Fue en 2007 cuando con apenas 25 años escribió su primer libro sobre misterios, enigmas y OVNIS en la provincia de Almería. No consiguió que se lo publicase ninguna editorial y fue cuando se le encendió una bombilla en la cabeza. “Si no me lo publican, me lo editaré yo mismo”, pensó. Dicho y hecho, maquetó su libro y se lo autopublicó, con una tirada inicial de 400 ejemplares que se agotaron en 12 días. La experiencia fue tan buena que pensó “que habría otras personas en mi misma posición”. Así en 2008 fundaba la editorial de autoedición más importante de Europa. “El gran logro de la editorial es que ha profesionalizado la autoedición”, afirma taxativo. “En Círculo Rojo Editorial facilitamos al escritor todo el trabajo editorial. Maquetamos, diseñamos, corregimos, distribuimos y presentamos los libros”, señala el emprendedor almeriense sentado en la terraza del hotel donde nos alojamos después de haber asistido a las VI Premios Círculo Rojo. “Hasta hace unos años, la autoedición era tabú. Ahora hemos conseguido que sea una realidad que convive con la edición normal. De hecho, las grandes editoriales han creado sellos de autoedición. Creo que hemos conseguido darle la vuelta a la edición”, expone con seguridad. Últimamente, han firmado un acuerdo con Logista para la distribución de sus libros, un hito realmente importante ya que es la mayor distribuidora del país. El año pasado, consiguieron editar cerca de 2.200 obras. Lo que no consiguió ninguna editorial española. Según Alberto Cerezuela, alguno de sus libros publicados ha llegado a vender más de 50.000 ejemplares, aunque la tirada media está entorno a los 400. Entre sus autores se encuentran finalistas del Premio Planeta, Azorín o Fernando Lara. También reconoce que “en alguna ocasión hemos publicado algún título que no merecía la pena. Decimos que no a los autores que no quieren que se corrijan sus obras y nosotros estimemos que debe hacerse”. En la editorial, están trabajando actualmente 21 personas y varios correctores y lectores externos. Una vez nos ha contado su odisea editorial en la que intenta día a día ser referencia de la autoedición, pasamos a hablar de su trayectoria literaria. Alberto Cerezuela antes de publicar su thriller ”El refugio de los invisibles”, había publicado cuatro libros sobre diversos enigmas. “Con la reedición de las obras, se han quedado en tres porque he reunido en una mis dos primeros libros”, señala. La afición por lo insólito y lo enigmático surgió a raíz de que su padre le llevase a ver las caras de Bélmez de la Moraleda cuando tenía 11 años. Todo un hito parasicológico que estuvo de moda hace unos cincuenta años. Aquello marcó el carácter de Alberto y en la adolescencia ya empezó a investigar sobre los hechos insólitos y misteriosos de su tierra. Tal es la documentación que tiene que parte de ella la ha utilizado para escribir su primera novela. “Desde hace unos dos o tres años, me picaba el gusanillo de escribir un thriller, pero no daba con la tecla. Yo sabía el libro que quería hacer, me gusta mucho el estilo de Agatha Christie y de Camila Lackberg, pero no encontraba el tono hasta que asistí a una presentación de María Oruña y vi cómo debía afrontar la redacción de la novela. Tenía la trama, tenía los personajes, pero algo se me escapaba”, recuerda el escritor y editor almeriense. “Lo que no se puede asegurar en una investigación, se puede recrear en una novela”“Desde ese día me puse a escribir y me tiré todo el verano haciéndolo. Las claves me las dio María Oruña: en la novela tiene que haber una trama de investigación y otra psicológica de los personajes que abunde en lo más íntimo del ser humano. Personajes poliédricos capaces de hacer lo mejor y lo peor”, desgrana Alberto Cerezuela con precisión.
Con esas características surgió la inspectora Reyes Martínez, una persona que se ha equivocado mucho en su vida y lo está pagando muy caro. El caso de la novela surgió en una investigación que Alberto realizó en 2011 en una iglesia abandonada de Las Salinas. “Fue profanada por una supuesta secta satánica. En dicha iglesia, había un problema sobre quién debería rehabilitarla: los vecinos o el obispado. Gracias a las pintadas hechas en sus muros, al obispado le faltó tiempo para acometer las obras de acondicionamiento”, relata el autor. “Lo que no se puede asegurar en una investigación, se puede recrear en una novela”, sentencia. La novela comienza con el descubrimiento de un asesinato en la Alcazaba almeriense, el punto más representativo de la ciudad. Su forma de escribir es muy directa. “Ahora aburren las descripciones largas, hay que ser más contenido e ir al meollo de la acción”, apunta Alberto que ha tenido que seguir investigando para escribir “El refugio de los invisibles”. “En el libro se acometen varias autopsias, he acudido a un amigo médico para poder describir esos pasajes”, reconoce. El tiempo que le queda libre de su trabajo como editor lo utiliza para escribir novelas, está firmemente decidido a continuar escribiendo libros de ficción. “Ya estoy pergeñando un nuevo caso de la inspectora Reyes Martínez”, avanza el escritor que cree que es más difícil escribir no ficción que una novela. Desde luego, Alberto Cerezuela tiene todas las herramientas al alcance de su mano: imaginación, documentación y una editorial que le respalda. Pronto sabremos algo nuevo sobre su literatura. Puedes comprar el libro en:
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