Aunque pueda parecer mentira, su novela es la continuación de la Guerra Fría en terreno sudamericano. Los servicios de espionaje cubano y estadounidense se enfrentan para controlar al país más rico del subcontinente americano, gracias a las grandes reservas petrolíferas que hay en el subsuelo venezolano. “Cuba logró tomar el control de Venezuela ganando la partida a Estados Unidos. En la actualidad, hay micro actores que se hacen con el control de ciertos estamentos claves de la economía mundial, este en es caso de Cuba en Venezuela que lo controla totalmente”, afirma el escritor venezolano en una entrevista que mantuvimos en la sede madrileña de su editorial.
Lo primero que quiere dejar claro Moisés Naím en nuestra charla es que “no quise escribir un manifiesto político, ni didáctico ni pedagógico. Lo que quería hacer era divertir y entretener. No es un libro para políticos sino para el público en general”, apunta con firmeza este gran conocedor de la realidad venezolana y mundial, por ende. “Dos espías en Caracas”, es la gran ficción de la Venezuela de Chávez puesta negro sobre blanco con gran sentido del humor.
“Hugo Chávez ha sido utilizado por muchos estamentos. Ha tenido tantos seguidores como detractores. La pregunta clave sería: ¿fue un salvador de los pobres o un maligno dictador o ambas cosas a la vez?”, expone con rotundidad Moisés Naím y añade “tengo que reconocer que fue un gigante de la política con un talento excepcional para la comunicación”. Baste ver alguna de sus entregas de su programa de televisión. Como Fidel Castro, su héroe emocional y personal, tenía un kilométrico programa donde podía cansar hasta el santo Job sin despeinarse el tupé.
Se trasluce en las palabras de Naím que tiene una cierta simpatía personal por el personaje, aunque odia su manera dictatorial de proceder. “Supo dar una cierta escenografía democrática al país, como han hecho otros líderes actuales en países como Rusia, Filipinas o Hungría”, evalúa con su experiencia de politólogo. “Convirtió a Venezuela en una autarquía”, asevera con toda la razón, como hicieron muchos dictadores en sus países. Ahí tenemos el ejemplo de Franco en la España de la posguerra.
El gorila Chávez llegó a la presidencia por procedimientos democráticos -Hitler también lo hizo-, después de haberse comportado como un cobarde en el golpe de estado que protagonizaron los militares en 1992, donde no siguió los planes que tenían trazados, y se quedó escondido en el Museo Militar de Caracas. Sin embargo, una vez arrestado desplegó sus dotes de comunicador en la televisión cuando tenía que leer un manifiesto de rendición y no lo hizo, soltando una proclama populista delante de sus atónitos captores.
Algunos achacan el triunfo de Chávez a una supuesta corrupción del gobierno socialista de Carlos Andrés Pérez, algo que Moisés Naím desmonta con datos objetivos. “El índice de transparencia era más alto que en países como Chile, Colombia y, por supuesto, que México y Brasil. Sí es verdad, que había una gran desigualdad económica entre los ciudadanos del país, ya que la pobreza era muy alta en la mayoría de los ciudadano, pero mucho menos que en la actualidad”, evalúa el debutante novelista.
“Este libro es producto de una gran frustración”
Moisés Naím lleva más de veinte años escribiendo sobre su país siempre con la guillotina de la censura rondándole el cuello. “Venezuela es una máquina de producir sorpresas. Muchas de las cosas que cuento en el libro, sé que han sucedido, pero no se pueden escribir en un artículo, sin embargo en una novela sí, por eso este libro es producto de una gran frustración y que va más allá de lo que yo he estado contando en mis artículos o en mi programa de televisión”, dice con un cierto tono de amargura que se refleja en su sonrisa perenne. “Para mí, escribir la novela me ha supuesto quitarme las lentes metodológicas. Ha sido muy liberador”.
Maduro es un títere en manos de los cubanos
La mayoría de los acontecimientos que cuenta en “Dos espías en Caracas” están basados en hechos reales, pero que no ha podido confirmar por varias fuentes, ha tenido que inventar algún que otro personaje para dar más verosimilitud a la trama que creo ha quedado muy bien. Su opinión sobre Maduro la expresa de manera muy clara: “es un títere en manos de los cubanos. Podrían haber escogido un sustituto mejor para Chávez, pero pusieron a Maduro que se formó en Cuba”. Un tipo fácil de manejar por la dictadura cubana que lo ha convertido en su punta de lanza ante el capitalismo en América del Sur.
Sobre el futuro de su país, no puede ser más claro. “Hay un apetito inmenso de esperanza. Hemos sido maltratados por la dictadura y deseamos la libertad”, subraya. “Juan Guaidó es un soplo de esperanza. Ahora, los mini poderes se están haciendo con los poderes establecidos, lo hemos visto con Uber, Instagram o Podemos en España. Así, las gentes de Venezuela confían en otras formas de poder mucho más ágiles y modernas”, concluye el afamado politólogo que quiere repetir en la ficción. Los espías le han enganchado hasta el punto de querer seguir urdiendo tramas para entretener a los sufridos venezolanos y, por supuesto, al resto de los hispano hablantes.
Puedes comprar el libro en: