El autor, afincado en España, proviene de un país en el que existen constantes tensiones políticas, conflictos, revueltas y una escasez de productos de primera necesidad en cohabitación con un régimen que, para algunas voces, se puede considerar totalitario. Dentro de este entorno, el colectivo LGTBI se encuentra complemente invisibilizado: no existe el matrimonio igualitario, las personas transexuales no tienen derecho a la rectificación del nombre en sus documentos legales y, ante la escasez de medicamentos, se ven obligadas a ingerir hormonas animales, según ha denunciado la ONG Afirmativa.
Por su parte, la situación para las personas con VIH no mejora, ya que deben emigrar al no tener acceso a un tratamiento en su país. Por otro lado, las agresiones lgtbifóbicas se han convertido en un riesgo para la vida de las personas gais, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales, ya que Venezuela es el cuarto país de América con más asesinatos a personas LGTBI (109 homicidios entre 2009 y 2017 según el Observatorio de Personas Trans Asesinadas).
Dentro de este contexto, la escritura de Manuel Gerardo Sánchez supone ya no solo un enorme grito de libertad, una llamada de atención, sino también una revisión de los cánones de validez por parte de sociedades cerradas, menos centradas en la diversidad y, por tanto, hábitats fuertemente hostiles para el colectivo LGTBI. Máxime si tenemos en cuenta el ambiente en el que se desarrolla esta novela, ya que los dos personajes escenifican los pecados más despreciables para el fanatismo militarista: la homosexualidad y la traición a la causa. Escrita de manera voluptuosa y envolvente, El revuelo de los insectos fue escogida como uno de los veinte proyectos literarios para «Link: encuentro entre jóvenes escritores y mundo editorial 2019», convocatoria organizada por el Máster de Creación Literaria de la Universidad Pompeu i Fabra, dirigido por el escritor Jordi Carrión.
“Era la primera vez que se entrelazaban, que sus manos urdían nudos y sus dedos puntos de ganchillo, que olían sus exhalaciones minerales: magnesio, hierro y potasio. Después de los pescozones y falsos ahogamientos, contaron tres y se sumergieron hasta el fondo. Cuando Emilio se atrevió a abrir los ojos, Jon lo esperaba atento en un lecho de burbujas y algas. Lo besó por primera vez”.
Manuel Gerardo Sánchez es historiador graduado en la Universidad Central de Venezuela con honores de magna cum laude. Máster en Literatura Comparada, Universidad Autónoma de Barcelona. Autor de los libros de cuentos Sangre que lava y El último día de mi reinado. Premio Excelencia Periodística Sociedad Interamericana de Prensa (Estados Unidos, 2017). Beca de residencia artística centro de arte Camac (Francia, 2017). Premio de cuento residencia artística La Rectoria (España, 2015). Mención honorífica IX Premio de Cuento Policlínica Metropolitana para Jóvenes Autores (Venezuela, 2015). Mención honorífica y publicación Universidad Central de Venezuela por la investigación Evas de delantal y perifollo (2009). Actualmente, es editor asociado del portal de noticias El Estímulo y colabora con el diario digital The Objective en Madrid.
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