La novela trata sobre la desaparición de dos hermanos mellizos, Solène y Raphaël, casi tres meses después del suceso se encuentra el cadáver de la niña, vestida de blanco y con una corona de flores. Pese a todos los esfuerzos, al cabo de unos años el caso se cerrará en falso, sin rastro del hermano y con la familia vencida ante la tragedia. Treinta años después están desapareciendo niños de nuevo, en el mismo pueblo, y un clima insano se ha instalado entre los vecinos. El pánico crece y viejas sospechas renacen cuando empiezan a llegar mensajes enigmáticos en nombre de Solène y Raphaël. Si hay alguna esperanza de encontrar a los niños con vida, hay que descubrir de una vez qué les pasó a los mellizos treinta años atrás.
Según la autora de “El doble crimen de la familia Lessage”, “la escritura es un juego y no me gusta saber hacia donde me dirijo, lo que quiero es divertirme escribiendo”, señala la escritora radicada en Paris donde se dedica a la producción de eventos. ¡Y qué mejor evento que su nuevo libro! Ya que lo convierte en un evento donde no se sabe que va a pasar cuando pasamos con rapidez las páginas del mismo. “En la vida actual, tenemos demasiadas certidumbres y para poder evolucionar es preferible no tener certezas sobre nada”, afirma con rotundidad la autora francesa. Y eso es precisamente lo que pasa en el libro.
Destombes sigue ahondado sobre el mismo tema. “Me gusta cuestionarme los principios de la sociedad. Si tienes un niño y una niña, les dirás que deben quererse, que no deben pelearse sino protegerse, cuidarse y, por supuesto, vivir bajo el mismo techo. Esos niños casi deben vivir como una pareja, pero no amarse físicamente. Esas reglas son las que los adultos establecen. La infancia es el último bastión de debemos proteger. Para que no lo empañe la crueldad adulta”, desgrana con fluidez y subraya “la infancia es nuestra salvación”.
Sin embargo, la autora testifica que la melliza Solène “era una manipuladora. Ella tiene el mal dentro de sí y quiere destrozar a la gente. Normalmente, las niñas cambian más pronto su cuerpo que los niños y suelen madurar antes que ellos. Los niños tienden a ser más inocentes durante más tiempo”, apunta la escritora. Algo termina saliéndole mal a la melliza porque tres meses después aparece su cuerpo sin vida. De su hermano, nunca aparece el cuerpo y la hipótesis es que continúa vivo, pero escondido en otro lugar”, expone la autora detalladamente.
“Las cifras de los suicidios infantiles son increíbles y apenas se habla de ello”
La novela trata con profundidad el tema del suicidio infantil. “Cuando empecé a hablar del suicidio de los niños, leí muchas estadísticas y las cifras eran increíbles, sin embargo, la sociedad no habla apenas de ello”, apunta Sandrine y continúa razonando “Hoy en día, la sociedad no es más cruel que antaño. Hoy tratamos de proteger mejor a nuestros hijos. No los enviamos a trabajar diez horas al día en una mina, los educamos con palabras y no con bofetadas. Lo que sí hacemos es sobreprotegerlos y eso puede llevar a que no les preparemos lo suficiente contra la crueldad”.
Para la investigación de los crímenes, la autora utiliza dos policías. El primero, Jean Wimez que llevó la búsqueda de los niños hace treinta años y el segundo es el capitán Fabregas el que toma el relevo del policía jubilado Wimez que ayuda en la nueva indagación que se produce en la actualidad. “Los dos no son muy diferentes entre sí. Sólo les separa la experiencia. Aunque creo que es evidente que los dos vivirán obsesionados por la investigación toda su vida. Es una historia demasiado sórdida como para olvidarla”, analiza Sandrine Destombes durante la charla.
Una novela negra es un rompecabezas, un problema matemático por resolver
“El thriller se tiene que diferencia de la realidad. Ésta es menos glamurosa de lo que parece a primera vista y los procesos de análisis de pruebas tardan muchísimo, algo que en una novela tiene que ser más rápido para no perder el pulso narrativo. Para mí, una novela negra es un rompecabezas, un problema matemático por resolver”, cuenta en francés la autora que reconoce que la novela está basada en diferentes casos reales. Precisamente eso es lo que le gusta. “No me atraen los investigadores superhéroes o alcohólico. Nos los conozco en la vida real y no me identifico con esos planteamientos, antes me gustaba mucho Chandler, pero terminó cansándome. Tampoco veo las series de televisión, me parecen muy poco creíbles”, comenta la escritora que suele ver sus historias en imágenes y que le gusta cambiar de registro en cada historia que escribe.
Para finalizar, nos da una pista sobre el resultado de la investigación de los dos policías. “Las estadísticas suelen ser fiables en estos casos. Los culpables se suelen encontrar en los círculos familiares más próximos. No hay que buscar muy lejos para encontrarlos”, concluye Sandrine Destombes que ha tardado nueve meses en escribir su novela. “Lo que dura un embarazo”. Un buen embarazo que ha dado a un parto más que interesante.
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