“La casa del padre” podría ser un diálogo entre Ismael y Jasone sino fuera porque la voz de Libe se intercala en ocasiones entre ellos. Ismael es un escritor que lleva un par de años sin publicar, podríamos decir que se ha quedado seca su creatividad. Ambas voces se diferencian porque Ismael está escrita en segunda persona, con el riesgo que se deriva de ello, y la de Jasone en primera persona. “La voz de Ismael me da la posibilidad de estar viéndole desde fuera. Como cuando nos hablamos a nosotros mismos en el diálogo interior. Hay esa pequeña distancia que te permite verte desde fuera”, explica Karmele Jaio en la entrevista.
“Sin embargo, la voz de Jasone me pedía mi cuerpo la primera persona porque habla desde las entrañas. Ella tiene necesidad de ser aceptada por los hombres. Esto me daba la posibilidad de hablar de todo”, señala la autora vasca que siempre encuentra problemas para encontrar el momento para ponerse a escribir. Algo parecido le sucede a Ismael, sólo que él lleva un tiempo sin encontrar la inspiración. “Lo cual me hace reflexionar sobre el papel del escritor y de la escritura”, expresa la autora. Víctor llega a ser escritor un poco por casualidad y por la ayuda de su mujer. Esa vocación deja muchas preguntas en el aire como quién decide qué es importante publicar o no y, por otro lado, se plantea el tema de lo que es verdadero o no. “Es en la escritura donde aparecen las verdades, en contraposición con las palabras que son ligeras y se las lleva el viento”, apunta Karmele. Según Karmele Jaio hay dos maneras de escribir: “una es teniendo la cabeza llena de respuestas y la otra es teniéndola llena de preguntas, yo soy partidaria de esta segunda opción”. “Me pongo a escribir cuando tengo una intuición y no sé por dónde voy a transitar y lo que va a pasar en la novela. Es en el proceso donde voy descubriendo cosas que no aparecerían si no estuviese escribiendo”, confiesa la escritora. Los dos protagonistas que ha ideado Karmele mantienen un pulso durante toda la novela. “Ismael está en la parte del niño, suelta todo lo que se le ocurre sin reflexionar, según va pasando el tiempo aparece el adulto, mientras Jasone se muestra más madura, aunque permanece invisible mucho tiempo. Lo que he querido reflejar en la novela es la renuncia que las mujeres hacen durante su vida, sobre todo cuando tienen que cuidar a los padres”, analiza. “¿Cuántas renuncias hacen las mujeres a lo largo de su vida?"La autora de “La casa del padre” reflexiona en la novela sobre “cuántas renuncias hacen las mujeres a lo largo de su vida. El tema de los cuidados a los mayores aparece tratado de varias formas”, expone y continúa diciendo “esas renuncias hace que se plantee Jasone que: dónde ha estado ella durante tanto tiempo. Ha sido en ese lapso de tiempo un producto sociocultural que le ha cortado sus alas y su libre albedrío. Durante ese tiempo no ha recibido el reconocimiento que se merecía”.
En cuanto al papel de Ismael, Karmele apunta que “es en el que más me ha costado entrar en él. Como no he vivido desde su punto de vista, me ha costado pensar como él. Es muy fácil caer en generalidades y caricaturas, eso lo he intentado evitar. Las personas somos muy contradictorias”. Sin embargo, con Libe la cosa fue mejor. “la quería alejar de nuestra tierra para que no volviese y se preguntará el porqué de nuestro pasado cercano y nuestro conflicto político. He hecho un esfuerzo en mostrar sus contradicciones. Es la más feminista de todos y la más revolucionaria”, desmenuza con precisión. Karmele Jaio se define como “más cuentista que novelista”. “Suelo alternar las novelas con los relatos, pero es en el relato donde me siento más cómoda. En mis novelas, procuro no repetirme, cambiar de personajes, hacerlos muy diferentes unos a otros”, precisa. Cuando se sienta a escribir, las ideas la vienen en euskera. “Escribo en euskera, en esta ocasión me he traducido yo misma. He respetado la voz original, pero he tenido que hacer algunos cambios. Ha sido una experiencia nueva y enriquecedora, se aprende mucho de la forma de escribir”, comenta con ilusión. Para finalizar, quiere dejar claro que “la novela, además, de que es la historia de cuidar al padre, hay otro tema muy importante que es el de la violencia sutil que ejercen muchos maridos sobre su pareja. En ese capítulo se incluye el silencio. Hay muchas palabras no dichas en la vida cotidiana de la familia. Hay muchos silencios. El silencio en la familia es todo un temazo para escribir”, concluye la autora vasca. Puedes comprar el libro en:
Noticias relacionadas+ 0 comentarios
|
|
|