El proyecto Poesía 90 trata de recopilar el maremágnum de jóvenes talentos nacidos en esa década en un intento —siempre corto— de capturar el Kunstgeist generacional, de desentreverar la sensibilidad de una generación marcada por la globalización, la revolución tecnológica e Internet, de una generación donde gobierna la diversidad, la heterogeneidad y una nueva idea de cultura abierta.
El propósito puede llegar a resultar paradójico per se, supone un intento de unificar lo diferente para, de algún modo, poner de manifiesto la misma riqueza de la diversidad a través de la poesía. Se trata de un pastiche francés abierto y que funciona en Instagram (@poesia.noventa) con un formato sencillo y accesible, desenfadado, en el que prima la búsqueda de esa identidad.
Así las cosas, en medio de la pandemia mundial provocada por la COVID-19, se dieron las circunstancias para que naciese el proyecto. Aunque llevó algún tiempo más valorar las posibilidades, el alcance y los objetivos del mismo para establecer algunos criterios, se puso en marcha el 5 de abril de 2020. Dos meses después la página ha publicado una treintena de poetas, entre los cuales también hay algunos artistas invitados como José Antonio Olmedo; y más de 40 creaciones, por lo que no deja de crecer y esto abre la posibilidad a nuevos y más ambiciosos proyectos.
Poesía 90 pretende dar un espacio y salvaguardar la voz de una generación constreñida por los estereotipos e infravalorada en muchas ocasiones, una generación sobre cuya espalda reposa —como sucede con cada generación— el peso de la Historia pasada y el deseo de un futuro mejor, pero ¿tienen los jóvenes la posibilidad de cambiar ese futuro? Mensajes de esperanza, mensajes de desencanto, nihilismo, optimismo, decadentismo y desorientación… hay de todo y de todo hay en Poesía 90.
Marc Caballer Galcerá
A partir de ese principio de colectividad, disolución y heterogeneidad, Irene Mollá —Ayuntamiento de Puçol— entrevistó a los promotores del proyecto el 28 de abril del corriente, dando lugar a voces dispares y voces coordinadas.
ENTREVISTA 28 DE ABRIL DE 2020
Irene Mollá: Esta iniciativa surge para mostrar una imagen diferente de la que se ha construido en torno a los jóvenes nacidos en los 90. ¿Cómo es esa imagen? ¿Creéis que es igual en todos los ámbitos y clases sociales?
ICG: Creo que es innegable que se ha construido alrededor de nosotros un aura de poesía fácil y simple. Debido a que nuestra generación ha vivido de pleno el boom de las redes sociales, nos han otorgado el papel de poetas que no tienen nada nuevo que decir, que solo escribimos mensajes cortos de contenido fácil.
ABI-PG: En cierta manera estoy de acuerdo con Irene, pero también debo decir que, desde que me muevo por ambientes poéticos, esto ha influido en un crecimiento personal, mental y psicológico, creo que podríamos dividir subjetivamente la poesía «de editorial» o «millennial», de compra y venta rápida, mensajes
JAO: Como bien dice Irene, intentamos romper esa imagen de poesía ligera para mentes ligeras que han atribuido a los poetas jóvenes y han patentado editores y críticos con fines más comerciales que literarios. Generalizar nunca es acertado y pretendemos mostrar que lo que a nosotros nos define no es una moda o una impostura estética vacía, sino nuestra forma de ver y entender el mundo, perfectamente válida, aunque nos expresemos en verso libre y recurramos a lo actual.
|
generales para llegar a cualquier público, lo cual no está mal porque es un inicio, quieras o no, para sumergirte en la cultura de la poesía; y después está la poesía más real, más cruda, con mensajes que intentan llegar al subconsciente y hacerte replantear cosas. Eso es lo que más me gusta de la poesía actual, que sea una forma de autocritica o simplemente de desahogo, pero con un mensaje más profundo que trate de influir en la sociedad. El arte ligado a una revolución silenciosa que gracias a las RR.SS. se expande más y más (tanto para bien como para mal), así que es una buena forma de tratar que estos últimos lleguen a aquellos que están comenzando a interesarse por la poesía o al menos dar una nueva perspectiva.
Irene Mollá: Entonces, ¿cuál es la imagen o mensaje que queréis transmitir?
CF: Desde mi punto de vista, se trata de un mensaje de inconformismo, un intento de despertar conciencias críticas.
|
MCG: Yo creo que uno de los conceptos básicos que intentamos transmitir es el de universo abierto. Nuestro logo está inspirado en esta idea. Es una nebulosa sin márgenes y cada estrella de la constelación es un poeta. Es decir, no podemos hablar de una «imagen», sino más bien de un conjunto de imágenes o una no-imagen. Queremos construir la identidad, pues, sobre la idea de disenso. Por ejemplo, hay poetas que prefieren un mensaje más sencillo pero que llega a todos los públicos, otros exploran nuevas formas que consiguen abrir caminos o debates prohibidos, otros prefieren un conflicto directo y efectivo con el discurso hegemónico. Creo que esa es la base de nuestro proyecto, la aceptación del disenso, la naturalización de la idea de que hay un grupo complejo y no reductible a un solo estilo, no «encajonable», pero que necesita una voz, precisamente para que no nos puedan encasillar como lo han hecho hasta ahora los mass-media o el stablishment.
CM: Por supuesto, la poesía trata de sentimientos y emociones, y eso engancha al lector más conservador y al más moderno.
|
Irene Mollá: ¿Creéis que la sensibilidad por la escritura y, concretamente, por la poesía, tiene cabida en el contexto de la sociedad actual?
CRC: Los nacidos entre los años 60 y 80 han sido etiquetados con el nombre de “Generación X” a raíz de un libro publicado por Douglas Coupland —Generation X: Tales for an Accelerated Culture—, en él se describe a los adolescentes de su momento. Nosotros somos llamados como la “Generación Y”, los 80 y 90, que sigue a la letra X en el abecedario, pues no es sino una continuación de esa cultura acelerada. En efecto, vivimos en un mundo en el que no concebimos nuestras vidas sin recursos electrónicos, elementos que facilitan día a día la comunicación y, además, la difusión del contenido propio y la lectura de las obras del resto. Así pues, cualquiera puede escribir y compartir en cualquier red social un poema, un cuento o, incluso, una novela.
Como bien ha dicho mi compañera, los poetas de nuestra generación han sido muy criticados por ciertas composiciones, a veces más simples, otras más complejas. Y no soy yo nadie para juzgar quién puede escribir y quién no, o de qué se debe hacer. Sin embargo, pienso que aquellos que realmente han causado una repercusión mayor, muchas veces por tener cierto éxito en redes sociales etc., deberían estar más comprometidos, ser más críticos, más realistas. Estamos en el momento en que debemos denunciar, y tal vez no escribir de ideas banales. Y estoy segurísima de que muchísimos más compañeros sienten las mismas ganas de gritar que nosotros y hacerse oír.
Somos jóvenes descontentos y lo que más me gusta a mí es que no nos considero para nada conformistas, pienso que es el momento idóneo para demostrar que no estamos vacíos, huecos, sino que estamos llenos de amor, de rabia, de ilusión, de fuerza y de ganas de demostrar todas estas emociones al mundo.
Irene Mollá: ¿Creéis que estáis logrando vuestro objetivo o que podéis hacerlo?
BMV: Es verdad que no es un camino fácil, pero gracias a los nuevos medios también podemos compartir nuestro trabajo, nuestras críticas y pensamientos. Siempre habrá alguien que se identifique con ellos y nos empuje a seguir.
CRC: Totalmente de acuerdo con mis compañeras y por supuesto, como dicen, Roma no se construyó en dos días, pero al final se construyó y poco a poco, día tras día, poema tras poema, estamos alzando la voz un poco más, llegando a más oídos y sobre todo a más corazones.
|
IC: Yo estoy segura de que sí, pero no creo que vaya a ser suficiente estar en redes sociales. Nos hará falta llevar a cabo más iniciativas y proyectos que nos hagan más reales y nos humanicen, que la generación del 90 se haya dado voz por las redes sociales es importantísimo, es algo significativo de nuestra identidad, pero sabemos que no es suficiente y que pronto llevaremos a cabo otro tipo de proyectos que no nos hagan quedarnos solo detrás de las pantallas, sino que nos hagan ser una generación de carne y hueso con su propia identidad.
ABI-PG: Ana Belén Pérez
BMV: Beatriz Marrodán
CF: Christian Ferrando
CM: Cristian Marco
|
CRC: Clara Romany Castellano
ICG: Irene Castelló García
JAO: José Antonio Olmedo
MCG: Marc Caballer Galcerá
|
Marc Caballer Galcerá
Puedes comprar todas las obras en: