En la recepción, estuvieron presentes la editora Miriam Vall, el comisario de la Brigada de Investigación Tecnológica Pedro Pacheco, el intérprete y uno de los traductores del libro Martin Lexell y el propio autor sueco David Lagercrantz, recién llegado de su gira de presentación de diez días por todo Estados Unidos. Según la editora, el libro se ha situado, nada más publicarse, en la tercera posición de los libros más vendidos del New York Times. “El sábado sabremos cómo arrancan las ventas en España”, señaló la editora. De momento, son más de 100 millones los lectores de todo el mundo que han caído en las garras de Lisbeth Salander, “la hacker de ficción más famosa del mundo”. “He intentado unir a toda la sociedad en la trama del libro, desde los más bajos fondos a lo más alto de la sociedad porque, en la actualidad, todo está interconectado gracias a Internet”, dijo el simpático autor sueco en rueda de prensa y añadió “por eso el libro arranca con una escena de un mendigo que en otro tiempo pisó moquetas de palacios, está escena me sirve para preguntarme: ¿cómo puede tener un mendigo relación con un ministro por la calle?, ya que murió pronunciando el nombre del Ministro de Defensa sueco”. David Lagercrantz ha querido en esta última entrega “reflejar la lucha final entre las dos grandes antagonistas de las tres últimas novelas de la saga: las hermanas Salander. Camilla se posicionaba a favor del padre, cuando Zalachenko violaba y pegaba a su madre; mientras que Lisbeth siempre estaba al lado de su madre. Al final, una de las dos debería morir. Por eso, lo viví como un duelo. Una de las dos debía de morir. Había demasiado odio”. En esta ocasión Lagercrantz ha querido describir a una Lisbeth Salander un poco más débil. “Lisbeth Salander está preparada para la batalla final contra su hermana Camilla. Pero esta vez tomará la iniciativa e intentará liberarse del daño y el dolor de toda una vida. Ha estado acercándose a su objetivo: ha dejado atrás Estocolmo, lleva un nuevo peinado y se ha quitado los piercings. Podría pasar por una ejecutiva más. Sin embargo, las ejecutivas no ocultan una pistola bajo la americana, no son hackers expertas ni llevan cicatrices ni tatuajes que les recuerdan que han sobrevivido a lo imposible”, nos anticipa el autor sueco más vendido de la historia. Esta última entrega de la serie Millennium de Stieg Larsson es una potentísima novela que entreteje escándalos políticos y enigmas en las más altas esferas del poder con el desenlace de la historia de Lisbeth Salander, uno de los personajes más fascinantes y mejor construidos de todos los tiempos. El propio David Lagercrantz nos da la receta del éxito de sus novelas: “primero, tiene que haber un asesinato; después, tiene que haber una lucha o batalla que se origine en la infancia con un final y, para terminar, tiene que plantear temas de actualidad y de interés social”.
“Nuestra sociedad está hipervigilada, pese a eso se dan casos de campañas por Internet de odio o de desinformación. Hay agencias, incluso, estados que utilizan las redes para desestructurar la sociedad difundiendo mensajes de odio. Muchos de los problemas de populismo, en estos momentos, han sido generados por estados. Las mentiras son muy peligrosas porque abren el camino a la violencia de verdad. Esto es lo que trata La chica que vivió dos veces”, explica de manera pormenorizada el continuador de la serie Millennium. Para David Lagercrantz, “la sociedad es demasiado ingenua ante los crímenes tecnológicos. Hoy en día, la sociedad vive bajo amenaza”. De hecho, el autor y su editorial han sufrido diversos hackeos para hacerse con el manuscrito de la novela. “La novela la he tenido que escribir sin utilizar aparatos tecnológicos, nos llegaron correos solicitando el original por parte de las editoriales de otros países, pero en realidad eran intentos para hackear la novela”, expresa. “Hay tres tipos de hackers: los malvados, conocidos como sombreros negros, que quieren introducir virus en los ordenadores; los sombreros grises, que hacen cosas ilegales, pero con objetivos respetables y los sombreros blancos, que son los que contratan los bancos o las empresas par intentar salvaguardar los archivos y programas de una institución”, cuenta el escritor sueco. A David Lagercrantz le da un poco de pena despedir a su protagonista Lisbeth Salander. “He vivido con mucha intensidad la redacción de la saga. Lo he pasado muy bien en general, pero, también he tenido momentos con mucha tensión, sobre todo por los conflictos de los derechos de las novelas, lo cual me da mucha pena. Espero que la familia se arregle. Ahora mismo, lo que siento es una gran liberación y quiero acometer nuevos retos", concluye el autor de los tres últimos volúmenes de la serie Millenniun. Podrás comprar el libro en:
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