Sentados en un recoleto rincón de una conocida cafetería, no tardamos ni un segundo en entrar en materia sobre el tema que ocupa su nuevo libro “FOLLONES, amoríos, sinrazones, enredos, trapicheos y otros tejemanejes del siglo XIX”, un título tan largo como se les hizo a los españoles el siglo más catastrófico de nuestra historia. “Un pueblo que no conoce su historia es un pueblo que no tiene identidad”, suelta a bocajarro nada más comenzar nuestra charla histórica porque los españoles hablamos de historia, pero no la conocemos en profundidad, y continúa “la identidad se conforma por los relatos que se hacen y los españoles nos hemos quedado sin un relato que nos englobe a todos”, afirma con decisión. “Tenemos que entender nuestra historia y para eso hay que conocerla”, dice categórico. Para entender lo que está ocurriendo en este turbulento siglo, tenemos que entender lo que sucedió hace unos cinco siglos. “La unión entre Castilla y Aragón fue un error y Fernando VII, por mal nombre el rey Felón, repitió a comienzos del siglo XIX los mismos errores de nuestra reina más católica, Isabel I; sólo que le salió mucho peor que a ella”, reflexiona el historiador de la dos ruedas, aunque él dice que no lo es, que sólo es guionista, creador de contenidos, director y productor ejecutivo de radio y televisión. ¡Menuda nómina! “Lo que pasa es que me documento muy bien”, apunta.
Comenzamos mal el siglo XIX bajo un rey mendaz y traidor. Además, la llamada guerra del francés, ahora conocida como la de la Independencia, arrasó nuestra piel de toro. Por si eso fuera poco, a nuestros compatriotas solo se les ocurre inventarse unas guerras carlistas –auténticas guerras civiles entre reaccionarios y liberales-. “La primera guerra carlista se cerró con el abrazo de Vergara, entre los generales Espartero –vencedor- y Maroto –perdedor-. Sin embargo, las heridas se cerraron traumáticamente y aún siguen sin cerrarse. Además, la regencia de María Cristina –tan corrupta ella, por otra parte- no ayudó en nada a la reconciliación”, analiza nuestro madrileño autor. David Botello expresa sus opiniones sin pelos en la lengua y nos sorprende por sus ideas, fruto de un reposado y, a la vez, divertido análisis de nuestra historia. “José Bonaparte fue un buen rey que quiso modernizar el país. Nos dio el estatuto de Bayona, un primer esbozó de constitución otorgada. Posteriormente, un grupo de liberales españoles en Cádiz hicieron una gran constitución, sin embargo los españoles al acabar la guerra gritaron aquello de ¡vivan las caenas! Y se volvió al absolutismo fernandino. ¡Como para entendernos!”, expone y se pregunta a continuación: ¿por qué el pueblo pensaba de esa manera? “Hacemos hincapié en nuestros errores y no en nuestros valores”Para David Botello, “los españoles sólo hacemos hincapié en nuestros errores y obviamos nuestros valores. Héroes como Blas de Lezo o Bernaldo de Gálvez son incuestionables y, sin embargo, son prácticamente desconocidos”. “Nuestra labor en América tuvo errores, pero también muchos aciertos. Se hicieron muchas universidades -unas veinticinco-, se crearon ciudades con una mentalidad muy moderna y actual. La agricultura y la ganadería avanzaron muchísimo. Otros países, como los británicos no fundaron ninguna universidad en todas sus posesiones”, nos recuerda éste licenciado en Comunicación Audiovisual. Si hay algún hecho histórico del siglo XIX que le escandalice ese es el que protagonizaron los políticos de la época contra Isaac Peral. “Cánovas del Castillo, Sagasta y Castelar conspiraron contra el invento del submarino porque no les interesaba, tenían otros intereses como seguir manteniendo el régimen de esclavitud en nuestras colonias. El hermano de Cánovas era un conocido negrero y estaba pringado hasta las trancas. Todos tenían intereses en el negocio de la esclavitud. Así, fueron dando largas al invento de Peral. Hasta tal punto, que el inventor se enteró de que todas las potencias enemigas: Inglaterra, Francia y Alemania, tenían los planos secretos del invento que tuvo que depositar en el ministerio de Marina. Menos mal que Peral se dio cuenta de lo que estaban haciendo y nunca entregó los planos del aparato de profundidad del submarino. Los políticos de la Restauración protegían sus intereses, no los de la nación”, expone con indignación David Botello.
“Los políticos de la actualidad siguen siendo exactamente igual. Nos venden a nuestras espaldas. No protegen al ciudadano, es más, lo exprimen. Lo que sí defienden son los intereses de los bancos y de las grandes empresas”, subraya el autor de “Follones”. “El siglo XIX explica el modelo de sociedad que tenemos hoy en día. Todo está muy relacionado con el poder”, afirma taxativo. Otro caso que le indigna al escritor madrileño es el de Prim. “En su asesinato todo es muy oscuro. Paco Pérez Abellán hizo una investigación exquisita sobre el caso y le hicieron la vida imposible. Descubrió que le estrangularon cuando estaba en el lecho del dolor sin que le hubiesen curado las heridas y, además, vio que había sido apuñalado por la espalda antes. Prim quería cambiar el modelo de estado, acabar con los privilegios excesivos de la aristocracia, abolir la esclavitud y poner en su justo lugar a la Iglesia”, analiza con precisión David. Leyendo con atención el libro de David Botello, nos damos cuenta que la historia no es tal como nos la han contado. Para David, “Carlos IV y Godoy no fueron tan nefastos. El Príncipe de la Paz trataba a Napoleón de tú, incluso le vacilaba. El verdadero traidor a España fue Fernando VII que escribió un libelo contra su padre, otra auténtica leyenda negra”. Los verdaderos culpables del desastre del final del siglo XIX fueron los políticos de la Restauración que primaron sus intereses a los de los españoles. “El siglo XIX no lo hemos superado”, concluyo David Botello. Puedes comprar el libro en:
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