“Mi novela pertenece al género de la literatura fantástica, tiene mucho de terror y de ciencia ficción. Son muchos géneros en uno. Estoy convencido de que la nueva novela (narrativa) será híbrida o no será. En la actualidad, el arte de contar historias es la hibridación”, suelta Luis Artigue como si apretase el gatillo de una metralleta. El autor leonés en un culo de mal asiento, realiza la entrevista de pie, da la impresión de que no se cansa nunca.
En su opinión, en su novela “hay elementos de distopía clásica, además tiene mucho de metáfora de la vida, sobre todo de la sociedad y de la política y, ante todo, mucho de enigma. Lo que he querido hacer es algo nuevo. Una novela de alegoría narrativa; todo mezclado y transformado con un planteamiento nuevo”, explica con una claridad meridiana y continúa diciendo “otros elementos fundamentales son el lenguaje y el humor, bastante neurótico por cierto”. Humor del que hace gala en todas sus intervenciones y, por supuesto, en la entrevista.
“Donde siempre es medianoche” se publicó el año pasado, desde entonces la crítica ha destqacado muy positivamente la novela. “Creo que lo que más se ha valorado ha sido la versatilidad y su hibridez. Yo no creo en los géneros literarios, soy un degenerado”, dice entre risas. Degenerado porque no cree en géneros pese a asistir a la Semana Negra, que cada vez trata más otros géneros, quizá siguiendo los consejos de este escritor leonés que es un auténtico erudito de la literatura. Estudió Filología Hispánica y amplió estudios en la Universidad de Toronto.
“Eso de los géneros es cosa de los críticos, que les gusta parcelar la literatura. Yo estoy en contra, prefiero ser fiel a la novela negra, buscar la profundidad del género, pero sin solemnidad. La literatura hay que hacerla más cercana y darla una dimensión de diversión, que es tan importante como la trascendencia”, expone con pose intelectual a la vez que divertida.
“La novela de género es la verdadera novela social”
“Donde siempre es medianoche” tiene muchos elementos sociales. Esa noche que se establece en Silenza (Italia), a la que llega un periodista de investigación para saber que ocurre allí, tiene mucho de metáfora sobre la crisis económica que está establecida en Occidente desde hace muchos años. La ciudad ha vuelto a la Edad Media y quiere saber el porqué. Para este investigador y, creo que para todos, “los mejores informadores de la ciudad son los borrachos de los bares”.
“La novela de género es la verdadera novela social, quizá no sea muy académico decir esto, pero los parámetros literarios deben de cambiar”, sostiene con decisión este singular autor que se muestra muy contento por haber conseguido tan preciado galardón de una Semana Negra a la que tanto le gusta asistir.
La literatura hay que hacerla más cercana y darla una dimensión de diversión
Para Luis Artigue, “la ciencia de ficción actual es literatura de evasión, lo cual no es malo. Es más, veo tanta inteligencia en la literatura de evasión como en la academicista. Existe un haz de frivolidad que hace muy soportable el género”. De ahí, que aplique un cierto tono de diversión en sus obras. “En mis estudios académicos, nunca se trató este género y que me digan a mi si Philip K. Dick no es un genio de la literatura actual. Yo leía a este autor y a otros a escondidas, nunca en los programas oficiales. Y es un autor de lo más relevante que te puedes encontrar en la literatura contemporánea”, analiza el escritor.
Para finalizar, quiere remachar que “mi novela es sobre la crisis económica”. Para él, no deja de ser esta crisis una “ficción narrativa”. “Los bancos nos dan dinero para comprar una casa y luego nos la quitan. Esto es un engaño se mire por donde se mire”, afirma taxativo y concluye “el sistema político de la economía se basa en repetir los errores económicos una y otra vez”.
Ya despidiéndose me dice: “por favor, no te fíes de la sed”. “Pero, por qué me dices eso”, le digo asombrado. “No sé, siempre me gusta dejar un último mensaje”, me responde. Está claro que no suelo fiarame de la sed, por eso me despido y me voy a tomar una cerveza a la carpa principal. Su conversación me ha dado sed y me ha dado mucho que pensar. Voy a ver si me aclaro mirando ese mar Cantábrico que se entrevé entre las antiguas dársenas de la Naval de Gijón.
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