Al revisar el corpus literario falangista surgen numerosas preguntas sobre las particularidades de la escritura en tiempos de guerra.
Con independencia del bando del que se trate, la literatura escrita durante la Guerra Civil es deudora de una vocación propagandística clara.
Para cumplir con su finalidad, los autores no suelen ocultar su técnica, que por lo general tiende a apropiarse de referentes literarios o determinados espacios históricos, de modo que pueda construirse un relato propio de la ideología que sea al caso.
Madrid, de Corte a cheka (1938), de Agustín de Foxá, es un ejemplo paradigmático de esto: por un lado, pretende ser un testimonio de primera mano de la sociedad madrileña entre 1931 y 1936; por otro lado, su carácter estético, auspiciado por la Falange, requiere de figuras de renombre sobre las que cimentar su estilo. Destaca sobremanera, en este sentido, el esperpento de Valle-Inclán.
Alain Iñiguez Egido es Investigador en la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente investiga a fondo sobre la novela fascista escrita antes y durante la Guerra Civil. Su trabajo se encuentra adscrito al Proyecto Métodos de propaganda activa en la Guerra Civil. Parte II: estudio y edición de obras inéditas (2017-2020), dirigido por Emilio Peral Vega.
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