La denominada Madinat Al-Yahud abarcaba el 10% de la ciudad de Toledo. Durante la época de Roma no tienen los hebreos mayor problema, por ejemplo en la época del emperador Nerón, la emperatriz Popea tenía gran simpatía hacia los judíos. Cuando en el III Concilio de Toledo (año 589) el rey Recaredo I el Grande adjura del arrianismo y abraza la religión católica, dan inicio las persecuciones y los castigos a los israelitas. Cuando el rey Roderigo es derrotado y muerto en la batalla de Guadalete, año 711, por la acción del liberto Táriq ibn Ziyad, los judíos respiran aliviados, y la leyenda refiere que abrieron las puertas a la milicia sarracena cuando los católicos estaban en Misa. Durante la Edad Media los hebreos alternan sus cuitas con sus felicidades, siempre mejor tratados cuando están bajo la férula de los Reyes de León que no de los monarcas castellanos, cuando el soberano sea el mismo para ambos Estados todo va a depender de cuáles sean los magnates que medren en la Curia Regia. El 31 de marzo de 1492, el decreto de expulsión de los Reyes Católicos conllevará la conversión de algunos y la salida de otros, pero la Aljama toledano desaparecerá. Los sefarditas mantendrán el judezmo o ladino y se llevarán las llaves de sus casas, pero no regresarán jamás. Se abre la obra con un balance historiográfico sobre ellos, de todos los datos indicados se debe mencionar la propagación de la Peste Negra a mediados del siglo XIV. De lo que mencionaba antes, debo subrayar la protección que otorgó a los judíos el rey Pedro I el Justiciero de León y de Castilla, ya que su colaboración dineraria era necesaria para hacer frente al enfrentamiento fratricida contra su hermanastro Enrique de Trastámara, quien tras ganar el trono tuvo que rectificar su antisemitismo previo. A lo largo del siglo XV ya no se dedican a la usura, sino a otras profesiones que les obligan a estar en contacto con los cristianos. A continuación se escribe sobre la reconstitución de la judería de Toledo, desde la Judería Mayor, hasta la Alacava o Barrio Alto de la Judería. La arquitectura religiosa o posible sinagoga de “los golondrinos” localizados sus restos en el año 2005, acompañan al texto imágenes en color. La arquitectura doméstica judía está presente siempre, la comunidad hebrea en la época de Alfonso X el Sabio de León y de Castilla contribuye decisivamente al establecimiento y proyección europeos en la denominada como Escuela de Traductores. El espacio doméstico se concebía de puertas adentro, con un patio interior al que convergían todas las habitaciones de la vivienda, esta estructura con un acceso desde la calle en recodo, favorecía la intimidad familiar hebrea. Todos los capítulos del libro presentan la escogida y necesaria bibliografía. La casa del judío. La renovación del entorno urbano de San Juan de los Reyes. La judería de Toledo, un espacio inacabado. Puesto alfarero en el Alcaná Viejo y cerámicas medievales. El cementerio judío en el contexto funerario del Toledo bajomedieval del profesor Ruiz Taboada es otro de los capítulos más interesantes, por ejemplo entre los siglos XII y XV se realizaba una cubrición del ataúd mediante una bóveda de ladrillo, que se llama lucillo, estos sepulcros se han documentado en el pradillo de San Bartolomé o circo romano y el cerro de la Horca. Metodología para el estudio de las sinagogas de la provincia de Toledo. Entre 1457 a 1468 el converso prepósito-general de los Jerónimos, fray Alonso de Oropesa recibe el encargo del arzobispo Alonso Carrillo para “investigar las causas del antagonismo entre cristianos nuevos y viejos, y los motivos que tenían aquellos para no integrarse en la nueva religión”. La rehabilitación de la judería de Lorca, complejo sinagogal del siglo XV, demuestra lo realizado en esta población de Murcia. La obra se cierra con un estudio de Ruiz de Gordoa y Alda sobre la experiencia con la judería en Vitoria-Gasteiz. Esta ciudad fue fundada en 1181 por el rey Sancho VI de Navarra; tuvo una segunda fundación en 1202 por medio del deseo del rey Alfonso VIII de Castilla, siendo la tercera en 1256 por el esfuerzo del rey Alfonso X el Sabio de León y de Castilla, siendo en este momento histórico cuando está documentada la presencia hebrea en Vitoria. En 1492 existen unas 120 familias, que abandonarían sus lares vitorianos hacia Baiona. Por consiguiente, todo lo que antecede no es más que una pequeña pincelada de esta obra de interés preferente. Puedes comprar el libro en:
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