Dicha institución acepta el deseo a morir como algo justificable, y de esa manera, busca asistir a aquellos que con válido argumento, desean ponerle fin a sus vidas. No obstante, el deseo a morir muchas veces no es suficiente, cuando salen a la luz innumerables razones para seguir viviendo. Basado en pensamientos filosóficos que van desde tiempos antiguos, y en contraposiciones acerca de la moral del hombre, el autor Luis Méndez profundiza en diálogos maravillosos y llenos de sustancia. ¨La historia son las pirámides, no los esclavos que las construyeron. Los medios son invisibles si el fin es grandioso¨.
Una novela que cuestiona realmente con motivos del consiente y el subconsciente humano, que según Jung, hasta que este último salga a la luz, seguiremos llamándolo destino. ¿Qué preferimos ser? ¿Sabios o felices? Directrices de como vivir la vida que hacen detenerte en el momento presente, y cuestionar elementos que muchas veces pasan de largo a pesar de su gran importancia para el raciocinio y el sentido de la existencia del hombre.
¿Es acaso Dios el único con derecho a decidir el momento y la manera de morir de cada quien? O es posible y sostenible, la existencia de un club clandestino, que sin rayar en términos de eutanasia, se vea libre de operar en asuntos relacionados al fin de la existencia de un hombre. ¿Qué tan diferente viviéramos el día a día de existir tal institución? ¿Y qué tan culpable es capaz de sentirse aquel que asiste a alguien a morir? O si mas bien puede considerarse un oficio más, o una obra no tanto de caridad, si no mas bien de beneficencia colectiva.
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