estar encerrado en mi despacho ha sido una oportunidad muy necesaria para mí en estos momentos de mi vida y mi salud. El confinamiento me ha beneficiado mucho.
Puesto que estamos en verano, transcribe, por favor, algún poema de tu autoría que tenga que ver con esta estación.
–– Jardín de la infancia
Mi infancia aún vive enredada en los setos
del frondoso jardín de Los Viveros,
convive con los gusanos, los insectos,
y los grandes árboles de inmensa copa
a cuyo pie las parejas se empujan
confundidas con la luz del génesis.
Parque de la infancia, sol del verano,
sombras húmedas, lagos, charcos, charcas
por las que vacila un barco de papel,
que termina estrellado entre hojas
que el viento ha empujado desde un árbol
al que la brisa ha ido estremeciendo.
La fuente son chorros de agua fresca,
––brotados desde la piedra tallada––,
que mis labios buscan en el aire
y al final se estrellan en las mejillas
encendidas de púbero carmín,
llama roja que nos dice que hay vida
Este jardín son todos los jardines del mundo,
el de Luxembourg y el de Belleville,
es el de Versalles y el Central Park,
porque todos los parques son el mismo
parque que se extiende silencioso,
y todos los jardines emergen del mismo jardín,
la fecunda semilla, el fértil polen,
la raíz en la noche de la tierra.
Vive mi infancia en mí y en esa tierra
viviré yo después de muerto he ido,
cuando mi cuerpo quede cubierto
de raíces como de Tolstoi la tumba
y sólo me asome a la vida aupado
por la vegetal rama de las plantas.
Vivir se ha convertido en este extravío
por el laberinto inglés de la razón
y su casta vecindad con el caos.
Sobre una rama se posa un pájaro
emigrante que descansa sus plumas,
y yo miro mis brazos como ramas
antiguas que han medrado y se secan,
reconozco así en ellas mis manos
infantiles que empujaban un buque
de papel impreso rumbo al más allá,
con destino único al tibio sol.
Jardín de mi infancia, los Viveros
del palacio real y la alquería
del moro expulsado del paraíso,
jardín contagiado en todo el mundo
sobre el que sobrevuela una nube
de simientes que convocan al agua.
Observo mi imagen en el lago
y sé que los dados ya se han echado,
no habrá milagro de la primavera,
sino que todo seguirá su curso,
se secarán las ramas antes verdes
echadas a perder por el silencio,
medraran altivos los nuevos brotes,
y las abejas harán su trabajo
mientras yo me consumo y cada día
no queda de mí más que el recuerdo.
Transcríbenos también, ya para finalizar, algún poema que hayas escrito en valenciano o recomiéndanos algunos buenos poetas en esta lengua o ambas cosas.
––Recomiendo leer mucho y con mucho cuidado a Ausiàs March.
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