Una trama ágil escrita en un tono divertido e irreverente que provoca la carcajada del lector en múltiples ocasiones. Crimen, suspense y aventura, sexo, amores encubiertos. Exotismo, excentricidades. Las historias truculentas, tenebrosas, discurren en paralelo a ridículos trajines diplomáticos. Un inolvidable desfile de personajes. Agentes secretos, y no tan secretos. Expatriados borrachos y jugadores de golf, mujeres heridas, machos perfumados y embajadores calaveras, amantes despechadas, aprendices de chino.
Como telón de fondo, las sempiternas tinieblas del smog pekinés.
En este acuario sombrío se mueve la agente Gilda Leyva, francotiradora terca y rebelde. Mujer de mente brillante capaz de desentrañar rastros intrincados y descifrar códigos complejos, pero también de corazón frágil, fatalmente enamoradizo.
Dolores Payás nació en la provincia de Barcelona, pero tiene vocación de expatriada y pronto ensanchó horizontes. Vivió varios años en México DF y pasó largas temporadas en Pekín. Durante largo tiempo trabajó en el sector audiovisual, escribió para televisión y cine y dirigió dos largometrajes. Más tarde decidió dedicarse exclusivamente a la literatura, su asignatura pendiente. Ahora traduce y escribe obra propia. Este es su cuarto libro publicado, y su segunda novela. Más aristotélica que platónica, Payás es, en esencia, una vitalista de curiosidad insaciable. Le apasionan las lenguas, la literatura y la música, el arte, la historia; los paisajes y la naturaleza en todas sus formas (a excepción de las ratas). Disfruta enormemente de los vagabundeos, los encuentros y las aventuras de toda clase. Le encantan las casas de campo, muy en especial si son viejas y se caen a pedazos, y en el jardín y la cocina se olvida del reloj. Actualmente reparte su tiempo entre Grecia y España, con frecuentes estancias en Inglaterra y Suiza. Tiene dos hijas y una nieta.
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