Con anterioridad se había infiltrado en ese lugar como espía infiltrado del ejército alemán, cuyo servicio secreto pretendía controlar a un extraño partido fundado por dos periodistas y un mecánico-cerrajero llamados D. Eckart, K. Harrer y A. Drexler, y que era el Partido Obrero Alemán. En este momento histórico el partido ya se denomina Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, NSADP, y su führer y profeta es ese exaltado llamado Adolf Hitler, quien ha llegado a la conclusión innegociable de que su Deutschland debe estar über alles, y para ello la inepta República de Weimar regida por un socialdemócrata judío llamado F. Ebert debe desaparecer.
El hecho fue violento y los disparos fueron atajados por la policía, fracasando ese putsch. Pero, ese taimado Hitler esperó la revancha. El juicio subsiguiente fue todo un espectáculo hagiográfico orquestado por Hitler, durante cuatro semanas se defendió ante el tribunal que lo juzgaba. Llegaron periodistas de todo el orbe conocido, y el habilidoso “cabo bohemio” se defendió con gran estilo demostrando palpablemente que aquello era su martirio.
De su sentencia bastante tibia de cinco años por Alta Traición solo cumplió nueve meses, en la prisión-fortaleza de Landsberg. En ese tiempo planificará su revancha, estudiará todos los pros y los contras de la democracia alemana de Weimar, comprendiendo que la izquierda de su partido, que era bastante radical, dirigida por el vicepresidente del partido Gregor Strasser debería ser eliminada o exterminada (la Noche de los Cuchillos Largos), para poder acercarse así a la aristocracia económica de Alemania, Krupp, Thissen, von Opel, Siemens, Daimler, etc, quienes serían su apoyo en la guerra de la expansión alemana ulterior y, sobre todo junto a su secretario Rudolf Hess escribiría la obra esencial de su pensamiento político tan vulgar, degradante, antijudío y trufado de inexactitudes, llamada Mein Kampf o Mi Lucha, que sería su carta de presentación cuando fuese liberado. Del resto se encargaría el destino.
De todo ello trata este volumen, "El juicio de Adolf Hitler", un relato magnífico de más de 600 páginas, sin omitir nada, que merece la máxima calificación por ser lo más completo hasta ahora realizado sobre este hecho histórico, y difícil de igualar. Historiador de primera categoría, el prof. David King, realiza un relato brillante y pormenorizado, riguroso y muy documentado. En suma, recomendación absoluta y sin ambages.
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