No son pocos treinta años buscando el centro: la justa palabra, el profundo decir, la completud en la forma, el enredarse en la reflexión como única guía para andar la vida; en definitiva, instalarse en el silencio. Es lo que podemos encontrar en Ahora que es tarde, la última entrega de José Luis Morante puesta en circulación por la editorial independiente La Garúa. Con un interesante proemio del poeta y profesor universitario Antonio Jiménez Millán, que nos ofrece una perspicaz brújula de cómo navegar por el texto y sus entresijos, el poeta y crítico José Luis Morante nos entrega una antología de su quehacer lírico, en donde encontramos la evolución de su poética al correr de los años: “El reino de los mansos/ es un punto y aparte en la contienda/ que nos hace sentir infelices, mezquinos./ Prácticos en las aguas de la sabiduría,/ sortean los escollos del vivir cotidiano/ con pericia admirable/ y su certero rumbo siempre descubre puerto./ Si se lanzan al aire -cara o cruz-/ permanecen flotando en órbitas perfectas,/ y, por si fuera poco, son evanescentes,/ suaves, casi angélicos/ porque limpios de culpa/ hacen posible/ que otros arrojen la primera piedra./ (…) Con el estupor justificado/ del que no entiende nada,/ presencian el combate mientras nos reconvienen/ de la nefasta imagen que albergamos./ Su lánguida mirada nos confirma/ que hay que seguir luchando,/ para no ser jamás uno de ellos.” El texto está dividido en nueve partes, una por cada poemario publicado, y, la última, versa sobre el acontecer actual: Rotonda con estatuas, Enemigo leal, Población activa, Causas y efectos, Un país lejano, Largo recorrido, La noche en blanco, Ninguna parte y Nadar en seco -sección ésta, que tiene ya que ver con el quehacer presente y esperemos que venidero, del vate nacido en El Bohodón (Ávila). Hay rastros de sus lecturas y sus influencias en muchos poemas, como su pasión borgeana, que, a mi entender, subyace en El otro: “Le conozco muy bien, sé lo que piensa/ -por más que la certeza suene a pedantería-./ Ama cuando yo amo y a menudo acostumbra/ a confundir rutina y existencia;/ como yo justifica el razonable precio/ por encima del cual se vendería,/ como yo gesticula, como yo decepciona;/ si aparezco vencido él no oculta sus síntomas/ de claro agotamiento y he de anotar/ con cuánta diligencia/ acude a mi llamada silenciosa./ Hablaría del amigo perfecto para el viaje./ (…) Lo impide su manía de guardar la distancia./ Siempre está al otro lado.” La ironía es parte consustancial de la mirada de José Luis Morante: “Enaltecido vate,/ inquilino perpetuo/ de acogedora torre de marfil,/ a todo gas consagrado poeta,/ varios informes -si confidenciales-/ permiten deducir que estás de moda/ entre las nuevas glebas/ de hacedores de rimas,/ y que son tus epígonos/ legión más exaltada y bulliciosa/ que aquellos Cien mil Hijos de San Luis./ Tienes salvoconducto/ para que raudo avances con tus versos/ al negro paraíso del tipógrafo/ y que sin más demora el municipio/ estudie ubicación de tu insigne escultura./ Más, ya clásico vivo, qué fastidio/ que en las Obras Completas no recojas/ tu sello personal definitorio:/ la perenne halitosis.” Ahora que es tarde supone resumida memoria de un poeta que ha consagrado su vida a la reflexión, la escogida lectura y la escritura; que siempre se obstinó en rechazar la normalidad de las causas que se nos dan por sentadas, para, sin perderlas de vista, erguirse sobre lo esencial: abandonando al azar lo irrelevante y artificioso. Un poemario que nos permite realizar el retrato vital de un escritor, cuidadoso en las formas, como se dijo, además de abrirnos la puerta a su presente y devenir: a las cuitas que pululan por sus entrañas en los días que transitan. Puedes comprar el poemario en:Noticias relacionadas+ 0 comentarios
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