Sin embargo, antes de seguir adelante, hago hincapié en que el biógrafo cervantino Dávila Oliveda me regaló este magnífico testimonio, una preciosa joya documental, para mi Vida de Miguel de Cervantes Saavedra que abarca más de 717 nuevos documentos cervantinos y será puesto en letras de molde en 2020. En vista de ello, quedo en perpetua deuda de gratitud con el ejemplar cervantista Alfonso por su excelente colaboración durante mi investigación.
Conviene, además, destacar que este nuevo dato notarial hizo realidad los sueños del historiador Antonio Cruz Casado, Cronista Oficial del Iznájar y Lucena, quien opinaba -hasta su hallazgo- que el héroe de Lepanto: «estuviese en Archidona, donde el escritor lucentino residía desde hacía tiempo y donde gozaba incluso de cargos públicos, abundantes riquezas y fama de buen médico, pero pudo visitarlo allí, puesto que la distancia que media entre Loja, donde al parecer sí estuvo, y la villa de Archidona es relativamente corta (algo más de veinte kilómetros), como igualmente es corta la distancia entre Antequera y Archidona (poco más de quince kilómetros)».
Sin ningún género de dudas, se trata del médico y poeta renacentista Luis Barahona de Soto (1548-1598), natural de Lucena, cuya familia fue oriunda de Burgos, y quien no solo tomó parte en la rebelión de las Alpujarras (1568-1571), sino también desde 1581 fue médico del I duque de Osuna, V conde de Ureña, y señor, entre otros, de Archidona, Morón de la Frontera, y Olvera, Pedro Téllez-Girón y de la Cueva (1537-1590) en Archidona, donde matrimonió con Isabel Sarmiento y tras su fallecimiento se casó con Mariana de Navas.
De todas maneras, la nueva prueba legal pone en evidencia que cuando Cervantes visita Archidona, su gran amigo Barahona de Soto es teniente de corregidor, cargo desempeñado hasta el día de su óbito, el 5 de noviembre de 1595. Este dato legítimo redactado por el Proveedor General de las galeras de España, Pedro de Isunza, pone de relieve la relación de los comisarios enviada a «el Prudente», donde narra que «por Comisiones mias andan sacando/trigo, y aduierrto a Vuestra Magestad que aunque lleban comission para sacar mas del ques menester se les de/con industria porque deuajo de aquello saquen lo que pudieren y para que den los particulares de mejor gana lo poco que dan, y porque el distritu de los Comisarios Diego de Ruy Saenz y Miguel de Çerbantes es la oya de Malaga, tierra de Antequera, obispados de Jaen y Guadix, fue neçessario nombrarlos a los dos para este efecto, y ansi se hallaron juntos en Archidona, aunque luego se diuidieron como aora lo andan».
Igualmente, pongo énfasis que en el escrutinio de la biblioteca de Don Quijote, la pluma de Cervantes inmortaliza a su gran amigo Luis, autor del poema caballeresco intitulado: la Primera parte de la Angélica (1586), de esta forma, era «uno de los famosos poetas del mundo, no sólo de España» (El Quijote, I-VI). A lado de ello, el brillante prosista algezareño Diego de Saavedra Fajardo (1584-1648) elogió a Luis en su República Literaria (1655) de este modo: «ya con más luz nació Luis de Barahona, varón docto y levantado espíritu. Pero suciedóle lo que a Ausonnio, que no halló con quien consultarse. Y así dejo correr libre su vena sin tiento ni arte».
Pese a ello, por primera vez dicho testimonio fiable está reforzado por el otro documento original, datado el 16 de noviembre de 1591 en Jaén, que convalida el lugar de Archidona y asegura que Pedro de Isunza entregó un poder a Cervantes y Diego de Ruy Sáenz para sacar 60.000 fanegas de garbanzo, habas y trigo, inter alia, en «la ciudad de Antequera, Archidona, Loxa».
A la verdad, se desconocen los días exactos de la estadía de Cervantes en Archidona, empero por primera vez se confirma documentalmente que el famoso alcalaíno estuvo a fines de noviembre en Arx Domina, que significa «Señora de las Alturas». Este sobresaliente hallazgo de gran magnitud brinda particular interés para la reconstrucción de la trayectoria de la biografía del autor de La Galatea que todavía queda abierta. En definitiva, agradezco al investigador Alfonso Dávila Oliveda su excelente colaboración. ¡Enhorabuena!
Laus in Excelsis Deo
Krzysztof Sliwa
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