D.A.- Cuentos del coronavirus es un compendio de relatos que tratan el tema del COVID-19 desde distintas perspectivas. En la nueva antología de Ediciones Irreverentes podemos encontrar relatos negros, introspectivos, filosóficos, e incluso humorísticos. ¿Cómo encuadrarías el tuyo?
P.B.- Fantástico, porque presenta nuestra realidad desde una dimensión no humana, desde la perspectiva de poderes que podrían ser dioses pero cuya intención es hacernos entender lo que somos, pobres seres cuyo ego se ha inflado tanto que hemos llegado a creernos el centro del universo.
D.A.- Me gusta el toque anticapitalista que tiene tu relato. No solo hablas del coronavirus, sino también de ese otro virus al que llamamos “dinero”.
P.B.- SÍ, la Covid es un virus que no llegamos a controlar mientras que el dinero es un virus que hemos creado los seres humanos y del cual hemos perdido el control. Tarde o temprano llevará a la autodestrucción de la raza humana. Lo que al principio era un medio para llegar a ser más feliz, al bienestar, se ha convertido en un fin. Tener dinero por el único placer de acumularlo, de tenerle y cuanto más mejor. Todo, tanto los valores morales como los bienes tienen un precio. Hemos visto en esa pandemia cómo se han hecho grandes negocios a coste de vidas. “La avaricia rompe el saco”, dice el refrán. En este caso, el saco es el mundo, es el planeta con todo lo que contiene.
D.A.- Como hemos dicho, tu relato pone el broche final a una antología en la que participan autores con una amplia trayectoria como Miguel Ángel de Rus, el mexicano Juan Patricio Lombera o Eugenia Kléber. ¿Qué relatos destacarías? ¿Cuáles te han gustado más o cuáles te han sorprendido?
P.B.- Es difícil destacar un cuento en la medida en que cada uno nos deja un sabor de boca diferente. Elegir sería decir que uno es mejor que el otro. Siendo uno de los autores, prefiero dejar al lector hacer ese juicio. Cada cuento es una pincelada del cuadro que representa esa obra.
D.A.- En el prólogo, el escritor alemán Klaus S. Neumann afirma que “el ser humano es especialmente innovador en tiempos de crisis”. A mi entender, escribir en tiempos de pandemia ha sido una suerte de terapia. ¿Ha sido así en tu caso?
P.B.- Sí, en situaciones como estas hay dos formas de reaccionar: o quejarse por lo que falta o aceptar lo que hay y tratar de sacar el mejor provecho. La libertad está también en la mente. Así que he aprovechado para detenerme a mirar temas que suelo dejar de lado por falta de tiempo, como mis primeros pasos en el ruso y también, la lectura, escribir, informarme y disfrutar de la compañía de los que me rodean. No me he aburrido.
La libertad está también en la mente
D.A.- Obviamente, en los últimos meses han aparecido varias antologías que recogen textos que nos hablan sobre la pandemia y la nueva normalidad. ¿Qué crees que puede aportar la apuesta de Ediciones Irreverentes?
P.B.- Son 26 puntos de vistas. Relatos cortos, reflexiones… Una muestra de actitudes frente a esa situación. Creo que el éxito de la obra reside en la diversidad de enfoques de un mismo tema. Una realidad vista a través del filtro de 26 mentes, unos con optimismo, otros con dramatismo, otros con humor, y otros con fantasía. Los hay para todos los gustos.
D.A.- ¿Y cómo crees que reaccionará el público? ¿Sentirá curiosidad por lo que han imaginado veintitrés autores sobre este tema tan espinoso o se apartará de él, tratando de olvidar lo que hemos pasado?
P.B.-Primero, ese libro trata de un tema cercano que ha afectado a TODO el mundo con más o menos sufrimiento. Segundo, la portada con un perrito llevando una mascarilla deja claro que no se trata de un estudio científico sobre el coronavirus, sino del aspecto humano de esa crisis Me imagino que la curiosidad atraerá el lector hasta ese libro y después el formato, cuentos cortos y muy variados que se pueden leer poco a poco, atraerá a la gente interesada en echar un ojo a otras vivencias.
Los testimonios quedaran ahí para el futuro cuando se estudiará ese fenómeno con más distanciamiento, o simplemente cuando la vacuna será efectiva y el miedo dejará sitio a la curiosidad.
D.A.- Por último, quisiera preguntarte cómo te ha afectado a título particular el confinamiento que hemos soportado en los últimos tiempos. Si no me equivoco, poco antes de decretarse el estado de alarma, acabas de recibir el premio Wilkie Collins de Novela Negra por La muerte sabía a chocolate…
P.B.- En el plano literario la pandemia ha llegado cuando se iba a presentar mi novela La muerte sabía a chocolate oficialmente. Se anularon los actos de presentación. Afortunadamente, una novela no es un producto perecedero y ahora estoy retomando las promociones. Empezamos la semana pasada en el sur de Tenerife con aforo completo y respectando las normas de seguridad. Fue un éxito alentador. Por otra parte durante el confinamiento recibí correos de lectores que habían pedido la novela directamente a la editorial M.A.R. Editor y me comentaron que les había gustado mucho. Fueron noticias dulces durante esos tiempos de restricciones. Ahora la novela está disponible en las librerías, lugar donde recomiendo comprarla para el bien de esos pequeños comercios que sufren de esa crisis (y el mío también).
La vida sigue su curso, son tiempos que nos han tocado vivir. Tenemos que sacar el mayor provecho a la vida sea cual sea las circunstancias.
Pascal Buniet (Saint-Pol-sur-Mer, Francia 1952). Licenciado en filología inglesa por la Universidad de Lille, Francia. Vivió dos años en Irlanda, trabajó un año en el departamento de francés de la Universidad de Galway. En 1979 se traslada a Tenerife donde reside desde entonces. Es autor de las novelas Lágrimas en el mar, publicada en Francia con el título de Des larmes d’espoir, y en M.A.R. Editor de La verdadera historia de Gloria T y Sombras en la meta, publicada en Francia como L’ombre du coureur. Con La muerte sabía a chocolate ha ganado el IX Premio Wilkie Collins de Novela Negra entre 174 obras recibidas desde 19 países.
Puedes comprar el libro en: