Como todos los años, y ya son cerca de tres décadas, se han concedido los premios a reputados escritores de los diversos géneros que pueblan la galaxia literaria. El primero que hemos conocido ha sido el Premio Celsius a la mejor novela de Ciencia Ficción y Fantasia que este año ha ganado el escritor Luis Artigue con su novela "Donde siempre es medianoche". El jurado, presidido por Jesús Joaquín Palacios Trigo, y formado además por Ángel Luis Sucasas Fernández, Julio César Iglesias Fernández decidieron otorgar por mayoría, que no por unanimidad, el premio; haciendo constar un voto discrepante.
La novela es una distopía que transcurre en una ciudad donde la noche ha llegado para quedarse. "Es una metáfora de la crisis económica, en la que vivimos sumergidos. He querido unir el humor a la política", dijo el escritor leonés nada más conocer la concesión del premio. La novela ha sido editada por Pez de Plata.
El Premio Espartaco a la mejor Novela Histórica ha ido a parar a Jesús Maeso de la Torre con su obra "Comanche", donde cuenta las labores que los dragones del rey hacían a lo largo de la frontera mexicana en el siglo XVIII. El jurado estuvo compuesto por Pilar Sánchez Vicente, Alfonso Mateo-Sagasta, Fermín Goñi y Rafael González como secretario y otorgaron el premio por unanimidad.
"Con el premio Espartaco creo que ya tengo todos los premios de novela histórica del país. Mi novela es una reivindicación a unos héroes olvidados. Antes que John Wayne o Clint Eastwood, los españoles ya ejercían de cowboys por tierra americanas, donde estuvimos cuatro siglos. El Séptimo de Caballería es una copia tardía de los dragones de cuera del rey, que lucharon contra algunas tribus de indios sanguinarias como la de los comanches, otras muchas nos ayudaron, pero nunca cometimos ningún genocido como hicieron los propios británicos y estadounidenses siguiendo la doctrina Sherman que sostenia que: el único indio bueno es el indio muerto", recordó el escritor ubetense tras la concesión del premio.
El premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de No Ficción de Género Negro ha sido para el escritor gijonés, aunque radicado en Galicia, Nacho Carretero con su obra "En el corredor de la muerte", publica en Espasa. El jurado estuvo formado por dña. Marifé Antuña, D. Juan Bolea, D. Carlos Quílez y D. José Manuel Estébanez Izquierdo, actuando como secretario, que decidieron otorgar el premio por unanimidad.
El libro trata del periplo sufrido por Pablo Ibars en el corredor de la muerte, actualmente ha sido conmutada dicha pena por la cadena perpetua. En palabras del autor, su libro es "una demostración de como el periodismo puede ayudar a las personas y a la sociedad para que no sucedan cierto tipo de cosas".
El Premio Memorial Silverio Cañada a la Mejor Primera Novela de Género Negro ha sido concedio a "Los Caín" de Enrique Llamas, el jurado estuvo compuesto por Dña. Marta Robles Gutiérrez, D. Paco Gómez Escribano y D. Luis Artigue Holgado y actuando como secretaria Dña. Beatriz Rato Rionda, que acordaron por unanimidad conceder el premio, por su propuesta audaz de un country noir que te sumerge en un ambiente inquietante y sórdido.
El escritor reconoció que se inspiró en unos hechos acaecidos hace unos nueve años por tierras de Zamora, "a lo que uní recuerdos de hace más años de mi padre, quise hacer notar la evolución que ha sufrido la Guardia Civil, desde el temor que sentía la población de ellos en los años 70 y el respeto y consideración que se les tiene en la actualidad", dijo emocionado el joven escritor zamorano.
El último premio en hacerse público fue el Dashiell Hammett a la mejor Novela Negra escrita en lengua castellana en 2018, el jurado estuvo formado por por Empar Fernández, Juan Carlos Gea, Noemí Sabugal y Miguel Barrero, que acordaron conceder el premio ‘ex aequo’ a "Justo", de Carlos Bassas del Rey, y "El último Hammett", de Juan Sasturain.
El jurado valoró la apuesta de ambos por explorar los márgenes del género desde distintos postulados narrativos y estilísticos. "Justo" emplea un estilo despojado y perfila un personaje que se caracteriza por su fuerza simbólica. "Es un homenaje a mi padre y a Barcelona, mi ciudad", dijo el autor catalán.
"El último Hammett" por su parte, constituye un ambicioso ejercicio narrativo que parte de un referente clásico del género para ahondar en el contexto de su época. Su autor no ha podido venir a Gijón porque el gobierno argentino está dispuesto a sufragar los viajes de sus escritores. A ciertos gobiernos, la cultura y la literatura les molesta.