"Con razón se ha llamado al siglo XI el de la sistematización, la definición, la clarificación de Europa. «Siglo rico en orígenes», ha dicho de él un investigador europeo. Cierto orden comienza a emerger por todas partes, tan profundo como las luchas que antecedieron a las formas de paz que ahora se fundan. Sucede también en España, pero sobre todo fuera de ella. Orden, ante todo, porque la sede papal de Roma define su papel, por primera vez inequívoco, y produce la primera organización de poder ordenado y formalizado que conoce Europa, más nítido y eficaz que el de los emperadores francos; más racional, más consciente de su propio modelo. Ahora, el papa de Roma cuenta con una herramienta formidable, nueva, pero dotada con toda la autoridad de lo antiguo. Se trata del derecho romano y el poder imperial que inspira y despliega".
En este volumen se analiza el periodo de transición más importante de la edad media hispana. Un mundo de transición precruzado pero ya cluniacense, permeable a las prácticas islámicas, pero ya en contacto con las realidades francas y romanas. El mejor testigo de este entrecruzamiento es la figura de El Cid. El Cantar es analizado prolijamente como testimonio vivo de toda una época.
A la muerte de Alfonso VI, sin embargo, todos los estratos de influencia (las ordenaciones condales, abadiales, episcopales, los legados papales, los infanzones, los reyes.) entraron en colisión llevando al caos a las tierras desde Santiago a Zaragoza. Son los tiempos de Urraca I y de Alfonso I de Aragón. Y, sin embargo, gracias a las influencias y formas francas se elevó el reinado de Alfonso VII, el único rey que impuso una jerarquía feudal clara, estabilizó su poder sobre el reconocimiento de la pluralidad y comenzó a desarrollar un orden jurídico capaz de responder al espíritu del tiempo. Así comenzó a configurarse Hispania como un orden imperial, en el que los poderes se organizaban sobre una estructura feudal de reconocimiento, vasallaje y lealtad. Lejos de incorporar la idea imperial visigoda, fuertemente unitaria y violenta, Alfonso VII introdujo la idea de IMPERIO COMO GRAN ESPACIO DE UNIDAD DE PODERES PLURALES. Por eso podemos decir que la nueva forma imperial, franca y europea, estabilizó la pluralidad que dominaría el futuro.
El lector de la serie La inteligencia hispana descubrirá en ella los fundamentos históricos de las tesis defendidas en la exitosa obra Imperiofilia.
Catedrático de Historia de Filosofía en la UCM, José Luis Villacañas (Úbeda, 1955) es columnista habitual de distintos medios. Agudo observador de nuestra realidad política, su intervención en el debate sobre el imperio español y la leyenda negra ha suscitado gran controversia. Entre sus últimos libros destacan Historia del poder político en España (RBA, 2014), Populismo (La huerta grande, 2015), Imperio, Reforma y Modernidad (Guillermo Escolar Editor, 2017) e Imperiofilia (Lengua de Trapo, 2019).
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