No sé realmente cuando comenzó el cambio climático, pero desde que Margaret Thatcher se hizo con el poder en las Islas Británicas, vivimos desde entonces un auténtico invierno político en Occidente. Los doce años que estuvo esta lideresa en el poder fueron los más aciagos de la política inglesa que todavía siguen dejando huella en esas nebulosas islas como podemos constatar con el famoso Brexit. Thomas B. Reverdy utiliza el año 1979 para hacer una larga metáfora de lo que está sucediendo en la actualidad en muchos países europeos.
Claro está que el autor francés no comulga con las políticas capitalistas que dominan el mundo económico y social. Reverdy es más de los Sex Pistols y de su canción “God save the queen” y su régimen fascista, como cantaba Johnny Rotten en aquella icónica canción que cambió el rumbo de la música rock, con aquel punk vitalista y realista que millones de jóvenes siguieron. Todos y cada uno de los capítulos de la novela comienzan con alguna de las canciones que se hicieron famosas aquellos años y que interpretaban entre otros The Jam, Adam and the Ants, Buzzcocks, The Clash, Siouxsie and The Banshees, Bauhaus, Marianne Faithfull, The Dammed o los propios Sex Pistols, “el vínculo de la historia es el título de la canción y, también, de la letra que corresponde con la forma de ser de aquella época”, nos dice el autor en la cafetería de un hotel cercano al Parque de El Retiro.
La canción del musical Billy Elliot, “Merry Christmas Maggie Thatcher” refleja a la perfección aquellos tiempos de capitalismo salvaje y de huelgas mineras, no menos brutales. El libro refleja esa época de cambios que no supo medir el premier laborista James Callaghan, pero sí que ha sabido interpretar, años después a la perfección el escritor francés con pulso firme y original.
Thomas B. Reverdy nos describe una época de pesimismo, “ya sabiendo lo que pasó posteriormente a quellos acontecimiento, aunque algunos de los protagonistas, como Candy intenta seguir luchando contra la depresión política de manera vitalista”, apunta el escritor. “La novela es una larga reflexión sobre ese poder político que representa el Ricardo III de la obra de William Shakespeare”, evalúa el autor de “El invierno del descontento”.
“El paralelismo entre aquel 1979 y la actualidad es notable”
Para el escritor francés, “el paralelismo entre aquel 1979 y la actualidad es notable y el Brexit y los Chalecos Amarillos son una prueba de ello. Seguimos en una profunda crisis que nos hace que estemos viviendo en un mundo thatcheriano, que no nos da otra opción”, expone de manera fluida. La crisis económica de hoy en día es una consecuencia de aquella política ultraliberal del capitalismo más salvaje que se basó en las teorías del premio Nobel de Economía Milton Friedman que condena a la pobreza a países enteros.
En el final de la década de los setenta se produjo una crisis económica, pero, también, se asentó una forma de rebeldía juvenil que tenía como abanderada la música que se hacia en aquel entonces. “El protagonista Jones es un músico de jazz que se daba poco en aquel Londres de finales de los setenta y sí más en los países nórdicos. Me inspiré en el Estocolmo de aquellos años. En Paris, el jazz siempre ha estado de mucha actualidad, baste recordar a Boris Vian, que además de ser un gran autor, con mucho humor, era un reputado músico de jazz”, recuerda el autor francés.
Jones tiene un par de encuentros casuales con la protagonista Candice, pero no viven una historia de amor como podríamos esperar, en ese tiempo de descontento no estaba el horno para hacer muchos bollos. “Las voces de la novela se alternan desde un narrador omnisciente a una voz en primera persona de la protagonista que da el contrapunto a la historia haciéndola más personal”, recapitula Thomas B. Reverdy.
Otro de los capítulos diferentes del libro es en el que hace un pequeño diccionario de los términos de la época. “Algo que necesita el lector para ubicar en su justo termino la narración de la novela”, expone el autor francés. En la novela, la señora Thatcher toma un protagonismo creciente. Gracias a Reverdy nos enteramos de que la Dama de Hierro tomó clases de los actores de la Royal Shakespeare Company para pulir su tono chillón de voz.
La conclusión de la novela no puede ser más pesimista como cantaban The Jam en “Private Hell”, Sex Pistols en “Anarchy in the UK” o Joy Division en “Disorder”, grupo de Ian Curtis, que se suicidó en 1980 con 23 años. Este grupo es el favorito de Thomas B. Reverdy. Desde entonces, nos quedamos sin futuro y como dijo Maggie “ya no hay lugar para los sueños”. Ni hasta eso nos dejan.
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