A sus cien años, Juan Eduardo Zúñiga sigue escribiendo. Quien lea estas memorias entenderá las razones.
Zúñiga describe sus años de aprendizaje en el Madrid de la caída de la monarquía y la proclamación de la República, la guerra civil y la larga posguerra. El joven, cuya vida se ve limitada primero por la contienda y después por la pobreza económica e intelectual de la España franquista, rompe su aislamiento con el estudio de lenguas como el ruso, el búlgaro o el rumano. Con ello accede a los mundos sugestivos de Turguéniev, Chéjov o Panait Istrati.
"Recuerdos de vida" se construye como una novela de formación de la que el protagonista es el propio escritor.
Juan Eduardo Zúñiga nació en Madrid en 1919. Estudió Filosofía y Bellas Artes y se especializó en lenguas eslavas. En 1951 publicó su primera obra, Inútiles totales, a la que siguieron El coral y las aguas (1962) y Artículos sociales de Mariano José de Larra (1976). Firme defensor de la novela como reconstrucción de la memoria, en 1980 vio la luz Largo noviembre de Madrid, libro de relatos ambientado en la guerra civil y su posguerra, temas recurrentes en su impecable narrativa posterior: La tierra será un paraíso (1989), Misterios de las noches y los días (1992, reeditado por Galaxia Gutenberg en 2013), Flores de plomo (premio Ramón Gómez de la Serna 1999) y Capital de la gloria (2003), que le valió el premio Nacional de la Crítica y el prestigioso premio Salambó. Su libro de relatos más reciente es Brillan monedas oxidadas (2010). En 2011 reunió en un solo volumen todos sus cuentos sobre la guerra en Madrid, bajo el título La trilogía de la guerra civil. Desde los bosques nevados (Galaxia Gutenberg, 2010), por el que le fue concedido el premio Internacional Terenci Moix, constituye un libro capital sobre la literatura rusa a partir de tres de sus autores más emblemáticos: Pushkin, Turguéniev y Chéjov. En 2016 le fue concedido el Premio Nacional de las Letras en reconocimiento a toda su obra.
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