“Vi varios documentales sobre este tema y termine yendo a un centro social ocupado para documentarme y ver cómo se vive en dicho edificio”, añade José Ovejero y todo porque “me interesa la resistencia a una sociedad en franco deterioro”. Los ocupas son consecuencia de una sociedad donde mandan los fuertes sin importarles lo que ocurre a su alrededor. “Yo quería que el lector no se quedase con el cliché del ocupa, que fuese un poco más allá”, apunta sagaz. Los protagonistas de la novela son Aitor y Ana, padre e hija. “Aitor es un superviviente que ha tenido que someterse en su trabajo y en la vida para seguir subsistiendo, hay pocas novelas donde el protagonista es un periodista radiofónico por eso he escogido para él esa profesión. Ana quiere vivir la vida de otra manera, de ahí que se vaya de casa. La novela trata la dialéctica que se produce entre los dos”, explica el autor de “Insurrección”. “Creo que es muy interesante ver a Aitor en todo su proceso. ¿Cómo ha llegado hasta aquí? Él intenta hacerlo todo bien, pero se le desmorona la vida, todas sus fantasía y sólo puede vivir porque se auto engaña”, expone con determinación José Ovejero durante la entrevista. Ese desmoronamiento no es sólo individual, “es un problema social. El estado del bienestar se ha desmoronado, cada día es más difícil sobrevivir en un mundo cada vez más hostil y no queremos verlo. Hay una tensión insoportable”, sostiene con decisión. En opinión de José Ovejero, “el tema de los okupas es un problema menor, es mucho peor la ocupación ideológica. Se desvía la atención de lo importante para que no nos demos cuenta de los verdaderps problemas que hay de corrupción, de los desahucios, etc. Cada día, el respeto por lo minoritario es menor”, sentencia. La producción de Ovejero es inmensa. Escribe poesía, ensayo y teatro, además de novelas de éxito, pero creo que es en la narrativa donde da lo mejor de sí mismo. Sus novelas las podemos dividir en dos tipo diferentes: las íntimas, donde trata espacios microscópicos y muy personales, y las sociales, que son más expandidas y tienen un cierto tono de “comedias salvajes”. “Insurrección” creo que la podemos inscribir en este tipo. En su nueva novela, hay tres tipos de personajes claramente diferenciados. Primero es el padre, periodista radiofónico, como hemos señalado más arriba, algo poco usual; el segundo, es el okupa, que hay también de diferentes tipos y, por último, el personaje del detective homosexual. “Ha sido deliberado incluir a estos tipos de personajes que tienen que ver con la clase media en extinción que se está dando en estos momentos en la sociedad”, señala José Ovejero. “Se puede elegir, pero no se tiene el poder de la elección absoluta”En el mundo de hoy, la elección es cada vez más difícil. “Siempre se elige entre dos males y como se hace con presión siempre se elige mal. No sabemos elegir bien. Es verdad que se puede elegir, pero no se tiene la elección absoluta”, afirma el autor y agrega “por eso, en ocasiones, se deriva hacia la violencia. Todo se complica cuando se empieza mal las elecciones”.
Para José Ovejero, “la voz narrativa que se emplea en las obras es una mera convención, no es necesaria. Para mí, lo que el lector debe hacer es meterse en la escena que se cuenta. El lector debe estar con los personajes y no con el escritor. Si yo lo hago bien, el lector me va a seguir. En esta ocasión, decidí ir alternando las tramas y la voz narrativa”. En “Insurrección”, alterna diferentes voces en primera, segunda y tercera persona. Lo que denota que es una novela muy trabajada desde el punto de vista estilístico. El escritor ha salido más que airoso del juego de voces que plantea que es muy difícil, sobre todo cuando se utiliza la segunda persona. “La utilización de la segunda persona hace que se establezca un diálogo con el lector. Así se consigue mover al lector hacia donde quiere el autor, lo que le permite acercarse o alejarse lo que sea preciso. Es un juego difícil, pero cuando siento que funciona me encuentro muy bien”, desarrolla el autor y añade “mi idea es experimentar, no sólo por el experimento en sí, sino para potenciar una manera de comunicar que pretende ser más fluida”. Una de las características fundamentales de la narrativa de José Ovejero es que sus libros suelen ser muy visuales. “Es una forma de aumentar las posibilidades de comunicación. Así, los lectores estarán dentro de las escenas”, apunta. Para concluir, detalla lo que para él es la creación literaria. “La literatura me interesa como forma de expresión y de conocimiento. Cada género literario me permite conocer cosas diferentes de mí y verme de forma distinta. Es un movimiento natural de ir ampliando mi perspectiva. Ver más, significa disfrutar más. En la actualidad, sólo hago proyectos que me entusiasmen”, finaliza. Como esta última novela. Pudes comprar el libro en:
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