Una voz narra en segunda persona la travesía de Daniel, que camina rumbo a la laguna, enmarcada en un paraje idílico, que en sus años de juventud Tere y él bautizaron como el río del Edén. Daniel camina ahora hacia aquellas aguas con la intención de esparcir allí las cenizas de Tere, fallecida poco antes como consecuencia de las secuelas que le produjo el trágico accidente que sufrió casi dos años atrás. Le acompaña Silvio -el hijo de ambos-, un entusiasta adolescente que padece el síndrome de Down.
Durante el trayecto, Daniel rememora sus años de relación con Tere. Recuerda el día que se conocieron en una fiesta universitaria, sus primeros cafés, sus primeros cines y, sobretodo, aquellos días idílicos que compartieron acampados a la orilla del río del Edén. Recuerda también los episodios más oscuros de esa historia de amor, los errores y miedos que le llevan a perderla, una vez en la juventud y de nuevo en la madurez. Esta última separación se saldará con Tere a iniciando los trámites de divorcio.
Daniel se reconoce escindido, y sabe que ese Daniel inseguro e intolerante es el que le ha conducido a tantos errores. A ver traiciones donde no existían, a buscar venganza donde no correspondía.
Los recuerdos de Daniel se intercalan con sus conversaciones con Silvio, a quien ha aprendido a querer tras el accidente de Tere. Silvio no termina de entender la muerte, el sueño eterno en que ha entrado su madre y pregunta por ella con ingenuidad, e incluso habla con la urna que porta sus cenizas. Daniel redescubre a su hijo, sus gustos, inocencia y pasiones, como los animales o los extraterrestres. El camino hacia la laguna es un camino de arrepentimiento, redención, transformación y hallazgo.
José María Merino(A Coruña, 1941) residió durante muchos años en León y vive en Madrid. Comenzó escribiendo poesía y se dio a conocer como narrador en 1976 con Novela de Andrés Choz, libro con el que obtuvo el Premio Novelas y Cuentos. Lo escurridizo de la identidad, sus conexiones con el mito, el sueño y la literatura, y muchos elementos de la tradición fantástica, caracterizan su obra narrativa. Su novela La orilla oscura (Alfaguara, 1985) fue galardonada con el Premio de la Crítica. Además, ha recibido el Premio Nacional de Literatura Juvenil (1993), el Premio NH para libros de relatos editados (2003) y el Premio Salambó (2008). En Alfaguara ha publicado, entre otros, la trilogía novelesca Las crónicas mestizas, así como las novelas Las visiones de Lucrecia (1996), Premio Miguel Delibes de Narrativa; El heredero (2003), Premio Ramón Gómez de la Serna de Narrativa; El lugar sin culpa (2007) premio de narrativa Gonzalo Torrente Ballester, un volumen que recoge sus libros de relatos, Historias del otro lugar (2010) y El libro de las horas contadas (2011). Es miembro de la Real Academia Española.
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