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El proceso inquisitorial de Fray Luis de León |
El libro que tengo el placer de reseñar es una obra maestra, y no desmerecería de un facsímil. Aunque hay que indicarle al editor, profesor Ángel Alcalá, tres cuestiones anhistóricas. Primero Valladolid no es
caput Castellae, que lo es Burgos, asimismo no es la capital de la Autonomía entre León y Castilla, donde no existe capital oficial, y en tercer lugar
Fray Luis de León era profesor de la Universidad leonesa de Salamanca y por lo tanto Castilla no le debe nada.
Ya que la helmanticense nació como Estudio General o de los ciudadanos leoneses creada por Alfonso IX de León, y concretamente en el año 1218, por lo que en el año 2018 se celebró su octavo centenario. Fray Luis de León, como su apellido indica era considerado del reino de León, nacido en la conquense Belmonte un 15 de agosto de 1527 en familia conspicua leonesa mezclada con conversos. En 1579 obtiene su cátedra de Biblia en Salamanca, ganando el concurso frente a Domingo de Guzmán. Ya, en 1561 había traducido del hebreo el Cantar de los cantares, y ya comenzaba a ser visto con extrañeza por el Santo Oficio. En 1559 Fernando de Valdés y Salas publicó el index de libros prohibidos. En 1571 ya da comienzo su procesamiento, el 27 de marzo de 1572 está ya en la cárcel de Valladolid.
El dominico Mancio entregó su calificación relativamente favorable el 7 de abril de 1575, hasta que desesperado y con muy mala salud pide que se le permita morir en paz. Hasta que el 7 de diciembre de 1576, el inquisidor general cardenal Gaspar de Quiroga instiga ante el Consejo para que se le absuelva absolutamente. Nunca perdió el tiempo en la cárcel, donde concibió obras como De los nombres de Cristo. El poema A Nuestra Señora. El libro de 737 páginas está agrupado en 21 capítulos, donde se encuentran todos los textos de la acusación y las respuestas de defensa del fraile agustino. Además de toda la correspondencia, lo que es inédito, producido entre el tribunal regional vallisoletano del Santo Oficio y el Consejo General sito en Madrid. Numerosas y explicativas notas a pie de página incrementan la calidad simpar de este volumen, obra singular del año 1991.
La causa de la inquina del Santo Oficio contra la intelectualidad del siglo XVI, se circunscribe al deseo de evitar modernismos en el pensamiento, referido al deseo de evitar el hermanamiento cultural entre la tradición cristiana y el humanismo renacentista. De igual forma, se actuaría contra otro personaje modélico como sería el proceso simultáneo del arzobispo metropolitano de Toledo Bartolomé de Carranza. En suma una joya literaria esclarecedora y necesaria.
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