Ambientada en Estados Unidos, "El interviniente Petroni" es un reflejo de la pasión que siente el autor por las películas de cine negro, sobre todo, de cineastas como Martin Scorsese o Brian de Palma, entre otros. Por eso, no es de extrañar que a lo largo de la novela nos encontremos con alusiones a movimientos de cámara como si se tratase del desarrollo de una escena. Estas anotaciones no solo generan mayor ritmo, sino que introducen al lector en la historia aún más si cabe.
El resultado es un guión de cine duro en el que no falta la corrupción, el tráfico de armas, el alcohol, las drogas y la sordidez de los ambientes más oscuros de las grandes ciudades. Unos decorados en los que, aunque parezca imposible, a veces hay pequeños destellos de amor, amistad o deseos de superación. Incluso en esta ciudad infernal, en la que nunca para de llover y todo parece teñido de gris, diversas situaciones harán aflorar en el lector cierto humor negro.
Con todo ello, aún le faltaría algo más para ser una película típica de este género cinematográfico: una banda sonora. Sin embargo, el autor hace alusión a distintas canciones en los momentos más álgidos de la novela creando una auténtica y única banda sonora que acompaña a esta historia de decadencia y dolor y que termina por meter hasta el último lector en la escena.
Protagonizada por Frank Wells, esta novela se centra en un secretario judicial del que página a página iremos descubriendo la historia de su fracaso y cómo la vida se le ha rebelado transformándose en su mayor enemigo. Por otro lado, El Interviniente Petroni muestra con realismo los entresijos judiciales y policiales, dos mundos que Francisco del Pozo conoce a fondo y en los que se mueve con soltura pues es magistrado de carrera.
En cada episodio, el autor nos va desgranando y descubriendo hasta el más mínimo detalle del pasado de este protagonista logrando, por un lado, satisfacer la curiosidad del lector y, por otro, aumentar sus ganas de descubrir si conseguirá la tan ansiada venganza que vuelva a poner toda su vida en orden.
"El interviniente Petroni" es una obra llena de giros que no deja de sorprendernos hasta la última página. Su intensa trama se asienta sobre los clásicos de cine negro y se funde con las entrañas de los despachos judiciales para crear un relato trepidante. Una historia en la que, con elegancia y detalle, Francisco del Pozo dosifica los acontecimientos logrando una novela con ritmo que atrapa irremediablemente al lector.
Cuando Petroni irrumpe en la vida de Frank Wells lo hace casualmente y en forma de mala noticia, dejando tras de sí un reguero de destrucción. Desde entonces, nada volverá a ser lo mismo en su mundo. Frank siente entonces la necesidad de poner fin al miserable Petroni, solo así conseguirá la paz que tanto anhela. Para ello no duda en emplear los mecanismos del sistema judicial del que forma parte desde hace años.
Francisco del Pozo se presenta a si mismo: "nací en 1973, pocos años después de que el hombre hubiese llegado a la Luna, en el año del búfalo del calendario chino, lo que de un modo u otro debió de determinar lo que me vendría después. Fue el año de la crisis del petróleo, la liberación de las cintas del Water Gate y el lanzamiento del que probablemente sea el mejor álbum de rock de todos los tiempos: Dark Side of the Moon, de Pink Floyd. Pero, sobre todo, 1973 fue uno de los últimos años del baby boom, un fenómeno demográfico con los colmillos muy retorcidos, una broma macabra del destino, fueron muy pocos los que tuvieron la suerte de nacer con una estrella bajo el brazo. Y a mí no me tocó. Por eso decidí fabricar la mía.
Este no es el primer libro que publico, previamente, edité (Las cosas que te pasan) Mientas opositas, un ensayo técnico que alcanzó el número 1 en ventas.
Actualmente soy magistrado, escritor y preparador de opositores, y no necesariamente en ese orden".
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