Y ha sido en su décima novela donde ha tratado tan conflictivo tema. “El mal de Corcira” es su novela más ambiciosa y también la más larga. En ella da una visión panorámica sobre Bevilacqua, sobre su pasado y sobre su presente, el personaje que concibió hace 25 años. En alguna de sus novelas da alguna pincelada sobre su pasado en la lucha antiterrorista casi de pasada, pero es en su última obra donde se sumerge a fondo en su pasado. “La lucha antiterrorista es la gran escuela de investigación de todas los cuerpos policiales de nuestro país”, afirma rotundo el autor. En su nueva novela, hace un repaso del tejido social al que afectó la lacra terrorista. Un tejido más extenso del que se hace referencia normalmente. “No sólo afectó a los vascos. El lugar donde se cometieron más atentados y hubo más muertes fue en Madrid, por eso en el relato de esta historia hay que contar lo que paso en otros puntos de la geografía española”, señala con decisión el escritor y añade “la Guardia Civil sufrió de manera muy especial este terrorismo. Fueron 200 los muertos del cuerpo y de sus familiares, de ellos 15 fueron menores de edad”. En opinión de Lorenzo Silva, la Guardia Civil asumió el liderazgo y la logística de la lucha antiterrorista. “Se llegó a detener varias veces a la cúpula de ETA, en ocasiones en menos de 20 días. Se llegó a un final policial”, recuerda. Para escribir una novela como “El mal de Corcira” hay que estar a la altura desde el conocimiento, de ahí que no haya podido escribir sobre ETA hasta ahora. “Hace años, preguntaba muchas cosas de ETA a los guardias civiles, pero se replegaban y no contaban nada para no poner en riesgo a las personas y las operaciones, desde hace 8 ó 9 años sí empezaron a responderme y me fui documentando hasta que se disolvió ETA y creí oportuno empezar a escribir la novela”, reconoce el autor. “Sin los españoles emigrantes que estuvieron en el País Vasco, la situación no se hubiese arreglado, ni la paz, ni la libertad, ni el ejercicio pacífico”, desgrana el escritor. “Por lo tanto, no es sólo una historia vasca. Hay que sacar el relato de allí. Para la novela, no sólo he hablado con miembros de los cuerpos de seguridad, también he tenido la oportunidad de conversar con antiguos miembros de ETA y de la antigua Herri Batasuna. Es difícil conseguir testimonios en caliente. Ha sido preferible esperar un tiempo para poder hacerlo, aunque todos los testimonios son subjetivos. De ahí que también mi interpretación sea extremadamente subjetiva”, continua diciendo. En cuanto a lo literario, Lorenzo Silva sostiene que “El mal de Corcira” es su “novela más elaborada”. “Tiene tres tramas diferentes que se mueven en dos espacios temporales. En el actual, donde se produce un crimen en Formentera y que hará que Bevilacqua se tenga que desplazar a Guipúzcoa, y en los tiempos duros de ETA cuando él tenía 26 años, mediante diez elipsis temporales", apunta. “Tenemos demasiados complejos sobre el terrorismo”En su versada opinión, “los españoles tenemos demasiados complejos al tratar el tema del terrorismo de ETA. Creo que la literatura es una buena forma para superarlo y puede contribuir a una memoria serena. No podemos caer en un olvido interesado sobre las víctimas de ambos lados”. Cree que hay que recordar las atrocidades cometidas para no volver a repetirlas. Los que sí tenían un dibujo completo de ETA era la Guardia Civil. “Su conocimiento era muy completo. Los terroristas tenían la información muy compartimentada”, asevera el creador de Bevilacqua. El investigador, psicólogo de profesión, intenta comprender el pasado por medio de la filosofía, de ahí el título de la novela que utiliza una frase de Tucídides. “El odio al vecino viene desde el origen de los tiempos. Lo he podido observar en los conflictos civiles del siglo XIX y XX en España. Se hablaba de las mismas cosas que había observado y se hacía con ese pesimismo tan típicamente español”, elucubra el escritor. “También tiene mucho de revisión de la vida del protagonista, después de cometer muchos errores intenta desarrollar una comprensión serena del comportamiento humano”, apunta. De ahí que hable de cuestiones muy crudas y violentas en la novela. Aunque no pueden faltar muchos elementos cómicos. “La única válvula de escape de los policías era recurrir al humor para poder sobrevivir. Acaban desarrollando un arte de mucha comicidad”. En la novela, se recoge una historia y unas ideas. Siempre intentando “hacer justicia al papel fundamental que han tenido las mujeres en la Guardia Civil en el final de ETA, a Josu Ternera fue una chica de veintitantos años la que lo detuvo. Tenía que poner en su sitio a las mujeres”, subraya. Para Lorenzo Silva, “un narrador lo que hace es contar una historia, un cuento y tiene que llevar en volandas al lector hasta el final de la trama con una narración fluida”. Para finalizar, quiere dejar claro que es una historia de sangre, sudor y paz. Son las tres palabras que mejor definen el proceso. “Esta novela estaba ahí cuando se llega al final de ETA. En 2016 y en 2018 ya pensé que había que lanzarse, pero no lo hice, ahora es el momento adecuado”, expone. “Esta es la historia de muchos revolucionarios que acaban cortando amarras y se acercan al poder”, concluye. Si bien la novela llevaba rondando en su cabeza desde ese 2016 no ha sido hasta este año cuando la ha plasmado en el papel. “Me ha sorprendido mucho que haya tardado sólo tres meses en escribirla”. Seguro que la tenía escrita en su cerebro a falta de plasmarla. Puedes comprar el libro en:
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