Es el único autor español cuyas novelas han llegado al top ten de los más vendidos en Estados Unidos. Tras merecer el Premio Planeta con El fuego invisible. Javier Sierra es el autor de obras tan populares como La cena secreta, El maestro del Prado, La dama azul o El ángel perdido, su literatura se lee hoy en 44 países. En Teruel le han nombrado hijo predilecto y la Biblioteca Pública -en la que se custodia su legado como recientes como Otros mundos- lleva su nombre. El libro sale poco después del confinamiento ¿que motivos te llevan a ti o la editorial a publicarlo en estas fechas? Quizá parezca raro, pero este libro debía de ser publicado en este momento. El momento en el que arranca su historia es el que estamos experimentando ahora: un planeta que cree estar saliendo victorioso de su combate contra un feroz enemigo invisible y que, sin embargo, sabe que debe prepararse para nuevas luchas. Lo que se cuentan los protagonistas es importante porque invita al lector a reflexionar sobre su papel decisivo en este escenario. ¿Lo has escrito durante este confinamiento? Nunca me había sucedido algo así: he tenido la sensación de que el libro se ha escrito “solo”. Yo, simplemente, me puse a su servicio. Durante los peores días de la pandemia me pregunté qué podía hacer un escritor por ayudar a sus semejantes, y me di cuenta de que hacerles llegar una historia que importara, que les ayudara a adquirir una perspectiva amplia sobre la enfermedad, sus orígenes y el modo en el que ésta es capaz de cambiar el destino de nuestra civilización, sería algo positivo. Necesario incluso. Y llevado por ese ímpetu, dejé que los dedos volaran sobre el teclado. ¿Te ha costado documentarte para escribirlo? Cuando empecé a escribirlo me di cuenta de que llevaba años reuniendo información sobre el “alma” de esta obra. En mis archivos descansaban cientos de referencias sobre ciudades e incluso pueblos que se habían desvanecido de la Historia de repente, y cuyo destino solo se entiende si aceptamos que lucharon contra pandemias… y perdieron. También recordé los libros de científicos que propusieron que el origen de virus, bacterias y microbios generadores de vida estaba en el espacio. Que llegaron a nosotros gracias a meteoritos, asteroides o cometas… O incluso “sondas” de alguna supercivilización remota. Uno de los defensores de esta idea fue nada menos que el descubridor de la doble hélice del ADN y Premio Nobel de medicina Francis Crick. Lo había leído casi todo de él. Y recordé que algunas de sus ideas tenían mucho sentido para nuestro “momento Pandemia”… Así que decidí que se explicara en mis páginas. ¿Cual es el mensaje que quieres trasmitir a los lectores? Que ha llegado el momento de ampliar la perspectiva con la que abordamos situaciones como ésta. No basta con buscar un paliativo para la enfermedad. Hay que saber cuál es su origen, qué desequilibrio en la naturaleza la ha desencadenado y si nosotros hemos sido o no responsables de ese desequilibrio. “El mensaje de Pandora” propone una seria reflexión sobre ello amparándose en la mitología griega. De ahí la Pandora del título, claro. ¿Hay un perfil concreto de lector que te gustaría que leyese esta obra? Es una obra para todos los públicos. La edad no es un factor a considerar para segmentar sus lectores; solo la curiosidad. Busco a personas que tengan la mente abierta y necesidad de saber. Con esos “billetes” el viaje les va a llevar muy lejos. Recurres a la historia de la humanidad, a la ciencia y a la mitología clásica, ¿Te ha costado mucho resumir todo en poco menos de 200 paginas? Sí. Eso ha sido todo un reto, pero era muy consciente de que el mensaje no debía de exceder ciertas dimensiones a riesgo de perder contundencia. Este es un relato muy cerrado, con un propósito muy claro, y con pretensión de abrir un diálogo con los lectores que espero salte del libro a muchas sobremesas. Toda tú producción literaria es única, marca un estilo ¿crees que has creado un estilo literario? ¿El estilo Sierra? Eso deben decirlo quienes me leen, claro. Pero sí te diré que trato de ser fiel a los principios que alimentaron mi salto a la literatura: escribo para hacer pensar, para conectar mundos y perspectivas que rara vez se encuentran, para elevar la capacidad de visión de quien se acerque a mis líneas… En definitiva, escribo para cambiar la mirada de mis lectores y ajustar la mía en ese mismo proceso. Esta novela está llena de misterios, intrigas, información y conocimiento ¿crees que la convierten en una lectura imprescindible para estos tiempos? Yo creo que, dadas las circunstancias que estamos viviendo, “El mensaje de Pandora” va a ser uno de esos libros que se va a leer de una sentada. Te lo pide su historia, lo que va desvelándose página tras página. Yo mismo, mientras la escribía, no conseguía alejarme del teclado. Necesitaba saber qué iban a encontrarse sus protagonistas en el siguiente renglón. Insisto: ¡nunca me había sucedido algo así! ¿Como definirás el “El mensaje de Pandora”? Es una carta enviada por alguien del pasado en la que se encuentran las claves de tu futuro. ¿Que hay de cierto en los mensajes de Pandora? ¿Recuerdas cuando, hace siete años, publiqué El maestro del Prado? Esa novela iba acompañada de un pequeño aparato de notas bibliográficas para que quien lo leyera supiese a qué atenerse sobre ciertas informaciones que daba de los cuadros. Pues bien, aquí he vuelto a recurrir a esa herramienta y El mensaje de Pandora regala las “coordenadas documentales” de las que beben sus revelaciones. No he querido inventar nada. O casi nada. A lo largo del libro das pistas de cómo han ido “naciendo” los virus ¿crees que en pleno siglo XIX conocemos el origen de estos o simplemente cuales pueden ser sus vectores y como atacarlos? Los virus son un desafío para nuestro conocimiento. Hasta mediados del siglo XX no conseguimos ver uno bajo el microscopio, y aún hoy no sabemos si son exactamente vida o no. Los catalogamos, estudiamos su enorme capacidad de adaptación, sus mutaciones y sus familias. Sabemos que hay más clases de virus que estrellas en nuestra Galaxia. Y, sin embargo, poco o nada conocemos de sus orígenes. Son todo un misterio. ¿Crees que este libro es una lectura imprescindible para estos tiempos? Eso lo dirán los tiempos… Y los lectores. ¿Qué proyectos literarios tienes en mente? Entre otros, escribir una segunda parte de El maestro del Prado. El protagonista de esa historia desapareció en 1990, pero le he seguido la pista y tengo ya cosas que contar de él. Ojalá sea pronto.
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