Incluso ha dado pie a la aparición de ropa, bebidas, bares y tours inspirados en el estilo de los Peaky Blinders. En la actualidad, es un fenómeno mundial que cuenta con varias celebridades entre sus fans y que ha ganado numerosos premios, incluido el BAFTA a la mejor serie dramática en 2015 y 2018.
Este éxito rotundo ha desencadenado un aumento del interés por los personajes, acontecimientos y lugares reales que la serie ha rescatado del olvido histórico, pues sí existieron un Billy Kimber, un Darby Sabini y un Alfie Solomons y sí estalló una auténtica guerra de bandas en 1921. Y también existió una familia italiana en Birmingham que se apellidaba Changretta, aunque no estaba ni mucho menos relacionada con las bandas, y una activista laborista llamada Jessie Eden. Además, en los barrios más pobres de Birmingham hubo corredores de apuestas ilegales durante los años veinte. A su vez, es cierto que mandaron a un jefe de policía desde Irlanda del Norte para acabar con ellos.
Desde Principal de los Libros traen la verdadera historia de los Peaky Blinders de la mano de Carl Chinn, que fue hasta 2015 profesor de historia local en la Universidad de Birmingham y es bisnieto de uno de estos peaky blinders, Edward Derrick, un criminal de tercera generación; además, su hermano mayor, John, era un delincuente a tiempo completo como Derrick y lideraba una slogging gang, como empezó a llamarse a estas bandas en la época.
Aunque Chinn no supo mucho de ellos hasta la edad adulta, estas bandas dejaron una profunda huella en él y ha dedicado gran parte de sus años de investigación a estudiar la Birmingham de la época en que aparecieron los peaky blinders y las guerras de bandas. En 2002 se lo reconoció como miembro de la Orden del Imperio británico por la reina Isabel II, en reconocimiento por sus servicios a la historia local.
Si bien los Peaky Blinders existieron de verdad, la realidad no fue tal y como la vemos en la famosa serie de la BBC. En 1890, la ciudad de Birmingham se conocía por sus bandas callejeras y por ser uno de los lugares más violentos de Gran Bretaña. Tras la buena imagen de un ayuntamiento admirado por su activismo, las vidas de decenas de miles de ciudadanos trabajadores y respetables, que vivían en los barrios más pobres, se echaban a perder por las violentas bandas callejeras.
Dichos grupos no surgieron de la nada. Aparecieron a finales de la década de 1850, cuando el recién estrenado departamento de policía de Birmingham, presionado por la clase media, tomó varias medidas contra los deportes violentos y las apuestas que los jóvenes realizaban al aire libre en las zonas más pobres de la ciudad; normalmente se reunían en las esquinas de las manzanas de sus barrios para apostar en un juego denominado pitch-and-toss. Aunque los tipos duros, que se agrupaban en lo que, desde 1872, se llamaron slogging gangs, se resistieron a la acción policial, no solo atacaban a la policía: se peleaban entre ellos y agredían con crueldad a cualquiera que los hiciera enfadar, fuera cual fuera el motivo y sin importar si era hombre, mujer, joven o anciano. En Manchester, Salford, Liverpool y Londres también surgieron bandas callejeras similares y, aunque había hombres violentos en todas partes, solo se descontrolaron en estas ciudades y en Birmingham, donde pronto se adueñaron de ciertas zonas de la ciudad y luchaban entre ellas por el territorio.
Estas bandas se caracterizaban por utilizar toda clase de objetos como arma, ya fueran piedras, hebillas, cinturones o porras de madera. Sin embargo, fue la gorra de pico que llevaban ladeada lo que les dio el nombre, peaky blinders, tal vez en alusión al pico que, al caer hacia un lado, les tapaba un ojo. No obstante, según el folclore de Birmingham, este nombre se origina con la leyenda de que llevaban cuchillas de afeitar desechables cosidas a las viseras de las gorras, que utilizaban durante las peleas para cortar a sus oponentes y, así, dejarlos temporalmente ciegos por la sangre que les caía sobre los ojos.
La violencia escaló rápido, azuzada por la incapacidad de la policía para frenarla, los ingresos que las bandas obtenían mediante las amenazas a comerciantes y vecinos y la gran hacinación en ciertas zonas de la ciudad. Las bandas pronto se convirtieron en un verdadero problema en la ciudad, pues provocaban disturbios que impedían a los vecinos salir a la calle por las noches y asesinaron a varios agentes de policía.
En 1899 se llevó a la ciudad a un policía protestante, Rafter, para sustituir al jefe actual. En pocos años, Rafter terminó con el matonismo en Birmingham gracias a medidas como el endurecimiento de las penas, la colaboración de los habitantes que respetaban las leyes y el establecimiento del fútbol y el boxeo como deportes reglamentarios, que ayudaron a canalizar el descontento de estos jóvenes.
No obstante, a pesar de que este tipo de matonismo ya había desaparecido de forma generalizada en los años veinte, algunos de estos jóvenes no cesaron en su uso de la violencia y se organizaron, de modo que surgieron varias bandas criminales célebres, como la Banda de Birmingham, que sembraba el terror en las carreras de caballos de Inglaterra, y otras que se enfrentaron en una larga disputa conocida como la Vendetta de Garrison Lane. Algunos participantes del enfrentamiento que han servido de inspiración para la serie fueron Billy Beach y sus aliados, que se enemistaron con una violenta y vengativa familia apellidada Sheldon (conectados con los Shelby de Peaky Blinders).
La serie aúna ambos fenómenos, el de las slogging gangs de finales del siglo xix y las bandas posteriores y sus disputas. Al contrario que en la serie, los peaky blinders proliferaron antes de la Primer Guerra Mundial y aquellos pocos que lucharon por su país en la guerra volvieron a casa convertidos en hombres con un mayor respeto por la ley. Con la muerte de los últimos de ellos, la banda pasó a formar parte del folclore local. Algunas personas mayores mencionaban sus nombres, como ocurre con el coco, para asustar a los niños. Si bien la serie retrata con verosimilitud muchos de los personajes reales que vivieron en esa época, hay diferencias notables, pues los miembros de estas bandas eran unos seres despreciables y no merecían respeto alguno. Ignorados o apenas mencionados en los estudios de la ciudad, los peaky blinders y los miembros de las slogging gangs influyeron en las vidas de decenas de miles de personas durante más de una generación, aunque fuera de forma negativa, y mancillaron la reputación de Birmingham. Sus acciones están tan unidas a la ciudad y a su historia como las de sus líderes políticos y sus grandes fabricantes.
Carl Chinn es doctorado en Historia social, miembro de la Orden del Imperio británico, escritor, orador y profesor. Además, es hijo y nieto de unos corredores de apuestas de Sparkbrook (profesión que él mismo desempeñó hasta 1984) y, por parte de madre, desciende de trabajadores de fábrica procedentes del barrio de Aston. Sus escritos están profundamente influenciados por la condición de clase trabajadora de sus familiares y la vida que llevaban en los barrios pobres de casas adosadas de Birmingham, y le han reportado una impresionante fama a nivel nacional. Chinn cree sinceramente que la historia debería democratizarse porque todas y cada una de las personas han dejado su marca en ella y tienen algo que contar. Peaky Blinders: la verdadera historia es su trigésimo tercer libro.
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